El grupo hotelero Marriott anunció el fallecimiento a los 62 años del presidente y consejero delegado de la compañía, Arne Sorenson, quien en el 2019 fue diagnosticado con un cáncer de páncreas.
Dos semanas atrás, la cadena había anunciado que su presidente reduciría su horario de trabajo para facilitar un tratamiento más eficiente contra su enfermedad y para evitar su agotamiento.
Sorenson fue el primer presidente de Marriott ajeno a la familia fundadora homónima y el tercero en el puesto de consejero delegado, al que accedió en el 2012.
Nacido en Tokio en 1958 mientras sus padres estaban en una misión luterana, Sorenson se trasladó a los EE.UU. a los siete años. Era graduado en Derecho y entró en la compañía en 1996, tras asesorarla en diversos casos.
Luego de escalar hasta la presidencia, capitaneó una fase de crecimiento que incluyó la adquisición en el 2016 por US$ 14.000 millones de Starwood, dueña de las marcas Sheraton o W, consolidando a la empresa como la de mayor cantidad de habitaciones a nivel mundial.
Justo después de adquirir e integrar Starwood Hotels and Resorts a Marriott y registrar un período de crecimiento sin precedentes, a Sorensen le diagnosticaron un cáncer de páncreas en etapa II. Como era tratable, Sorensen pasó por una cirugía, quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia, todo en 2019, sin dejar de dirigir la empresa fusionada: 30 marcas de hotelería que operan 7.400 propiedades en 134 países y territorios.
Padre de cuatro hijos, "Arne era un ejecutivo excepcional, pero más que eso, era un ser humano excepcional, destacó J.W. Marriott, presidente ejecutivo y del consejo de administración.
Stephanie Linnartz, presidenta de operaciones de consumo, y Tony Capuano, al frente del desarrollo global, diseño y servicios de operaciones, sustituirán a Sorenson y supervisarán las operaciones de las unidades de negocio y las funciones corporativas de la empresa, además de mantener sus responsabilidades actuales.
Si bien la empresa se preparaba para una reactivación de la actividad hotelera, el fallecimiento de Sorenson se da en un momento crítico de la industria. Meses atrás, el ejecutivo se mostraba confiado pese al panorama sombrío. "Esta es la peor crisis en la historia de la industria, pero la experiencia de desafíos anteriores ayuda a atravesarla", decía. Sorenson vivió la tragedia de los atentados del 11 de septiembre y el congelamiento total del turismo que provocó. Después vino la crisis económica de 2008 y enfrentamos desafíos parecidos. Sorenson creía que la crisis de hoy realmente no tiene precedentes. Creo que las empresas tienen que reaccionar con disciplina. Recortar costos inmediatamente, claro, pero seguir innovando. Pensar cómo se puede ayudar. Mostrar empatía. Apoyar a los empleados, a los clientes y a las comunidades donde uno opera. Y no perder el optimismo. Esta crisis va a pasar, decía.