¿Sentís que estás estancado en la vida pero no sabés por qué? Quizás no te des cuenta, pero las creencias limitantes te están frenando de alcanzar tu máximo potencial. Estas creencias suelen pasar desapercibidas, operando en el fondo como una banda sonora que se repite sin cesar. Es hora de presionar pausa y tomar el control.
Vamos a profundizar en tres de los ejemplos de creencias limitantes más comunes que enfrentamos todos, y lo más importante, en cómo superarlas.
Definición y ejemplos de creencias limitantes
Las creencias limitantes son pensamientos e ideas subconscientes que moldean nuestra percepción del mundo y nuestras capacidades. Suelen originarse en experiencias de la infancia, condicionamientos culturales o expectativas de la sociedad.
Lamentablemente, estas creencias tienden a bloquear nuestro camino hacia lo que realmente queremos. Empezamos a pensar: "No puedo hacer eso" o "No merezco esto", sin siquiera cuestionar de dónde provienen estas ideas.
Acá están las 3 creencias limitantes más comunes:
"No soy lo suficientemente bueno"
Esta creencia aparece cuando comenzamos a compararnos con los demás. Ya sea que compares tu progreso con el de otra persona o que dudes de tus propias habilidades, el pensamiento subyacente es: "No tengo lo que se necesita".
"No merezco el éxito"
Te sorprendería cuántos de nosotros luchamos con esta creencia, especialmente cuando el éxito comienza a llegar. Está enraizada en una sensación de indignidad, una creencia de que, en el fondo, no merecés los frutos de tu esfuerzo.
"Voy a perderlo todo"
Esta creencia limitante es un subproducto del miedo. Como emprendedores, tomamos riesgos todos los días, pero siempre está ese temor a fallar: "¿Y si lo pierdo todo?", lo que puede impedir que des el próximo gran salto en tu negocio.
Estas creencias limitantes no son solo pensamientos; moldean tus acciones, o la falta de ellas. Al interiorizarlas, se convierten en una fuerza poderosa que nos impide tomar riesgos y aprovechar oportunidades.
Cómo las creencias limitantes me detuvieron
Recuerdo un momento en que mis creencias limitantes me impedían vivir la vida que realmente quería. La creencia de que "no soy lo suficientemente bueno" me acosaba durante mi camino emprendedor. Dudaba de mi capacidad para tener éxito, cuestionaba cada decisión y a menudo me paralizaba el miedo al fracaso.
Llevaba varios años manejando un negocio exitoso, pero llegué a un punto donde me sentía estancado. A pesar del éxito exterior, internamente, me repetía que no era lo suficientemente bueno como para avanzar más allá de mi estado actual. Comencé a creer que había alcanzado mi techo, y esta creencia se convirtió en mi realidad.
Pero algo cambió.
Me di cuenta de que estas creencias no estaban basadas en la realidad; eran miedos e inseguridades que había adquirido a lo largo del tiempo. Empecé a cuestionarlas y a preguntarme: "¿Y si esto no es verdad? ¿Y si sí soy lo suficientemente bueno, y merezco el éxito?"
Ahí fue cuando comencé a liberarme. Me empujé a tomar acciones que me asustaban, como expandir mi negocio, asumir riesgos más grandes e incluso hablar en público. El miedo seguía ahí, pero aprendí a manejarlo en lugar de dejar que me controlara.
¿El resultado? Mi negocio creció más allá de lo que había imaginado.
3 formas de superar las creencias limitantes
Ahora que identificamos estas creencias limitantes, es hora de desmantelarlas. Aquí hay tres estrategias que me funcionaron a mí y a muchos otros emprendedores exitosos.
Reflexión: Identificá y reconocé tus creencias
No podés cambiar lo que no reconocés. El primer paso para romper con las creencias limitantes es identificarlas. Esto requiere reflexión: tomarte el tiempo para hacerte preguntas difíciles. ¿Qué creencias te están frenando? ¿Tenés miedo a fracasar o dudás de tu valía?
Una forma de reflexionar es a través de un diario. Escribí los pensamientos que te surgen cuando pensás en tus metas. ¿Qué miedos o dudas aparecen? Una vez que identifiques estas creencias limitantes, se vuelve más fácil desafiarlas.
Acción: Desafiá tus creencias con evidencia
Una vez que identifiques tus creencias limitantes, el siguiente paso es desafiarlas con evidencia. Si tu creencia es "No soy lo suficientemente bueno", preguntate: "¿Qué evidencia tengo para apoyar esto?" Probablemente, la evidencia no se sostiene.
Tomá pequeñas acciones deliberadas que contradigan tu creencia limitante. Si pensás que no sos lo suficientemente bueno, probate a vos mismo que sí lo sos asumiendo nuevos desafíos, incluso si están fuera de tu zona de confort. Cada acción, por pequeña que sea, debilitará la creencia que te frena.
Responsabilidad: Rodeate de apoyo
Es más fácil romper con las creencias limitantes cuando tenés un sistema de apoyo. Rodeate de personas que crean en vos, que desafíen tu diálogo interno negativo y que te hagan responsable de perseguir tus sueños.
Buscá mentores, unite a grupos de mastermind o trabajá con un coach que te ayude a mantenerte en el camino. Tener a alguien que te anime cuando te sentís estancado marca una gran diferencia.
Ejemplos de creencias limitantes y empoderadoras
Si llegaste hasta acá, estás listo para dar el próximo paso. Ahora que identificaste tus creencias limitantes, es momento de reemplazarlas por creencias empoderadoras.
Aquí algunos ejemplos:
- En lugar de "No soy lo suficientemente bueno", empezá a decirte: "Soy capaz y tengo lo que se necesita".
- En lugar de "No merezco el éxito", decí: "Merezco todo el éxito que llega a mi vida porque trabajé duro por él".
- En lugar de temer al fracaso, recordá: "Tengo la capacidad de recuperarme, sin importar lo que pase".
Superar las creencias limitantes no es un evento único, es un proceso. Pero con reflexión, acción y responsabilidad, podés empezar a reescribir el guion que te estuvo frenando y dar el paso hacia la vida que estabas destinado a vivir.
Recordá, tus creencias moldean tu realidad. Elegí creencias que te empoderen y mirá cómo tu vida se transforma.
Llamado a la acción
¿Qué creencias limitantes te están frenando? Tomate un momento para:
- Reflexionarlas,
- Desafiarlas, y
- Reemplazarlas por creencias que te ayuden a avanzar.
Merecés vivir una vida libre de limitaciones autoimpuestas.