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Vaticano - Papa Francisco
Liderazgo
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Su papado redefinió el cargo que ocupó y ofreció un ejemplo de lo que significa liderar con humanidad. Sus valores perdurables son relevantes para los líderes de negocios, gobierno y la comunidad.

22 Abril de 2025 12.43

Tras su asunción en 2013, el Papa Francisco señaló desde el principio que lideraría de manera diferente. Rechazó vivir en el ornamentado Palacio Apostólico, eligiendo en su lugar la más modesta Casa Santa Marta

Su punto era claro: su liderazgo de la Iglesia Católica no se trataba de prestigio. Quería que su enfoque fuera cuidar a los pobres, consolar a los marginados y estar presente con aquellos en los márgenes. Sus acciones a lo largo de su vida y su papado ofrecen lecciones perdurables para los líderes de hoy:

  1. Liderar con empatía y compasión. El Papa Francisco demostró empatía por las muchas personas marginadas y desposeídas con las que interactuó regularmente. Abrazó a prisioneros y refugiados, lavó los pies de los sin techo y dio la bienvenida a aquellos a menudo dejados de lado. Su acogida de personas de todos los ámbitos de la vida le recordó al mundo que la empatía exige más que palabras amables. Requiere acción constante. Los líderes que demuestran cuidado a través de su comportamiento, y no solo de la retórica, construirán confianza y conexión con sus equipos.
     
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2. Crear espacios inclusivos. El Papa Francisco modeló lo que significa dar la bienvenida a todos a la mesa. Abogó por la dignidad de las personas LGBTQ+, llamó la atención sobre la crisis mundial de refugiados y le recordó a la Iglesia y al mundo que nadie debe ser excluido. Creó espacio para las personas que se sentían marginadas, y los líderes de hoy pueden seguir su ejemplo cultivando la pertenencia y la seguridad psicológica para cada equipo que lideran.

3, Actuar con transparencia y responsabilidad. El Papa Francisco entendió la responsabilidad que conlleva el poder. Enfrentó fallas sistémicas dentro de la Iglesia, incluidos escándalos de abuso y mala gestión financiera. Aunque no fue perfecto, sus esfuerzos por sacar a la luz los problemas marcaron una ruptura con patrones de secreto y silencio de larga data. Demostró que la responsabilidad y la transparencia no son una amenaza para el liderazgo. Son una base para la confianza.

4. Mantenerse firme con coraje moral. El Papa Francisco habló clara y constantemente sobre los apremiantes problemas éticos de nuestro tiempo. Ya sea llamando la atención sobre la crisis climática, defendiendo a los migrantes y los pobres, o abogando por la dignidad de las personas LGBTQ+, el Papa Francisco se negó a rehuir los problemas complejos y políticamente cargados. Su llamado inquebrantable a la paz fue persistente durante su mandato, ya que instó constantemente al diálogo sobre la división y al fin de la guerra. Incluso en su último mensaje de Pascua, hizo un sincero llamado a la paz. Sus últimas palabras públicas reflejaron su compromiso de por vida con la reconciliación y la humanidad compartida.

En un momento en que la división y el miedo a menudo moldean el liderazgo, el Papa Francisco ofreció algo diferente. Escuchó primero, usó el poder de su posición para elevar y vio el servicio no como sacrificio, sino como propósito. No se esforzó por controlar el comportamiento de las personas. En cambio, eligió ser compasivo y cuidarlas. Su ejemplo desafía a los líderes a liderar con empatía por aquellos que son diferentes, actuar con coraje frente a la incomodidad y dejar que el amor y la compasión guíen las decisiones.

Mientras el mundo reflexiona sobre su fallecimiento, está claro que el Papa Francisco ofreció un modelo de liderazgo basado en el servicio, no en el estatus. Su legado nos recuerda que el excelente liderazgo se mide mejor por el coraje de servir a los demás con empatía y convicción. Y el tipo de liderazgo que perdura, el tipo que transforma, comienza con la humanidad y lidera con el corazón.

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