La Consultora EY presentó los resultados de la encuesta Global de Integridad 2020, que se realizó a más de 3.500 ejecutivos, miembros del directorio, alta gerencia, gerentes y empleados en más 33 países y territorios en todo el mundo, incluido Argentina.
Los participantes de la encuesta ponderaron los riesgos en la integridad de las organizaciones en este contexto de pandemia. Respecto a esto, hicieron la siguiente ponderación, desde el más importante al menos importante: el soborno y la corrupción (38%), los ciberataques (34%), el ambiente macroeconómico global (28%), las tensiones comerciales entre países (25%), el fraude (22%), el entorno regulatorio complejo y cambiante (19%), el riesgo geopolítico (15%) y las sanciones (14%).
Asimismo, el 74% de las organizaciones consideran que es difícil mantener sus estándares de integridad en períodos de cambio rápidos o condiciones de mercado difíciles como, por ejemplo, la pandemia del COVID-19. En este sentido, afirman que las principales causas provienen de disrupciones de los patrones de trabajo tradicionales (33%) y de la cadena de suministros (28%); y reducciones en los beneficios-compensaciones (24%) y la cantidad de personal (22%).
A pesar de la coyuntura actual, casi el 100% de los encuestados señaló que es importante actuar con integridad y el total considera que trae beneficios tales como una fuerte reputación corporativa, la atracción de nuevos clientes, la retención y la contratación de personal y la mejora del desempeño financiero, destacó Leandro Dores, socio de la práctica de Servicios Forenses y de Integridad de EY Argentina.
Con respecto a los riesgos de fraude e integridad que se pueden presentar ante una fusión o adquisición, solo 1 de cada 3 organizaciones a nivel mundial lleva a cabo procesos de due diligence de integridad, reduciéndose a 1 de cada 4 en Argentina. Dentro de los riesgos en estás transacciones se destacan: la seguridad informática, la manipulación contable o declaraciones erróneas, soborno y corrupción y las violaciones de la privacidad.
Acerca de las leyes existentes sobre protección de datos, el 39% de los encuestados considera que son una barrera efectiva y el 81% espera que la aplicación de nuevas normas de este tipo aumente en el futuro. Sin embargo, el 59% de los encuestados a nivel mundial no capacita a los empleados en sus responsabilidades de privacidad de datos.
La encuesta refleja que los riesgos de integridad corporativa y fraude han aumentado producto de los cambios vertiginosos impuestos por la pandemia y sus efectos económicos y sociales, acelerando el trabajo remoto, reduciendo presupuestos y recursos y poniendo presión sobre los sistemas de control interno, programas de integridad y de prevención de fraude. En este sentido, la mejor manera de abordar esta realidad es priorizando los cuatro elementos principales de la agenda de integridad: cultura, gobernanza, análisis de los datos y controles internos que alineen las acciones de los individuos con los objetivos de la organización concluyó Dores.