El lector de esta nota seguramente sea joven y no recuerde con precisión que hace apenas 10 años el mundo de los smartphones corporativos estaba dominado por una marca: Blackberry. Era el teléfono que utilizaban los presidentes de Estados Unidos y varios primeros mandatarios de todo el mundo porque garantizaba mayores niveles de seguridad que ningún otro dispositivo.
Pandemia y caída en desgracia de la marca mediante, muchas empresas de todo el mundo adoptaron una política que se denominó BOYD (bring your own devices), es decir que cada miembro del staff podía traer su propio dispositivo a la compañía con los riesgos de seguridad que eso implicaba, aunque debían seguir lineamientos básicos para evitar hackeos de información.
Por otro lado, en la era del reinado de Blackberry, Instagram no dominaba la atención de los usuarios y Tik Tok ni siquiera había nacido. En este escenario, las compañías enfrentan ahora una doble problemática: la seguridad de los dispositivos de sus colaboradores y cómo alinear el balance entre uso personal y laboral de los dispositivos.
Según un reciente artículo publicado en Forbes, Curt Steinhorst, fundador y director ejecutivo de Focuswise, señala que las empresas de software son conscientes de que la atención humana es el bien más preciado de la economía digital. Sus aplicaciones están diseñadas para capturar y retener la atención de los usuarios, a menudo a expensas de la productividad y bienestar. A medida que el público se vuelve cada vez más consciente de las cualidades adictivas de los teléfonos inteligentes, hay una creciente demanda de un enfoque más ético hacia la tecnología.
La respuesta a cómo se puede recuperar el control sobre la atención podría no descansar en más software, sino más bien en el hardware mismo. A diferencia de gigantes del software como Meta, Google y Apple, cuyos modelos de negocio dependen de maximizar el tiempo de pantalla, los fabricantes de hardware tienen la oportunidad de ser aliados para los clientes.
El camino hacia dispositivos más seguros
En su reciente visita a la Argentina y en el marco de una entrevista exclusiva con Forbes Argentina, Sudhir Chadaga, jefe Global de B2B de Motorola, dejó en claro que la compañía está desarrollando fuertemente el segmento de los teléfonos inteligentes específicos para el trabajo. Chadaga enfatizó que este cambio estratégico está diseñado para empoderar a las pequeñas y medianas empresas proporcionando dispositivos que mejoren la calidad del tiempo invertido en ellos.
Si se considera lo que Motorola ha estado haciendo en los últimos años, se puede ver una estrategia y un viaje clave en el mercado global que realmente transformaron nuestra presencia y crecimiento. Empezamos a mirar el negocio desde una perspectiva dominante en el segmento premium y a crecer en diferentes áreas. Claramente, queríamos establecer una gran oportunidad para nuestra marca en mercados nuevos y críticos, señaló Chadaga.
En este sentido, el ejecutivo agregó: Uno de los primeros segmentos donde nos enfocamos fue el de soluciones corporativas y gubernamentales, especialmente en el espacio de la seguridad. Lenovo, empresa madre de Motorola, comprende lo que los clientes de negocio quieren: soluciones fiables y globales que aumenten la productividad y que vengan de una marca reconocida. Lenovo ofrece un portafolio completo de productos y servicios, desde PCs hasta la nube, que gestionamos de manera integral.
A partir de un estudio llevado a cabo por Motorola, se descubrió una brecha creciente entre las normas corporativas de seguridad y las necesidades de los empleados: el 62% de los empleados está de acuerdo en que tener elementos de trabajo en sus teléfonos personales les dificulta desconectarse del trabajo; el 55% se distrae a menudo con notificaciones no relacionadas con el trabajo. Por el contrario, aquellos equipados con un teléfono celular de trabajo dedicado experimentan un aumento del 64% en el equilibrio entre trabajo y vida personal, y un aumento del 63% en la eficiencia de las tareas.
Estos datos se complementan con una estadística que compartió Georgia Sbrana, líder regional BtoB de la compañía para América latina: según datos de la empresa de telecomunicaciones más grande de México, el 75% del tráfico de datos de los smartphones corporativos se basa en el uso de Instagram y Tik Tok.
Datos provistos por Motorola sostienen que la adopción de la política BYOD ahora se estima en más del 80% en todas las industrias. El uso de teléfonos personales en el trabajo ha visto un crecimiento explosivo debido a una combinación de factores, incluido el trabajo remoto durante la pandemia, el ahorro de costos para las empresas al no necesitar comprar dispositivos para toda la fuerza laboral y las preferencias de los empleados para usar los dispositivos con los que están familiarizados.
Según señala Steinhorst en su artículo, para las empresas, el cambio hacia la provisión de teléfonos celulares de la compañía es un paso adelante que demuestra cómo las soluciones de hardware pueden fomentar un entorno digital más saludable y seguro. Adoptar un enfoque al estilo de Motorola, donde los empleados reciben dispositivos específicos para el trabajo, presenta una doble ventaja tanto para el empleador como para los empleados.
Hoy las empresas buscan soluciones que ofrezcan flexibilidad y uniformidad en la gestión de sus dispositivos. Los empleados quieren usar sus propios dispositivos en el trabajo y nosotros facilitamos esta coexistencia de manera elegante. Esto permite que los empleados se enfoquen en su trabajo sin distracciones y con la seguridad de que sus datos están protegidos, agregó Chadaga.
Durante la pandemia, muchas empresas se movieron hacia soluciones que permitieran a sus empleados trabajar de forma remota con seguridad. Motorola, rápida de reflejos, proporcionó las herramientas necesarias para mantener la productividad y la seguridad de los datos. Este enfoque híbrido seguirá siendo importante a medida que las empresas busquen equilibrar la flexibilidad laboral con la seguridad y la gestión eficiente de los dispositivos.
Motorola hoy tiene 38% de participación en el mercado smartphones en Argentina y un 30% en el mercado corporativo de América latina, escenarios alentadores para que sobre ese liderazgo ofrezcan toda una serie de servicios de software de seguridad y protección de datos e información bajo la modalidad SAS (software as a service), permitiendo que tanto empresas grandes como medianas y pequeñas tengan los mismos niveles de servicio abonando solo por la cantidad de colaboradores.