Cuando Tamara Vinitzky y Gabriela Terminielli presentaron el Capítulo Argentina de Women Corporate Directors (WCD) en 2017 tenían un objetivo: crear demanda. “Se generó el espacio para pensar en el próximo paso después de la vida corporativa, algo que no estaba en el mapa de proyección de las mujeres”, explica Terminielli. Y agrega: “Hoy eso cambió y muchas disfrutan de aportar su visión y conocimiento en un directorio”.
En ese marco, WCD Argentina celebra su quinto año de existencia. Actualmente, son 80 las mujeres profesionales y ejecutivas líderes de empresas que son miembros, con un crecimiento del 66% en los últimos dos años. “Salimos a mostrar la necesidad que evidentemente tenía este target de mujeres -dice Vinitzky-. Son mujeres que ocupan puestos de decisión, pero tenían poca visibilidad a la hora de hablar de negocios. Siempre eran hombres a los que veíamos en esos lugares y trabajamos para que eso cambie”, continúa quien también es socia de KPMG.
-¿Cómo nace WCD Argentina?
Tamara Vinitzky (TV): WCD es una organización internacional que tiene 66 capítulos alrededor del mundo y se la denomina como “la élite de mujeres ejecutivas”. Agrupa solo presidentas, CEO, dueñas y directoras de compañías alrededor del mundo y es una base confiable que usan los headhunters a la hora de buscar mujeres para directorios. KPMG es el main sponsor y en 2016, siguiendo un poco la política global, decidimos traer el capítulo a la Argentina. Por eso decimos que es como una startup, porque empezamos literalmente de cero con Gabi.
-¿Cuál era el diferencial que buscaban?
Gabriela Terminielli (GT): Una pregunta que nos hacíamos era: '¿Qué hace la mujer corporativa que termina su carrera a los 55 años?'. Y la respuesta era que se retiraba, se iba a cuidar a los nietos o cuestiones por el estilo. Pero ¿qué hace el hombre con una muy buena carrera corporativa? Se va a sentar a un directorio, por eso vemos los directorios llenos de señores de entre 60 y 70 años. Entonces, ¿por qué las mujeres no tienen esta oportunidad de continuar su carrera productiva después de haber dedicado 30 años a una actividad y tener trayectorias espectaculares? Nos enfocamos en eso y es un gran diferencial que damos.
-¿Cómo es su relación?
TV: Tenemos una muy buena sociedad porque nos entendemos muy bien. Somos distintas, sabemos cuáles son las fortalezas y las debilidades de cada una y nos complementamos. También entendemos cuáles son los intereses, las necesidades o los momentos personales de cada una.
Los desafíos
De los cinco años de trabajo que lleva WCD Argentina, dos de ellos fueron en pandemia. “Fue el momento en el que más crecimos”, revela Vinitzky. Y agrega: “Esto fue porque nos reconvertimos de una forma muy rápida que, si te lo ponés a pensar, es lo que todas las compañías tuvieron que hacer”.
-¿Fue un desafío ese proceso?
TV: Sí, pero logramos una reconversión y un posicionamiento rápido. Nos propusimos buscar cómo ayudar a las personas que forman parte de la organización. Y lo hicimos al punto tal que Bloomberg nos mencionó dentro de las 500 personas de Latinoamérica que más se habían adaptado al cambio o a la necesidad del cambio en la región en el año de la pandemia.
-Algo que actualmente se debate mucho es si las empresas realmente quieren sumar mujeres a sus directorios o hacen “pinkwashing”. ¿Cómo lo analizan ustedes?
GT: Hay de todo. No vamos a negar que hay muchos boards que todavía no están convencidos de que la diversidad es un valor en serio y que suman mujeres sin la convicción de que es un aporte significativo, solo porque es políticamente correcto. Ahora, también sabemos, y está muy comprobado, que hay muchos fondos inversores que están mirando y que, si ven directorios homogéneos y sin diversidad, no invierten.
TV: Goldman Sachs, por ejemplo, no solo no invierte, sino que ni siquiera otorga préstamos a una compañía que no tiene mujeres en el directorio. Entonces, es verdad que debe haber muchas compañías que lo hacen por un impacto en definitiva económico, por una necesidad de un deber ser o por inversores y préstamos, pero tenemos casos concretos en Argentina en los que fueron a buscar mujeres por el deber ser y pidieron tres para tomar una pero, cuando las entrevistaron, se quedaron con las tres. Igual todavía falta en términos de cantidad. KPMG hace un estudio todos los años donde se observa que las mujeres en directorios de las compañías de mayor PBI de la Argentina rondan alrededor del 10%. Va creciendo, pero a un ritmo muy lento.
-¿La brecha salarial también es un desafío?
GT: Hay una brecha y hay un número, que es 27%. Lo que pasa es que depende de la compañía. Hay algunas que no pueden tener brecha salarial, como las grandes compañías americanas o globales, por- que es una política que tenés que cumplir. Ahora, cuando vas a otro tipo de compañías, tenés brecha,
que es algo incomprensible porque, al mismo rol, misma paga. Es sentido común.
-¿Trabajan en la capacitación?
GT: Sí. Uno de nuestros propósitos a futuro es empezar a preparar a esas chicas que arrancan su ca-
rrera corporativa para que lleguen con naturalidad a los directorios. Que sea un paso más dentro de
su carrera.
-¿Qué esperan para los próximos cinco años?
TV: Constantemente tenemos nuevos desafíos y los autogeneramos. Eso también es lo que mantiene viva nuestra sociedad y el alma de la organización: siempre la ambición, ser inquietas, autodesafiarnos e ir por más. Eso nos caracteriza a las dos. Por otro lado, para poder llevar adelante un proyecto, tenés que tener un equipo de soporte que esté ayudando a llevar adelante las ideas y ahí el equipo de KPMG es un aporte clave.