La argentina Clara Bullrich se instaló en Miami para detectar y financiar startups latinas con potencial de convertirse en unicornios.
No hay dos letras que sean más codiciadas en Silicon Valley que VC. Venture Capitalist, los primeros en apostar por los sueños más rupturistas. Hace 40 años, los primeros fondos entendieron que las empresas de tecnología necesitaban una nueva raza de inversores para crecer rápido y generar mercados que hasta ese momento no existían. Hoy, Silicon Valley es la meca de la innovación. Apple, Google y Facebook, una triada nacida en apenas 80 kilómetros de distancia, producen productos y servicios que cientos de millones consumen todos los días en casi todos los países del mundo.
The Venture City nació hace un año con el objetivo de ampliar las fronteras tradicionales y llegar a los hubs emergentes. Reúne todo en uno: incubadora de startups, centro de formación y consultoría tecnológica y un fondo de inversión. La compañía fue fundada por la argentina Clara Bullrich, que para arrancar su propio camino se fue a los 22 años a estudiar Relaciones Internacionales y Finanzas a los EE.UU. Vivió en otros países de Europa, trabajó en el Banco Santander y en Collective Mind, entre otras empresas. Y creó Guggenheim Partners, un multifamily office en la que lleva ya 18 años, con una cartera de u$ 5.000 millones.
The Venture City quiere insertar en el mundo la innovación latina con fuerte foco en México, Colombia y la Argentina. Mi sesgo por la región es claro. Somos muy avispados, es nuestra naturaleza, y encontramos siempre soluciones. Mientras los inversores tradicionales la perciben como una región de gran riesgo, nosotros vemos oportunidades, dice Bullrich.
No está sola. La acompaña la española Laura González-Estéfani, la CEO y ex líder de Facebook en España, y además, pieza clave en la conquista del mercado latino. La empresa tiene además 25 empleados y sedes en Miami, San Francisco, Sidney y Madrid. El fondo es de unos 100 millones de dólares y el ticket promedio oscila entre medio millón y dos millones de dólares.
Así buscan crear el primer iguanacornio, una nueva raza que mezcla las típicas iguanas de la zona de La Florida con las empresas unicornios, las tech que superan los u$ 1.000 millones.
¿De qué manera VC valora, analiza, descarta o apuesta por las startups?
Financiamos startups en dos planos. El inicial, en el programa de aceleración, como Woom, Stayfilm o poder.io. Y en fases maduras, como CABIFY, Optimus Drive, que investiga los autos sin conductor y en la que ha invertido la mujer de Steve Jobs. O la última, Spot a Home, dentro de una ronda de US$ 40 millones liderada por KPCB, el fondo principal de Silicon Valley. En nuestro primer año realizamos 21 operaciones de inversión.
¿Cuál es el diferencial de ustedes respecto a otros fondos?
En la industria financiera había un statu quo. Los hedge funds son cajas negras y desde esta visión se ve al venture capital como una opción en la que se puede perder todo. No ven que la tecnología lo cambió todo, que detectan limitaciones y las cambian por nuevas y mejores oportunidades. Los fundadores nos tienen que ver como un vehículo para crecer rápido y los inversores deben ver así a los emprendedores. Queremos terminar con el mito del inversor controlador. Nuestra misión es dar oportunidades en espacios que están fuera del circuito habitual.