Pasé diez años en recursos humanos y roles de reclutamiento. Puedo decir que negociar el pago es más fácil decirlo que hacerlo, especialmente si sos una mujer que lucha contra el síndrome del impostor. Acá hay algunos secretos como ex reclutador que quiero que sepas para ayudarte en tu próxima conversación sobre pago.
1) Usa un número muy específico cuando te pregunten qué querés
Leí un estudio de 2013 de la Escuela de Negocios de Columbia que mostró, por ejemplo, US$ 50.750 como un buen número para negociar, en lugar de US$ 50.000. ¿Adivina qué? Te hace presentarte como asertivo, más inteligente y mucho más informado. Como reclutador, cuando un empleado o posible candidato utilizaba un número más específico y preciso en su solicitud de negociación inicial, era más probable que la oferta final se acercara más a lo que solicitaba la persona. Me hacía creer que el candidato provenía de un lugar de información, investigación y competencia, y no solo sacaba un número de la nada.
2) Deja que LinkedIn diga lo que tenés miedo de presumir de vos mismo
He entrevistado a cientos de candidatas a lo largo de los años y a las mujeres les cuesta mucho presumir de sus habilidades y de lo que lograron. Si va a negociar un salario, debe estar dispuesto a documentar y hablar de lo que ya consiguió, no solo de lo que cree que puede aportar en el futuro. LinkedIn es el lugar perfecto para documentar sus logros porque es público, mientras que su currículum y sus evaluaciones de desempeño son privados.
3) Aproveche también los testimonios públicos de clientes y compañeros de trabajo en LinkedIn
Una de las mejores características de LinkedIn es la opción de publicar recomendaciones. Muestra que una persona real se tomó el tiempo de escribir una recomendación para usted que se compartiría públicamente. Tengo más de 15 recomendaciones en mi perfil de LinkedIn que me brindaron oportunidades comerciales que de otro modo no hubiera adquirido. Es una forma estratégica de decir que eres genial, sin tener que decirlo vos mismo.
4) No descarte negociar ofertas de empleados en trabajos de consultoría
Una empresa que me cortejó durante años quería que yo fuera un empleado. Me ofrecieron US$ 85.000 simplemente porque la persona que acababa de dejar el trabajo ganaba esa cantidad con 40 horas a la semana. Consideré el tiempo y la energía que me requeriría entregar lo que ella hizo, y supe que no necesitaba 40 horas para hacer bien el trabajo.
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Le dije: “Todavía me encantaría trabajar contigo, pero como consultor. Estoy feliz de recibir los US$ 85.000, pero haré mi propio horario y seguiré administrando mi propio negocio”. El CEO dijo: “No sé cómo va a funcionar eso. ¿Cómo puedes hacer tu negocio y también trabajar para nosotros?”.
Le dije: “¿Me estarías preguntando esto, si en lugar de un negocio, fueran chicos? Vamos a probarlo durante seis meses. Y si no te gusta lo que estoy haciendo, ambos podemos terminar el contrato”.
Me volví tan eficiente que estaba trabajando tal vez 10 horas a la semana, por la misma cantidad de pago que el empleador le dio a otra persona para que trabajara 40 horas a la semana. Al final de los seis meses, todavía querían pagarme la misma tarifa y continuar con la oportunidad.
*Con información de Forbes US.
