Ser honesto, no grosero
Las cosas hay que saber decirlas. Ser honesto sin ser grosero. Con la inteligencia emocional se puede decir la verdad sin quemar un puente.
Mucha gente piensa que el contenido de la conversación es lo que hace a la gente ponerse a la defensiva, por lo que asumen que es mejor decir las cosas como salgan. Pero no es así. La gente se pone a la defensiva por la intención que hay detrás del contenido. No es la verdad lo que duele, sino lo mal que se dice.
Compartir los sentimientos de verdad
Algunos profesionales de la comunicación sugieren que cuando es el momento de hablar, la forma más diplomática de hacerlo es empezando por compartir tus sentimientos. Pero cuando hablamos de nuestros sentimientos por formalidad diplomática, realmente no sentimos nada y eso confunde a la gente.
Es mejor empezar a hablar de hechos. Es decir, podemos recurrir a los sentimientos y emociones pero a partir de datos y argumentos útiles.
Tener la mente abierta
Cuando alguien recibe una opinión contraria sobre un tema que realmente le preocupa, la reacción natural es la “defensa”. Pero ponerse a la defensiva es una ruta segura para el fracaso.
Tené curiosidad. Desarrollá una sana duda acerca de tu propia seguridad. La mejor manera de persuadir es escuchando.
Hacete cargo
Tu jefe te dice que vas a llevar adelante un proyecto. Más tarde te enteras de que han nombrado a otra persona. Te sentís decepcionado. ¿Es tu jefe el causante de esa decepción?
Cuando nos sentimos amenazados, ampliamos nuestras emociones negativas culpando a los demás de nuestros problemas. Pero hay que pararse a pensar qué papel jugaste para generar esa situación. Una parte de tu decepción tiene que ver con la “traición” de tu jefe, pero otra parte tendría que ser por no haberte esforzado lo suficiente para ser la mejor opción para el proyecto.
No discutir innecesariamente
Las personas exitosas saben esto. No evitan el conflicto, porque saben que pueden sacar algún beneficio antes de que se les vaya de las manos. Aplicá estas estrategias antes de tu próximo conflicto y te sorprenderás de los resultados.
*Nota publicada en Forbes España