Las innovaciones tecnológicas han traído grandes transformaciones que conocemos como revoluciones industriales. La primera fue impulsada por la máquina de vapor; en la Segunda Revolución llegó la producción en masa. La tercera ola trajo las computadoras y el internet.
La Cuarta Revolución Industrial, o Industria 4.0, trata de la digitalización e integración de todos los procesos de las organizaciones, a través de las nuevas tecnologías (inteligencia artificial, blockchain, internet de las Cosas) que genera la fusión de los mundos físico y digital.
En el Global Digital Operations Study 2018, de PwC Strategy, logramos clasificar a las organizaciones en cuatro categorías: principiantes digitales; seguidores digitales; innovadores digitales y líderes digitales.
¿Qué significa ser un líder digital?
Los líderes digitales y se distinguen del resto porque dominan cuatro ecosistemas:
- Ecosistema de soluciones al cliente. Las empresas presentan mejores productos y servicios y lo hacen a través de la personalización y de una logística mejorada, implementando modelos de ingresos creativos.
- Ecosistema de operaciones. Habilita soluciones y eficiencias de la cadena de valor; abarca las actividades físicas y los flujos que respaldan el ecosistema de soluciones.
- Ecosistema de tecnología. Comprende la arquitectura e interfaces de las tecnologías de la información e impulsa mejoras en los ecosistemas de Soluciones y Operaciones.
- Ecosistema de las personas. Implica el dominio de las competencias y la cultura organizacional. Los líderes digitales planifican el perfil de la fuerza laboral que se requiere en la Industria 4.0.
Seis pasos para ser un líder digital
Es complicado que las empresas sean expertas en los cuatro ecosistemas que conforman la Industria 4.0, pero hay seis pasos para comenzar el camino.
Hacé una autoevaluación y explorá “el arte de lo posible”. Examiná el estado de los productos y servicios de tu empresa, el nivel de satisfacción de tus clientes, las capacidades operativas, el valor de la tecnología que tenés y las habilidades de tu talento. Este análisis sirve para encontrar los puntos débiles e ineficiencias en la organización. En este paso surgen dos preguntas importantes: ¿qué tan preparado estoy para enfrentar los nuevos desafíos del mercado, a los competidores, las cambiantes expectativas de los clientes, las nuevas regulaciones y los avances tecnológicos? Y la pregunta más relevante: ¿qué puedo hacer ahora que no podía antes?
Definí el ecosistema y la propuesta de valor para la organización. Después de tomar el primer paso, se decide qué papel jugará la empresa en la Industria 4.0, qué propuestas de valor presentarás a los clientes y cómo entregarás productos y servicios personalizados. También cabe preguntarse qué se puede ofrecer que los competidores no puedan igualar.
Desarrollá un modelo de operaciones integrado. Este debe abarcar los cuatro ecosistemas. Hay que enfocarse primero en el ecosistema de soluciones al cliente, para esto hay que identificar a los mejores socios estratégicos potenciales y las capacidades que se necesitarán. Continuá con el diseño del ecosistema de operaciones; después sigue la construcción de los ecosistemas de tecnología y de personas para habilitar los dos primeros.
Establecé un comité directivo. Dicho comité tomará decisiones clave sobre las inversiones, revisará y aprobará los resultados del diseño e implementación de los ecosistemas.
Desplegá los ecosistemas. Diseñá e implementá las capacidades de los ecosistemas a través de esfuerzos en equipo rápidos y fluidos. Este paso incluye crear modelos de colaboración para conectar y compartir operaciones entre socios, vendedores, fábricas, proveedores, manufactureros, asesores y empleados permanentes. Estos modelos pueden implementarse como prototipos para luego ajustarlos antes de que los elementos del ecosistema se desplieguen.
Aprovechá al máximo la nueva cadena de valor. Después de que los cuatro ecosistemas estén en su lugar, implementá prácticas para aprovechar al máximo los cambios. Supervisá los nuevos enfoques, centrándote en los niveles de crecimiento, rendimiento, productividad y mejora continua. A medida que los ecosistemas evolucionan, reinvertí en el crecimiento continuo.
*Nota publicada en Forbes México