Cómo evitar que la IA mate la innovación en los equipos
Diego Pasjalidis Director, conferencista y autor especializado en innovación
Diego Pasjalidis Director, conferencista y autor especializado en innovación
La inteligencia artificial (IA) permeó por todos los rincones del mundo empresarial, prometiendo eficiencia, escalabilidad y una capacidad de procesamiento sin precedentes. Sin embargo, mientras muchos celebran su impacto positivo en la productividad, hay una preocupación latente: ¿dar tanto poder a la IA podría sofocar la innovación humana?
En una era donde las organizaciones recurren a la IA incluso para generar ideas, podría estarse configurando un problema de fondo: el riesgo de que el pensamiento creativo humano se atrofie.
La eficiencia y la innovación no siempre van de la mano en el mundo de los negocios. La IA, con su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos, optimizar procesos y generar respuestas basadas en patrones preexistentes, es una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia. Pero, paradójicamente, su uso desmedido en la generación de ideas podría llevar a un nuevo nivel de estandarización peligrosa.
Investigaciones recientes alertan sobre el fenómeno de la "vetocracia", donde los propios mecanismos creados para mejorar la toma de decisiones terminan paralizándola. Si aplicamos esta idea a la IA, podría significar que, al depender demasiado de ella para la creatividad, se terminen replicando y validando las mismas ideas una y otra vez, sin permitir verdaderas disrupciones.
El "prompt engineering" se está convirtiendo en un diferenciador clave. No se trata simplemente de copiar y pegar preguntas genéricas en un chatbot, sino de diseñar instrucciones con inteligencia humana, curiosidad y un enfoque estratégico que realmente desafíe los límites de la IA. Aquellos que sepan formular prompts adecuados lograrán respuestas más creativas y útiles, convirtiendo la IA en una herramienta potenciadora de ideas, en lugar de un simple replicador de conocimientos previos. Y es ahí adonde el conocimiento, experiencia y creatividad humana hace la diferencia: un inexperto que promptea obtendrá una respuesta mediocre versus al resultado al que puede llegar un experto en la materia o en la forma de abordar un desafío.
El pensamiento basado en precedentes ("precedents thinking") es una metodología como clave para la innovación: en lugar de buscar ideas radicalmente nuevas, las empresas más exitosas han sabido combinar conceptos existentes de formas novedosas.
Si la IA se limita a generar ideas sin esta capacidad de combinación y conexión, corremos el riesgo de caer en una "innovación vacía": muchas ideas, pero sin impacto real.
Se estima que, en la actualidad, 6 de cada 10 empresas ya utilizan IA en procesos de toma de decisiones, lo que plantea una cuestión crítica: ¿en qué momento dejamos de ser líderes y nos convertimos en meros validadores de lo que sugiere una máquina?
El liderazgo efectivo en la era de la IA no se trata de delegar decisiones en algoritmos, sino de utilizarlos como un complemento a la intuición y experiencia humana. La IA puede analizar tendencias y riesgos, pero la creatividad, la visión de futuro y la capacidad de desafiar el status quo siguen siendo atributos irremplazables del liderazgo humano.
Para evitar que la IA mate la innovación, las empresas deberían considerar:
La IA no tiene por qué ser un freno a la innovación, siempre que se utilice con inteligencia humana. La clave no está en reemplazar el pensamiento creativo, sino en potenciarlo, y es justamente ese equilibrio una ventaja competitiva real en la era de la automatización: no ser más rápidos ni más eficientes, sino ser genuinamente innovadores.
En este nuevo paradigma, la IA puede ser el mejor aliado o el peor enemigo de la creatividad. La diferencia la hará la manera en que la utilicemos.
(*) Diego Pasjalidis es Director de posgrados y maestrías de ITBA, conferencista y autor especializado en innovación.