En una madrugada cualquiera, Juan Pablo Barahona se halló inconsciente, tirado en el medio de la calle y con el deseo de quitarse la vida. Tenía sólo diecisiete años. Bien podría decirse que aquel fue el punto de partida de un nuevo comienzo, una suerte de renacer, que le permitió desarrollar lo que define hoy como “la vida de sus sueños”.

Después de aquel episodio, y tras pasar cuatro años en una comunidad espiritual en Italia, se despertó en Juan Pablo el deseo de ayudar a que otras personas no pasaran por lo mismo. Y lo que en aquel momento fue un deseo, se convirtió en realidad.

"Una vez que entendí mi propósito, empecé a formarme profesionalmente. Estudié kinesiología, neuroplasticidad, neurociencia, medicina china, yoga, meditación, respiración, nutrición, terapias de relajación, ayurveda y chamanismo”, cuenta Barahona. “Tras aquel episodio en mi adolescencia, me comprometí no sólo a encontrar todos esos traumas y problemas que me estaban generando eso, sino a convertirme en coach y en la persona que soy”, refuerza. 

Tras diez años enseñando en inglés por todo el mundo, trabajando con emprendedores, CEOs y líderes a través de su método Quantum Flow, ahora empieza su gira en español por Latinoamérica. Durante la última década, viajó por más de veinte países y trabajó con personas de Estados Unidos, Canadá, India, Australia, Nueva Zelanda, Europa, Medio Oriente y Dubai, por mencionar algunos.

"Que alguien de Costa Rica, un país tan pequeño, pudiera hacerse un lugar en todo el mundo, es para mí un mensaje en sí mismo. Pude traspasar las barreras culturales, el limitante del idioma, y la vida me fue dando las oportunidades de hacerlo y yo me animé”, precisa. “Creo que mi historia puede ser una fuente de inspiración para los latinoamericanos, una forma de mostrar que es posible impactar con su trabajo de manera global. Si logramos dejar ir todas esas limitaciones que nos imponen, está claro que se puede soñar en grande", dice.

Una puerta hacia la innovación, la creatividad y plenitud

El método Quantum Flow (Flujo Cuántico) es un canal al que recurren muchas empresas, desde sus líderes hasta sus colaboradores, de distintos rubros. Así, llegan muchos CEOs, emprendedores y personas que buscan tener más creatividad, mayor espontaneidad, más fuerza, más energía, más lucidez para tomar mejores decisiones e innovar, además de lograr un equilibrio sano y pleno entre trabajo y vida personal. 

Para eso, Juan Pablo Barahona los nutre con lo último de neurociencia y neuroplasticidad. “Trabajamos mucho con emprendedores que sufren burn-out, padecen estrés y tuvieron mucha presión a lo largo de su vida y no supieron cómo manejarla. Entonces, por más que aprendieron a meditar o hacer yoga, a muchos les cuesta ser constantes, no tienen tiempo o no se hallan en estas disciplinas. Y para eso está Quantum Flow, que les permite en veinte minutos entrar en ese estado de flow state”, explica.

Entonces -continúa Barahona-, “no sólo se trabaja en la mentalidad; lo que nos hace únicos en el método Quantum Flow es que trabajamos sobre el sistema nervioso. En el momento en el que el sistema nervioso se libera de estrés es más fácil cambiar la mentalidad. Es un proceso que va desde adentro hacia fuera". 

“El objetivo es liberar la tensión que has acumulado durante años, lo que ha generado que el sistema nervioso se comprimiera. De esta forma, la electricidad que fluye es de un 20 - 30 %. Estás usando un 30 % de tu potencial”, esgrime.

¿Cómo se trabaja?

El método se desarrolla en talleres, cursos (virtuales o presenciales)  y hasta en encuentros que duran sólo 15 o 20 minutos. “Siempre hablamos desde el lugar de la ciencia. Les explicamos qué está sucediendo en el cuerpo, en el sistema nervioso, en el cerebro, qué partes del cerebro están dominando”, introduce Barahona.

Sobre esto, amplía: “Por ejemplo, la amígdala, que es la que te mantiene en estado de supervivencia, está constantemente reaccionando, y eso apaga otras partes del cerebro que se relacionan con el gozo, la paz, intuición y la alegría. Es como que todo se enfoca en la supervivencia”.

Según explica el especialista, “esto genera que la persona siempre esté protegiéndose ante la vida, pensando lo peor, en emociones negativas, en que cualquier estímulo externo lo va afectar o dañar. Estás en estado de protección constante”. De esta forma, “lo que hacemos -agrega- es explicarles cómo salir de ese estado utilizando el sistema nervioso, el cerebro, las emociones y la mentalidad exitosa”.

“Cuando ya entendieron de qué estamos hablando, les explicamos por qué vamos a trabajar ciertas técnicas de respiración, técnicas de ejercicios psicosomáticos y psicofísicos. Es donde trabaja el inconsciente a través del sistema nervioso. Se liberan emociones, creencias, pensamientos que no permiten ver la realidad con ojos de éxitos”, profundiza.

“Pequeños trabajos de 15 o 20 minutos ya son suficientes para lograr cambios exponenciales”

Juan Pablo Barahona.

“Uno de los problemas de los emprendedores -revela el especialista- es que su mente está tan acostumbrada a entrar en las ondas beta (enfoque, estrés) que les cuesta salir de allí. Por eso, cuando cierran los ojos e intentan meditar, dicen que no pueden. En simples palabras, para explicarlo de manera sencilla, a través del método Quantum Flow liberamos esa tensión para que su cerebro entre en estado 'alfa', que es el estado meditativo”, remarca.

Y completa: "Todos los emprendedores buscan confianza, porque es lo que más les falta: animarse a dar el paso y confiar en sí mismos, ya sea para invertir o empezar un proyecto. Se trata de transformar los miedos, que provienen de estar en un estado de supervivencia. Eso es posible cambiarlo y utilizar el miedo como energía interna, como un motor, en vez de que represente un obstáculo". 

Desde colaboradores hasta CEOs

Un CEO, subraya Barahona, tiene que trabajar sus cualidades: analizar, observar, no reaccionar, tener compasión, escuchar al otro, entrar con humildad, amor y claridad. “Es un trabajo interior de ver cómo reacciono, por qué me abrumo, por qué me pierdo en el sabotaje.  Vamos al problema directamente. Les enseño a ser más intuitivos, conectar con su ser interior y ser auténticos. Que les tengan respeto por la inspiración y no por el carácter”, completa.

Por otro lado, con los colaboradores, quienes responden al CEO o líder de la organización, se trabaja en ser claros, creativos, aprender a comunicarse. “Cuando les matás la creatividad, les matás el alma; tenés robots trabajando en la empresa”, enfatiza Barahona.

“Hay muchas personas que se guardan emociones y que son sensibles por dentro. Que no se sienten bien.  Es tanto el estrés que traviesan que viven en un muro gigante y no disfrutan la vida”, cierra.