Ingeniero industrial de la UCA, Axel Labourt es, desde mayo de 2019, presidente de Corteva Agriscience de la Región Cono Sur. Desde mayo de 2017 lideró la transformación de la División Agrícola de DowDuPont para Latinoamérica, hoy Corteva. Es una compañía 100% dedicada al agro que surge de la fusión de dos compañías muy conocidas en el sector. Se escindió como empresa independiente en 2019, somos 21.000 personas a nivel global respirando y dedicados al agro 24/7. Somos una compañía de conocimiento, de ciencia y tecnología, con el propósito de potenciar al productor para servir mejor al consumidor, explica el ejecutivo.
En esa evangelización con los productores a la hora de inculcar nuevas prácticas, ¿cuál es la barrera cultural más difícil de superar?
El productor argentino es por naturaleza pionero. Estamos acostumbrados a cumplir con las exigencias más altas en términos de calidad. Fue pionero en la adopción de la siembra directa, los cultivos de cobertura y la rotación de cultivos, y es pionero en la adopción de nuevas prácticas como aquellas que ayudan con la captura del carbono en el suelo: el año pasado lanzamos el primer piloto en Argentina y en escasos meses tuvimos una adhesión de 20.000 hectáreas.
Hubo un lanzamiento muy importante este año. ¿Cómo fue?
Hace 15 años veníamos trabajando con el desarrollo y la adaptación de la tecnología Enlist; es la posibilidad de darle al productor argentino herramientas para lidiar con el problema más grave o más serio que tenemos en el país, que es el crecimiento de las malezas resistentes presentes en el 80% del área donde se planta soja. Estamos trabajando en un ecosistema para tratar de hacer los sistemas de captura de valor un poco más virtuosos, más fáciles de usar.
¿Cuál fue el principal obstáculo?
Todas las inversiones que hacemos las hacemos a larguísimo plazo. En un país como el nuestro, que tiene muchas urgencias y prioridades de cortísimo plazo, estar pivoteando entre el largo y atajando los penales del corto es un desafío enorme. Pero estamos en un sector que porque mira 10 años para adelante representa lo que representa para Argentina, porque logró trascender la coyuntura. Y el otro desafío es entender que en esto estamos todos juntos, tenemos que encontrar la manera de ponernos de acuerdo y trabajar sobre eso.
¿Cómo ves el futuro de Corteva?
Soja Enlist se lanzó en EE.UU. hace tres campañas y vamos a terminar con 2 de cada 2 hectáreas de soja plantadas con la tecnología, imaginate el potencial. De acá a 10 años tenemos una oportunidad fantástica de poner a Argentina de vuelta en el mapa mundial en términos de la potencia agroexportadora que tenemos. Junto con The Economist desarrollamos el Global Food Security Index que mide la seguridad alimentaria en cuatro aspectos: la calidad de los alimentos, la accesibilidad, la disponibilidad y el impacto, y la desigualdad entre los 113 países que hacemos agricultura y alimentos. Hay que visibilizar estas herramientas que van a ayudar al sector público y privado a para atacar esos problemas.
¿Cómo está Argentina?
Estamos muy bien en términos de producción de alimentos, tenemos que mejorar mucho en distribución y acceso de esos alimentos. En América Latina, lideran Costa Rica y Chile.
¿Cómo se trabaja para que cada vez más personas accedan a alimentos?
En el corto plazo tenemos que meter las manos en el barro. Estamos importando un modelo que implementó Corteva en Kenia para productores de subsistencia, que ya llevamos a Brasil, y el año pasado hicimos el primer piloto en Tucumán y en Corrientes, que llegó a 30 productores. Se trata de ayudar al productor a plantar y sembrar mejor, cómo se fertiliza, qué tecnología tenés disponible, cómo comercializás. Educarlo en las mínimas necesidades básicas.