Tomando la imagen del barco en la tormenta, cuando la adversidad apremia, los tripulantes perdidos utilizarán todo tipo de herramientas para orientarse. Ya sea utilizando la brújula, leyendo las estrellas o intentando divisar a los lejos la tierra más cercana. Pero cuando por alguna razón todo eso falle, la tripulación se va a apoyar en su máxima referencia: su capitán. Si al buscar calma y orientación en él, encuentran a una persona confiada y alineada en lo que la visión conjunta representa, el orden será posible y la crisis será atravesada. De lo contrario, el motín será la única salida.
Según la última edición del informe realizado por Corporate Excellence, Approaching the Future, en términos de tendencias organizacionales del año 2022, el propósito es la tendencia más relevante para los profesionales y en la que más se está trabajando, “un 48,2 % de organizaciones avanzan en este ámbito, en especial a través de la integración del propósito en la estrategia y procesos de toma de decisiones (55,4 %). El principal reto al que se enfrentan está en ser capaces de demostrar el impacto del propósito en el negocio (34,7 %).”
Frente a la incertidumbre de un panorama desconocido, hoy caracterizado como mundo VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), la respuesta automática de muchos líderes ha sido reforzar las viejas recetas conocidas para sostener los viejos modelos en un intento por tratar de mantener algo de control en la volatilidad del entorno.
Quizá, el mayor cambio tenga que ver con abandonar la idea de control, ya que si perdemos el miedo al error, gestionar la incertidumbre no necesita de la perfección, sino del aprendizaje y la adaptación constante.
Si deseamos crear una organización que sea inteligente, y por ende innovadora, debemos comprender que el core de la cuestión se encuentra en primer lugar en fomentar un mindset innovador en cada una de las personas que integran nuestra organización.
Cuando el mindset personal está en conjunción con la visión organizacional, dicha visión se convierte en una inmensa fuente de inspiración y productividad, y les brinda a los equipos el impulso necesario para convertirla en realidad.
Pero el desafío está en que ese norte requerirá si o si mantener una constante y artística atención para detectar qué se necesita en cada momento. Es la comprensión de que no podemos simplificar mentalmente una única y definida forma de resolver las cosas.
Estamos entrando en una época en la cual, si queremos conectarnos con nuestra capacidad de innovación organizacional, primero debemos considerar la necesidad de cambiar nuestra noción de liderazgo. Debemos incorporar un modelo de liderazgo que sea apto para perfeccionar continuamente nuestras habilidades y así poder enfrentar con flexibilidad y proactividad la imposibilidad de predecir en un corto plazo escenarios futuros estables, pero a su vez el desafío de construir una visión colectiva estable y resiliente para el largo plazo.
¿Por qué el dominio personal puede ser la clave?
Peter Senge, en su famoso enfoque llamado la Quinta Disciplina, propone que las personas con un alto dominio personal viven en un modo de aprendizaje continuo. Es decir, hay una profunda y constante curiosidad en observar la realidad con mayor precisión pero, siempre, con una mente de principiante.
A su vez, el autor plantea una paradoja: "las personas con un alto nivel de Dominio Personal son muy conscientes de su ignorancia, su incompetencia y sus áreas de crecimiento. Sin embargo, tienen mucha confianza en sí mismos". Esto se debe a que estas personas entienden a su visión como una idea mucho más amplia que sus propias vidas y son parte de un proceso creativo en el que saben que pueden influir pero que no pueden controlar unilateralmente. Su visión particular será entendida como un llamado de largo plazo más que una idea circunstancial de poder, y eso es lo que les permitirá mantenerse constantemente innovando hacia un rumbo preestablecido, más allá de las dificultades y el ego personales.
En conclusión y tomando el concepto de dimensión extra de Jim Collins en su libro Good to great; la dimensión extra en el liderazgo será la capacidad de elaborar una visión clara y un propósito profundo que trascienda lo inmediato. Aquellos líderes que actúen con integridad y en coherencia de sus valores desarrollarán una conciencia profunda que les permitirá, desde su dominio personal, construir con sus equipos una visión conjunta de futuro.