Los emprendedores son personas muy especiales que piensan de manera muy específica. Probablemente los reconozcas cada vez que los veas: sus palabras lo delatan. A veces es hasta fascinante. A continuación, presentamos cómo piensan los emprendedores y cómo adaptar esas formas de pensamiento.
Concéntrate en tu aporte único
Los verdaderos emprendedores tienen definida su forma única de hacer un aporte al mundo. Saben quiénes son y qué defienden. No buscan simplemente tener éxito o dejar un legado. Se trata de aportar, de tener un propósito, una misión, y cumplir con lo que creen que nacieron para hacer. No les interesa imitar estrategias para seguir el camino de otro; quieren trazar su propio camino extraordinario, vivir su propia vida extraordinaria y lograr lo que se creía imposible.
Para pensar como emprendedor, analizá en detalle lo que ofrecés. Busca tu zona de genialidad: lo que sos bueno haciendo, lo que te gusta y lo que necesita el mundo. Tu aporte único está en el cruce de esas tres cosas.
Nunca pares de solucionar problemas
Los emprendedores siempre andan solucionando problemas, ya sean pequeños, como dónde guardar o cómo arreglar algo, o enormes, como orbitar la Tierra, curar enfermedades o hacer feliz a la gente. Su curiosidad constante y el deseo de mejorar se aplica a todo lo que piensan.
Podés hacer esto buscando siempre una mejor forma de estructurar tu sitio web, atraer a un nuevo cliente o planificar tu día. No pares de preguntarte “por qué” y seguí practicando hasta alcanzar la perfección. Buscá respuestas sin parar y fijate estándares excepcionales porque eso te define.
Protegé tu energía
Los emprendedores saben que deben aplicar su energía con inteligencia y siempre saben si la están malgastando. No admiten dramas, miedos ni negatividad. El gasto consciente de la energía los vuelve más atentos a lo que controlan y lo que no, y se ocupan solo de lo primero. Pueden abstraerse de una conversación o una situación y evaluar rápidamente lo que importa. Si algo no vale la pena, lo dejan de lado al instante.
Para pensar como ellos, protegé tu energía y no la malgastes. Canalizala en tu trabajo, tu equipo y tu progreso y obtendrás grandes resultados.
Practicá la perseverancia
Los emprendedores no esperan que les digan que sí de entrada. Saben que el mundo no les debe nada y presuponen que los demás serán indiferentes. Lo que hacen es planificar sus tácticas y ejecutarlas. Se concentran en destacarse y causar una gran impresión y no paran hasta lograrlo. No admiten excusas o dudas. La idea es volver evidente que trabajar con ellos es la opción más ventajosa.
Para pensar como un emprendedor, tenés que interpretar un “no” como un “todavía no”. Cuanto más pueda hacer alguien por vos, más difícil será de alcanzar, así que hacé más por esa persona. Planificá, poné el plan en marcha y respetalo. Trabajá hasta obtener resultados. Tenés que ser tan bueno que no te puedan ignorar y buscar para que te busquen después.
Compromiso total con tu objetivo
Los emprendedores más efectivos no dan vueltas. No pierden de vista su vocación con proyectos secundarios ni buscan ganar plata rápidamente ni son oportunistas. Tienen un compromiso, piensan solo en eso y ven a largo plazo. Se enorgullecen de eso y se retiran en el momento justo. Pueden tardar años en decidirse, pero cuando lo hacen, lo dan todo. Ninguna oferta de trabajo los tienta y no harían nada más. Pueden detectar distracciones a un kilómetro y mantenerse bien lejos.
Para pensar como ellos, hay que poner todo; nada de cubrir apuestas ni dudar, solo concentrarse y comprometerse a una causa. Respetá tu plan y confiá en tu visión. Que los que se alejen se den cuenta de que deberían haberse quedado y los que dudaron de vos se traguen sus palabras.
Si pensás como un emprendedor, podés hacer avanzar tu carrera. Cuando encuentres ese aporte que solo vos podés hacer, poné compromiso y productividad y con el tiempo obtendrás resultados espectaculares.
Autora: Jodie Cook