Vivimos en un mundo cada vez más digitalizado, donde los avances tecnológicos impulsan importantes cambios en nuestra cotidianeidad y nos permiten resolver problemas de manera simple y en este contexto, las empresas enfrentan cada vez más desafíos a la hora de innovar, dado que la transformación se ha convertido en una demanda permanente de clientes y usuarios.
Pani Maggiani, socia de PwC Argentina, comentó recientemente en un evento del sector, “nos estamos acostumbrando a las innovaciones, nuestras experiencias satisfactorias hacen que tengamos mejores expectativas y terminamos reclamando innovación constante a todas las industrias”. Ello, de acuerdo con la especialista, representa una exigencia adicional para las compañías que deben hacer frente a esta demanda con los recursos que tienen a disposición.
“Esta aceleración necesita de metodologías más ágiles y rápidas”, describe Maggiani y al respecto revela: “Estamos ante un cambio vertiginoso por tres razones: expectativas de los consumidores que interactúan con compañías nativas digitales (que son cada vez mayores), nuevos competidores que surgen y nuevas tecnologías”.
Para la especialista de PwC Argentina, esta metodología requiere equipos empoderados que producen resultados y agregan valor de manera constante. “Ya no se espera al final del proyecto para tener resultados, sino que se vuelve necesario generar entregables e ir iterando sobre los mismos con equipos multidisciplinarios que trabajan todos juntos, en un mismo espacio, con objetivos bien definidos y alcanzables”, dice y sentencia: “Si no trabajamos con esta metodología ágil, nos quedamos atrás”.
En cuanto a la necesidad de tomar conciencia de lo vertiginoso de los cambios, Maggiani puso de manifiesto que el tiempo se ha acelerado: “Para llegar a 50 millones de consumidores, las aerolíneas tardaron 50 años, internet 7 años y “Pokémon Go”, 19 días”, señala.
En esa línea revela que hubo un cambio de paradigma, ya que hoy, en lugar de hablar de un producto y ofrecerlo, se habla de necesidades: "Uno adapta sus procesos para que sean digitales y se pueda satisfacer una necesidad en lugar de empujar un producto. Es necesario ser competitivos, pero también impulsar la cultura de la innovación”.
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Aunque extremadamente desafiante, sostiene que este funcionamiento es bueno porque nos obliga a estar en constante crecimiento. Y a pesar de que la innovación en la que estamos se va haciendo cada vez más difícil, añade que también vamos incorporando más herramientas tecnológicas que nos permiten pensar cosas nuevas.
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“Ante el desafío que nos propone esta vorágine digital, las empresas requerirán cada vez más en sus negocios de funciones automatizadas, profesionales capacitados en la toma de decisiones estratégicas que impulsen el desarrollo, en el marco de los ecosistemas existentes y los nuevos por venir”, finalizó Maggiani.
