¿Te gustaría hacer una carrera como orador? ¿O tu función actual incluye pronunciar discursos ante diversos públicos? En cualquier caso, convertirte en un orador eficaz y de renombre requiere trabajo.
Incluso para aquellos con habilidades naturales para la presentación, irradiar confianza y crear credibilidad es como desarrollar cualquier otra habilidad. Significa práctica, estudiar a los referentes y aprender de los consejos.
Una reputación sólida como orador puede significar mucho más que la capacidad de agendar reuniones. Tu credibilidad puede ser la diferencia entre persuadir a un público y perder su confianza. Eso es lo que persiguen la mayoría de los oradores. Acá cuatro consejos que te ayudarán a mejorar tu reputación, aumentar tu confianza, establecer credibilidad y dejar una impresión duradera en tu público.
1. Desviá la atención de vos mismo
Cuando te subís a un escenario, los focos te iluminan. De repente podés sentir inseguridad por los detalles, desde tu aspecto hasta cada palabra que decís. Una dificultad de pronunciación, temblor en la voz, todo puede disminuir la confianza que tenés.
Uno de los secretos para convertirte en un orador sólido es darte cuenta de que no sos perfecto. Acá está la clave: tu público ya sabe que no lo sos y no espera que seas sobrehumano. A fin de cuentas, tu discurso y pronunciación no tienen nada que ver con vos.
En lugar de eso, desplazá tu atención de vos mismo hacia los que vinieron a escucharte. ¿Qué es lo que buscan escuchar en este momento? ¿Hay algún método específico, como la narración, que cautive más su atención? Una vez que superes la idea de encarnar la perfección, te liberarás de expectativas poco realistas. Dejarás de ser un obstáculo para que tu público pueda ver tu valor.
2. Respaldá tus palabras
Una persona puede hablar sobre distintos temas. Sin embargo, las palabras no siempre suenan verdaderas entre el público si no hay algo que las corrobore. Las fuentes y citas de la información que presentás rompen esta barrera.
A veces, invitar a otro experto a participar en la conversación también es una ayuda. No es necesario que se encuentren presentes, el uso de videoconferencias pregrabadas o en directo puede servir. Al mismo tiempo, es importante evitar presentar los hechos y las cifras como piezas de datos. Utilizar la técnica narrativa de "mostrar, no contar" aumenta la impresión que puede causar tu discurso y cómo será recordado.
Contarle a la gente un montón de estadísticas significa que habrá entre un 5% y un 10% de posibilidades de que retengan lo que dijiste. Sin embargo, cuando usás los datos como parte de una historia, los índices de retención aumentan hasta el 65% o el 70%. Es una gran diferencia, que aumentará tu reputación como orador memorable.
3. Hablá desde tu experiencia
Si no mencionás por qué estás cualificado para hablar de un tema, tu audiencia se va a cuestionar por qué debería escucharte. Eso no significa que alardees, pero sí que les brindes una idea de tus antecedentes.
Imagina dar una charla informativa sobre estrategia de contenidos. Ofrecer una visión general de tu experiencia profesional al principio de su discurso te otorga credibilidad. Por supuesto, no todo el mundo tiene una impresionante lista de credenciales profesionales. Si estás estudiando para obtener una certificación o un título y tenés alguna experiencia practicando el tema del que hablás, ahí está tu credibilidad.
A veces, tu autoridad proviene del entusiasmo que sentís por el tema. Es posible que no seas un experto en el sentido tradicional, pero que hayas acumulado un montón de conocimientos a través de tus aficiones, intereses secundarios y relaciones con los demás. Cualquier conexión que tengas con el tema es bueno establecerla por adelantado.
4. Ofrecé una prueba social
Una vez que empieces a pronunciar discursos, pedí a los demás que creen testimonios y opiniones. Los testimonios positivos pueden llegar muy lejos con el público futuro. El 72% de los consumidores confían más en una empresa por las reseñas o testimonios positivos. Como orador, tu empresa sos vos mismo.
Puede llevarte un tiempo crear una cartera de reseñas del público. Vas a tener que hacer algo más que comprometerte y demostrar tu capacidad. Pero una vez que ganes algo de reconocimiento, no está de más pedir recomendaciones. Siempre es importante asegurarte de que quienes te proporcionen testimonios se sienten cómodos y escriban realmente lo que piensan.
Una idea es dejar que tus defensores elijan el formato, ya sea un testimonio en vídeo o una reseña escrita. De este modo, no tendrás la sensación de estar presionando a alguien para que dé fe de tus habilidades de un modo que le incomode. Una vez que tenga tus testimonios, compartilos en tus páginas de las redes sociales y en otros materiales de marketing. Demostrales a los demás por qué la gente conecta con tus palabras.
Establecé tu reputación como orador
Convertirte en un orador profesional reconocido o perfeccionar tus habilidades de presentación es una empresa noble, pero difícil. Tenés que convencer a los demás de por qué debería importarles lo que tenés que decir.
Dejar que tu reputación hable por sí misma es una opción. Sin embargo, lo más probable es que tengas que esforzarte por construir tu credibilidad.
Centrate en las necesidades de tu público, contá historias basadas en datos, explicá por qué estás cualificado y ofrecé pruebas sociales. Seguir estos consejos te ayudará a dar lo mejor de vos mismo.
Nota publicada en Forbes US.
