Tengo preferencia por la Argentina, aseguró, más de una vez, Ren Zhengfei, el fundador de Huawei. Cuando el empresario que lidera el gigante de las telecomunicaciones al que la Casa Blanca apuntó como una amenaza a la seguridad nacional llegó en 2018 al país, no imaginaba que quedaría atrapado en una sórdida novela de intrigas, juegos de poder y diplomacia.
La Cumbre del G20 era el evento del año: estaba en todos los canales de televisión, en la portada de los diarios y los portales de noticias. Pero Ren, un hombre que se mueve lejos de los reflectores, supo esquivar las inquisidoras lentes de las cámaras y cambió el gris asfáltico de Buenos Aires por los cerros de Bariloche.
Ya instalado en la comodidad de su habitación, supo que algo no andaba bien. En ninguno de los escenarios que esbozó en milésimas de segundos, pensó una hipótesis tan dolorosa como sombría. Hasta ese entonces, la competencia entre Estados Unidos y China por el poder global había golpeado fuertemente a Huawei, a la que la Casa Blanca acusaba de ser un brazo del Ejército Popular de Liberación para espiar a otros países. A Ren lo habían subido al ring a pelear contra Mike Tyson, pero el mundo de los negocios era despiadado y él estaba acostumbrado.
Ahora, el conflicto pasaba a ser personal. Habían detenido a su hija.
Golpes debajo del cinturón
Las dos más grandes economías del mundo, Estados Unidos y China, se habían declarado la guerra comercial, con la imposición de aranceles comerciales multimillonarios. Tras años de una política exterior hacia Beijing basada en el engagement, la búsqueda de incorporarla a organizaciones internacionales con la idea de que eso culminaría con su democratización, Washington recalculó y abrazó la competición de grandes poderes. El consenso bipartidista en Washington era unánime: China era la única nación con la capacidad y la voluntad de competir con Washington por la supremacía internacional.
Huawei estaba en el centro de la tormenta. La Casa Blanca señalaba que el liderazgo de esa empresa en la provisión de redes de 5G (Telefonía Móvil de Quinta Generación) amenazaba la seguridad nacional de los Estados Unidos. Por eso, comenzó una ofensiva para retrasar su crecimiento global, presionando a aliados para vetar a la empresa en sus respectivos países y bloqueando su provisión de semiconductores.
Las claves para dar una buena charla
La ofensiva rindió sus frutos. No sólo los principales socios de Estados Unidos le cerraron las puertas a Huawei, sino que también se desplomaron sus ingresos. Según informó la compañía, cayeron un 32% en los primeros tres trimestres de 2021, sobre todo por una caída pronunciada de las ventas de teléfonos celulares debido a las sanciones impuestas por la Casa Blanca.
Estados Unidos no proporcionó pruebas de sus acusaciones, pero prohibió a Huawei adquirir componentes cruciales como microchips y le impidió utilizar el sistema operativo Android de Google.
La disputa por el poder global se traslada a Buenos Aires
El 30 de diciembre de 2018, las cámaras hicieron zoom en las lágrimas de Mauricio Macri en el Teatro Colón. La prensa argentina estaba obnubilada por la organización del mayor evento diplomático del año. La cumbre del G20 había convertido por 48 horas a Buenos Aires en la capital geopolítica internacional. Los principales líderes del mundo estaban congregados en Costa Salguero, mientras los sherpas negociaban el documento final.
Sin embargo, lo crucial sucedía fuera de la Cumbre. En el Palacio Duhau, Donald Trump y Xi Jinping tenían la primera reunión bilateral desde que había estallado la guerra comercial.
Tregua frágil
Tras comer un exquisito lomo con cebolla morada, dátiles y ricota y beber un Catena Zapata Chardonnay cosecha 2009, los mandatarios sellaron en el postre una frágil tregua, disimulada por comentarios de ocasión. El acuerdo fue tan endeble que estalló horas después, cuando recién habían finalizado la digestión.
Esa misma noche, a miles de kilómetros de distancia, la policía canadiense detenía a una ciudadana china en el Aeropuerto Internacional de Vancouver. Su pasaporte rezaba Meng Whanzou.
Viaje secreto a Argentina
¿Vos sabés que Meng Whanzou viajaba a la Argentina?. La pregunta retórica sorprendió al cronista, que repreguntó por reflejo, como quien toma una bocanada de aire sin darse cuenta.
La trama que combinaba política internacional, diplomacia, competencia hegemónica y negocios adquiría otro cariz. Ren estaba en Bariloche esperando a su hija. No sabían cómo decirle que la habían detenido, agregó la fuente.
Un auto enviado por el fundador de Huawei aguardó durante horas en el aeropuerto. Cuando la vigilia se volvió insoportable, alguien se acercó y le informó: Detuvieron a Meng en el Aeropuerto Internacional de Vancouver.
La policía canadiense la apresó al recibir una orden de extradición de un juez de Brooklyn. La justicia de Estados Unidos acusaba a la directora financiera de Huawei por supuestamente evadir las sanciones comerciales que la Casa Blanca había impuesto a Irán.
Muchas horas en Huawei, pocas en casa
No soy un buen padre ni un buen miembro de la familia. Dedico demasiado tiempo a la empresa, afirmó recientemente Ren, uno de los campeones tecnológicos de Shenzen, a South China Morning Post.
Cuando digo que mis hijos y yo no somos muy unidos, quiero decir que lo siento por ellos porque no les dí mucho apoyo cuando crecían. Tuvieron que depender de sí mismos. Eso no significa que tengamos una mala relación, agregó.
Sin embargo, el empresario de 75 años contrató a los mejores abogados, que, tras tres años de batalla judicial, lograron la liberación de Meng. Según trascendió en la prensa, la ejecutiva china se declaró inocente y acordó con la justicia de Estados Unidos que se desestimarían los cargos en diciembre de 2022 si ella no contradecía la Declaración de Hechos de los fiscales en el caso.
Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Huawei y Meng habrían mentido al banco HSBC sobre la relación con una tercera empresa que hacía negocios en Irán, en un plan que habría buscado violar las sanciones comerciales de Estados Unidos a ese país.
Cómo terminó la película
Tras el acuerdo con la justicia estadounidense, alcanzado a fines de septiembre de 2021, una jueza de Canadá canceló los trámites de extradición contra la ejecutiva de Huawei y ordenó su liberación.
Casi al unísono, fueron liberados en China los ciudadanos canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, cuya detención fue bautizada por la prensa internacional como diplomacia de los rehenes.
Meng Wanzhou regresó a fines de septiembre de 2021 a su país, donde fue recibida como una heroína.
Finalmente, el encuentro con su padre no fue en Bariloche, como habían planeado, sino en China.