Cuando las mujeres pensamos en la discriminación por edad en el trabajo, suele ser al final de nuestra carrera. Pero es posible que el ageism nos afecte desde mucho antes: se discrimina a las mujeres en sus primeras experiencias por ser demasiado jóvenes, y después porque alcanzan una edad más madura.
Así lo afirma Alexis Krivkovich, socio principal de McKinsey & Company: "Las mujeres sienten que su edad influye en su capacidad para tener oportunidades. El verdadero golpe es que esa cifra es aún mayor al principio de su carrera. Casi la mitad de las mujeres menores de 30 años afirman que su edad repercute en sus oportunidades, y ese porcentaje es muy superior al de los hombres. Así que te golpean por ambos lados".
Según la 10ª edición del informe de McKinsey y LeanIn.Org, Women in the Workplace, el 49% de las mujeres menores de 30 años experimentaron la discriminación por edad, frente al 38% de las mujeres mayores de 60 años. Resulta especialmente interesante que los niveles de discriminación por razón de edad se igualan entre hombres y mujeres una vez alcanzados los 60 años, por lo que la disparidad es más pronunciada en los trabajadores más jóvenes.
El fenómeno del escalón roto
El "escalón roto" describe el desgaste de las mujeres en cada nivel de la escala empresarial. "Esto no es sólo algo que sienten; es algo que muestran los datos", dice Krivkovich. "En nuestro equipo bromeamos al compararlo con el aguacate: ¡No está listo, no está listo, no está listo, está maduro, demasiado tarde!".
El informe muestra que por cada 100 hombres ascendidos al nivel directivo, sólo 81 mujeres consiguen lo mismo.
Rachel Thomas, CEO y cofundadora de Lean In profundiza en el punto de vista de Krivkovich. "Llevamos años observando cifras de escalones rotos y 30 años de investigación en Ciencias Sociales demuestran que el sesgo de género tiene un impacto desproporcionado en las mujeres que inician su carrera. Esto se debe en gran parte a que tendemos a promocionar a los hombres en función de su potencial, y a las mujeres en función de lo que ya lograron".
La ejecutiva añadió: "Cuando estás al principio de tu carrera, con un currículum más corto y menos experiencia, hay mucho menos que señalar". Este hallazgo sobre la discriminación por edad explica que las mujeres que inician su carrera profesional se encuentran en desventaja desde el momento en que entran al ambiente empresarial".
¿A qué se debe el escalón roto?
Krivkovich explica que cuando empezaron a investigar el fenómeno, descubrieron que la desigualdad estaba sobre todo al principio. El primer escalón que enfrenta un colaborador individual a un puesto directivo es el más desequilibrado entre hombres y mujeres.
"La razón es que es en ese momento donde se arraigan muchos prejuicios estructurales acumulados durante décadas. Esas decisiones de promoción no tienen la atención o la supervisión que un equipo directivo de Recursos Humanos podría poner en una contratación clave en el nivel más elevado", dijo el experto.
Combatir la discriminación en el trabajo
"Las mujeres jóvenes tienen el doble de probabilidades de sufrir micro agresiones centradas en la edad que los hombres jóvenes", afirmó Thomas. Es un conjunto de prejuicios por edad y género, una combinación puede ser devastadora. Pero no todo es pesimismo. "Un punto positivo es que las mujeres más jóvenes son realmente ambiciosas", afirmó Thomas. "Son las trabajadoras del futuro. Están más comprometidas con la diversidad. Representan gran parte del cambio que necesitamos ver en el ámbito laboral".
¿Qué empresa no querría aprovechar ese talento y energía? Sin embargo, para ver el cambio es necesario invertir en atención y recursos. Empezamos a ver que las cifras de mujeres en puestos de liderazgo evolucionan más positivamente porque las empresas invirtieron mucha energía. Las empresas deben dedicar el mismo tiempo y atención a la paridad de género en todos los niveles de la organización.
Otra solución es afrontar el problema de frente. "Muchos estudios demuestran que hablar con dureza puede ser bastante fortalecedor, porque es una forma de asimilar las experiencias negativas. Aprendés a replantearte las cosas".
Iniciar la conversación y llamar la atención sobre las experiencias de las mujeres jóvenes en el trabajo es el primer paso. Cuanto más se ponga este tema en primer plano, más se podrán formar aliados para ayudar a detener las micro agresiones en el momento y defender a las mujeres en cada paso del ciclo de promoción.
"El progreso no es la paridad sino que tenemos que seguir avanzando", concluyó Krivkovich.
Nota publicada en Forbes US.
