Según un estudio publicado el jueves en Nature Genetics, los investigadores han identificado miles de genes relacionados con la estructura del cerebro.
La investigación arroja luz sobre el modo en que nuestra composición genética influye en el desarrollo del cerebro, iluminando un área de la ciencia poco conocida y allanando potencialmente el camino hacia mejores tratamientos para una serie de afecciones neurológicas y psiquiátricas.
Datos clave
Un equipo de investigadores de instituciones como la Universidad de Cambridge, la Universidad de Filadelfia, la Universidad de Harvard, la Universidad Erasmus de Rotterdam y la Universidad de California en Los Ángeles identificó más de 4.000 variantes genéticas relacionadas con la estructura cerebral.
Se sabe relativamente poco sobre cómo influyen nuestros genes en el desarrollo cerebral y los hallazgos han permitido a los investigadores confirmar cómo distintas propiedades del cerebro -como el tamaño, la forma y el plegamiento- están genéticamente relacionadas entre sí, así como identificar nuevos vínculos.
Según Varun Warrier, investigador del Centro de Investigación del Autismo de la Universidad de Cambridge y codirector del estudio, este trabajo demuestra que, al menos en parte, el desarrollo del cerebro depende de los genes.
Al comparar una serie de propiedades cerebrales diferentes con datos genéticos, Warrier afirmó que el equipo descubrió que "distintos conjuntos de genes contribuyen al plegamiento y tamaño del córtex", la capa externa del cerebro implicada en muchas funciones de nivel superior y vinculada a numerosos trastornos psiquiátricos y del desarrollo como la esquizofrenia y el TDAH.
El equipo también comprobó si sus hallazgos coincidían con lo que se ve en el mundo real y descubrió que los mismos genes relacionados con diferencias en el tamaño del cerebro para la población general coincidían con genes relacionados con afecciones cefálicas, afecciones clínicas en las que el tamaño de la cabeza de una persona es mucho mayor o menor de lo esperado.
Antecedentes
A largo plazo, según Warrier, los hallazgos pueden servir para comprender mejor cómo los cambios en la forma y el tamaño del cerebro conducen a afecciones neurológicas y psiquiátricas, y potencialmente conducir "a un mejor tratamiento y apoyo para quienes lo necesitan".
Un conocimiento más profundo de la genética subyacente a las diferencias cerebrales podría, por ejemplo, ayudar a los científicos a entender cómo o por qué se desarrollan ciertas afecciones o cómo se conectan entre sí y ayudar a los médicos a tratar los problemas subyacentes en lugar de los síntomas.
Además, un mejor conocimiento de la genética del desarrollo cerebral podría ayudar a los fabricantes de fármacos a identificar nuevos tratamientos o tratar afecciones con mayor precisión.
Lo que no sabemos
La investigación, revisada por expertos, es el mayor estudio genético del cerebro realizado hasta la fecha, y en él se analizaron datos genéticos y escáneres cerebrales de más de 36.000 personas de Reino Unido y EE.UU.
Aunque ha mejorado nuestra comprensión de cómo influyen los genes en el cerebro, aún se desconoce gran parte de cómo la genética sustenta la estructura cerebral.
Por ejemplo, "aún no sabemos cómo exactamente estos genes conducen a cambios en el tamaño del cerebro", afirma Richard Bethlehem, también del Centro de Investigación del Autismo de Cambridge y codirector del estudio.