Catamarqueña, licenciada en Administración de Empresas y Contabilidad, y con un master en Finanzas de Yale, Florencia Sosa es CEO de Minerva Farmacias y Grupo ECA, un servicio de emergencias médicas y medicina prepaga con más de 50.000 afiliados. A los 25 años, cuando falleció su papá de un cáncer terminal, quedó al mando del grupo empresarial, posición que mantiene hoy y a la que le sumó otras como directora de la Federación Económica de Catamarca, que además complementa con otros proyectos. Uno de ellos es Andina, que cumplió un año desde su lanzamiento, con el objetivo de unir dos universos distintos: el tejido de lana de vicuña catamarqueña y el metaverso. Así, a través de un chip contactless en la etiqueta (que puede ser leído mediante el celular) se logra que cada poncho contenga información acerca de la tejedora que trabajó en él: en el certificado, se cuenta el proceso de producción y la artesana detrás de cada prensa.
¿Qué balance hacés a un año del lanzamiento?
Andina rotó un montón desde todos los lugares. Nació como una startup y, como tal, nos toca recalcular y dar de nuevo. En nuestro caso, fue la revolución que tuvo el mundo cripto, porque Andina nació como un proyecto de NFT de tejidos de vicuña, pero este año fue un momento más inestable para un proyecto así y el NFT dejó de tener esa importancia. Hoy hablamos más de activos digitales y del valor de la trazabilidad, empezó a tener real relevancia el mundo blockchain. También tuvimos que pensar el tema de las plataformas, porque al principio era una alianza con Carnaval cuando el NFT, pero también teníamos clientes que venían del mundo tradicional.
Que querían comprar…
No queríamos que se quedaran afuera, porque nuestra prioridad era que la tejedora vendiera. Hicimos un desarrollo 100% in house para desarrollar nuestra propia plataforma de trazabilidad y seguimos manteniendo el NFT. También nos dimos cuenta que necesitábamos espacios físicos, porque el activo digital y el tejido van de la mano. Hicimos alianzas con marcas de moda y arte consolidadas y pudimos lanzarlo en la Semana de la Moda en París con una alianza con Acheval. Estuvimos en Art Basel con la marca Simona y vamos a estar en Punta del Este también. Somos un proyecto tecnológico, no de moda.
¿Están trabajando con un grupo de tejedoras?
Sí, y no solo de Catamarca, también estamos trabajando con una comunidad de Tucumán que hacen tejidos de llama, que es un producto un poco más económico, diferente. La vicuña es un tejido de lujo. El trabajo con las tejedoras fue desafiante. Por un lado, por el tema de la formalidad. Y por la poca conectividad: la comunidad de Laguna Blanca en la que trabajamos está totalmente desconectada, no hay ni señal de teléfono. Eso dificulta mucho el día a día a nivel comunicación. Inicialmente nuestra intención era 100% mejorar su producto y sus condiciones de trabajo, pero las necesidades se extendieron al trabajo comunitario y social. La comunidad de Catamarca tiene alrededor de 400 tejedoras. Hay muchos desafíos. Por ejemplo, la esquila hoy es 100% artesanal y quisieran poder hacerla más rápido. Falta automatización de algunos procesos que ayudarían a aumentar el volumen. Recibimos además el sello de Economía Verde, que es muy importante para poder exportar.
¿Cuáles son los ejes del trabajo?
Queremos que ellas entiendan la dinámica de ser un emprendedor, que puedan chipear en su cabeza que lo que tienen en sus manos es un negocio. También revalorar las técnicas ancestrales, no queremos que se pierda. Toda la técnica (desde el hilado hasta el tejido) es 100% artesanal. Y producción y trabajo digno local. Catamarca tiene más del 70% de empleados públicos. Queremos enseñarles que existe un proyecto como este, privado, que ellas pueden pertenecer y generar su propia economía local. Y la diversidad y la integridad cultural. Es un trabajo que tenemos pendiente como provincia enseñarles a estas comunidades de dónde vienen y a dónde van. No quiero ser vocera de ellas, quiero que ellas cuenten su historia, ese es el desafío. Las empresas que van a quedar en el futuro son las que puedan trazar o contar su historia end to end y eso es el valor que tiene el proyecto. También estamos evaluando plataformas de financiamiento, sus vínculos con entidades bancarias.
¿En qué otros proyectos estás trabajando?
Este año estuvimos trabajando mucho en un proyecto que se llama W3mine que va a ser la primera plataforma para trazar desde que se inicia el estudio del litio hasta la explotación, porque queremos generar transparencia para todos los jugadores. Catamarca tiene una de las reservas más grandes de litio del mundo. Es muy importante que esta nueva llegada de empresas y flujo (desde dinero hasta gente nueva) no atropelle con estas comunidades y sigan siendo parte del loop.
¿Cuáles son los próximos pasos?
Es un proyecto en blockchain, seguimos manteniendo la misma línea de trabajo. Pero es generar desde esta plataforma descentralizada este espacio sano para que todos los jugadores (empresas, gobierno y comunidades) puedan estar informados y dar trazabilidad y transparencia a sus procesos. El Ministerio de Minería de Catamarca nos ha dado luz verde y con ellos estamos trabajando para generar estándares y certificados dentro de la plataforma. Hago hincapié en el social porque para mí las comunidades son las que tienen que ver realmente todo esto que está pasando. Uno de los desafíos es garantizar esa trazabilidad y la responsabilidad en la información. Argentina, Catamarca y la mesa de litio (Salta y Jujuy) tienen la oportunidad de destacarse como líderes en las prácticas sostenibles.
Es un trabajo conjunto…
Exacto. Hoy las empresas ya están obligadas a dar información, es dónde la ponemos y posicionamos para que las comunidades también tengan parte. Y ojalá en algún momento te pueda decir que estamos contando qué está pasando con los fideicomisos, con las regalías, pero hoy está tan verde. Así que en resumen sería una plataforma de trazabilidad sobre blockchain para informar y registrar indicadores exigibles a proyectos mineros otorgando certificaciones digitales que validen la situación ambiental y las métricas de impacto social positivo. Vamos a arrancar por el litio porque es el que está más verde y nos da esa oportunidad. Minería y turismo es de los pocos recursos que va a tener Catamarca, entonces hay que saber aprovecharlo. Ojalá algún día pueda contar que somos la primera empresa que está trazando el litio end to end. Para que esto pueda seguir creciendo estamos integrando a los jugadores.