En nuestro mundo acelerado, el cambio no es un escenario de “qué pasaría”, sino de “cuándo”. No se trata de una palabra de moda, es una habilidad crítica de liderazgo. 

Como líder, ¿qué pasa cuando el cambio que estás guiando empieza a desdibujar las líneas entre la interrupción progresiva y el caos insostenible? ¿Cómo podés mantener la cordura y seguir siendo una mano firme? 

Acá, 5 estrategias clave que te ayudarán no sólo a gestionar el cambio con eficacia.

1. Enfocate en el “por qué”
 

Cuando el cambio está en el aire, preservar tu cordura y garantizar el éxito de tu transformación depende de una profunda comprensión e interiorización del "por qué" que hay detrás de esos cambios. De hecho, el EY Beacon Institute descubrió que las empresas que comunican eficazmente el "por qué" que hay detrás de sus acciones y lideran con un propósito tienen 2,5 veces más éxito en lograr el éxito de la transformación en comparación con las que no lo hacen.

La esencia de comunicar el "por qué" va más allá de centrarte en los resultados o los rendimientos financieros. Es necesario hacerte eco de las implicaciones más amplias para tu equipo, tu cultura y clientes, no sólo del balance final. Por ejemplo, empezá por articular la visión a la que debe servir el cambio, instando a tus equipos (y a vos mismo) a imaginar el mañana más brillante que el cambio puede anunciar de forma significativa.

Pero no te detengas ahí. Desarrollá tu "por qué" personal. ¿Qué significará este cambio para vos profesional o personalmente? ¿Cómo se alinea con tus valores fundamentales y aspiraciones profesionales? Al personalizar el cambio, crearás una profunda reserva de motivación a la que recurrir cuando las cosas se pongan difíciles.

2. Adoptá una mentalidad de principiante
 

Las investigaciones indican que casi el 70% de los esfuerzos de transformación empresarial fracasan, y uno de los principales factores que contribuyen a ello es la inercia organizativa. La batalla contra "la forma en que siempre se hicieron las cosas" puede agotar significativamente tu cordura durante las iniciativas de cambio.

No importa lo experimentado que seas, cada cambio es un nuevo comienzo. Para gestionar el cambio de forma más eficaz (y sostenible), acercate a él con una "mentalidad de principiante". Mostrate dispuesto a aprender, a cuestionar y a desaprenderte de lo que ya no sirve. 

Los estudios demuestran que adoptar una "mentalidad de principiante" impulsa significativamente el aprendizaje, mejora la capacidad para resolver problemas, potencia la creatividad y mucho más. Estas cualidades son esenciales para gestionar eficazmente el cambio y pueden ayudarte a ver oportunidades donde antes sólo había desafíos aparentes.

Podés empezar por cuestionarte diariamente. Animarte a vos mismo y a tu equipo a preguntarse: "¿Por qué hacemos las cosas así?" o "¿Cómo podríamos hacerlas de otra manera?". 

Estas preguntas ayudan a desafiar el statu quo, que suele estar profundamente arraigado durante los periodos de transición. Además, identificá y desaprendé los comportamientos del pasado que puedan obstaculizarte durante los ajustes a las nuevas formas de trabajar. Esta flexibilidad es fundamental en un entorno tan dinámico e imprevisible como el cambio.

3. Reforzá tu red de apoyo

El cambio puede ser aislante, especialmente para los líderes. Los estudios sugieren que navegar por el cambio en el lugar de trabajo puede incluso evocar respuestas emocionales similares a las experimentadas durante el duelo. Por eso es imperativo construir y mantener un sólido sistema de apoyo. 

Como mínimo, tu red debería incluir aliados que comprendan las complejidades a las que te enfrentás y mentores o entrenadores que puedan ofrecerte la sabiduría de sus propias experiencias y guiarte a través de las dimensiones emocionales del cambio.

Hacé un mapa de sus "aliados" en la oficina. Puede tratarse de subordinados directos cuya aceptación sea esencial para el cambio, de compañeros de toda la organización que estén pasando por transformaciones similares o incluso de superiores que tengan un interés personal en tu éxito. De entre estos aliados, cultivá las relaciones mentor-alumno. No subestimes el poder de las historias compartidas y el don de aprender de alguien que estuvo en tu lugar.

Considerá la posibilidad de contratar a un coach durante las fases de cambio especialmente desafiantes. Un coach capacitado puede proporcionarte un punto de vista objetivo y ayudarte a trabajar en temas que quizás no te sientas cómodo discutiendo dentro de tus relaciones habituales de trabajo.

4. Centrate en el impacto, no en la actividad

Es fácil sentirte abrumado cuando estás en pleno cambio, con un sinfín de tareas que gestionar, directivas que transmitir e informes de progreso que compilar. Un estudio de Gartner revela que el 73% de los empleados sometidos a cambios experimentan niveles de estrés de moderados a altos y los afectados por el estrés relacionado con el cambio suelen tener un rendimiento inferior al de sus compañeros. 

Esto se debe con frecuencia a desafíos a la hora de priorizar o comprender el impacto global de estas actividades impulsadas por el cambio. Sin embargo, los líderes de éxito aprenden a distinguir las pocas cosas críticas de las muchas triviales, navegando a través de este estrés para dirigir a sus equipos con eficacia.

En lugar de sobrecargarte a vos mismo y a tus equipos con tareas menores, trazá los objetivos de impacto estratégico del cambio. ¿Cuáles son los tres principales resultados que, si se consiguen, significarían una transición exitosa?  A continuación, elevá estos objetivos a la categoría de principales, comunicando periódicamente los progresos a todas las partes interesadas. Este enfoque no sólo agiliza tus esfuerzos, sino que también establece una dirección y un propósito claros para tus equipos.

Para mantener la concentración, sacá sin remordimientos la prioridad a las actividades que sumen poco a la zona de impacto. Se trata de un movimiento audaz pero necesario para proteger tu energía y recursos durante los periodos de cambio demandados.
 

5. Expresá gratitud

La práctica de la gratitud, especialmente en tiempos de cambio, es una herramienta poderosa. Según una encuesta realizada por Monster.com, tanto expresar como recibir gratitud en el trabajo puede aliviar significativamente el estrés y la ansiedad. Esta práctica desplaza tu atención de los aspectos negativos del cambio a los beneficios que aporta. 

Formá el hábito de expresar gratitud por las oportunidades que presenta el cambio, las lecciones que ofrece e incluso los obstáculos que te ayuda a superar. Reservá un tiempo cada día para reflexionar sobre los aspectos positivos. Tal vez se trate de un miembro de tu equipo que demostró un liderazgo inesperado o de un desafío que te llevó a mejorar tus procesos. Encontrá estas pepitas de oro y expresá tu gratitud por ellas.

Animá a tu equipo a hacer lo mismo. Te sorprenderá cómo una cultura de gratitud transforma la mentalidad colectiva, haciendo que todo tu equipo sea más resistente ante el cambio.

El cambio es un adversario formidable, pero anclándote en un propósito, adoptando una mentalidad de apertura, alimentando tus sistemas de apoyo, manteniéndote centrado en el impacto y expresando gratitud, no sólo podrás sobrevivir al cambio, sino prosperar verdaderamente en él.

Nota publicada en Forbes US.