Una familia de Florida demandó a la NASA después de que un trozo de desecho de la Estación Espacial Internacional cayera a la Tierra y abriera un agujero en su techo, un caso insólito que plantea interrogantes sobre quién es responsable de la basura espacial mientras las naciones, las empresas privadas y los multimillonarios compiten por construir la floreciente economía del espacio.
La familia de Naples, Florida, reclama 80.000 dólares a la NASA por daños materiales y comerciales, angustia emocional y mental y otros costos.
La Agencia del Gobierno estadounidense, que recogió y analizó el objeto metálico de la casa de la familia, identificó el cilindro como parte de un palé de carga que liberó desde la estación espacial en 2021 con la creencia de que se quemaría al reentrar en la atmósfera terrestre.
Como se trata de una cuestión entre Estados Unidos, la profesora asociada de la Universidad McGill, Andrea Harrington, dijo a Forbes que el asunto se regiría por la legislación nacional de Estados Unidos, al igual que como cualquier otro caso de daños causados por el gobierno a Estados Unidos a partes privadas".
Harrington, que también codirige el Instituto de Derecho Aéreo y Espacial de McGill, dijo que existe todo un tratado relacionado a la cuestión de los daños a personas o bienes causados por las acciones de otro país en el espacio.
EE.UU. es parte de este tratado, conocido como el Tratado del Espacio Exterior, y en caso de que el material hubiera aterrizado en otro país, Harrington dijo que el propio gobierno de EE.UU. sería responsable de pagar al gobierno de ese país,, y cualquier pago a individuos sería manejado a nivel nacional por ese país.
Según el tratado, Estados Unidos también sería responsable de pagar los daños causados por empresas privadas estadounidenses, aunque la empresa o sus aseguradoras pagarían entonces al gobierno de acuerdo con la legislación nacional.
¿Cómo responderá la NASA a la demanda?
La abogada de la familia de Florida, Mica Nguyen Worthy, afirmó que su demanda es importante, ya que sentará un precedente sobre la forma en que la agencia abordará incidentes como éste en el futuro. La NASA dispone de seis meses para responder según la legislación estadounidense. Worthy instó a la agencia, y por extensión al gobierno estadounidense, a responder de la misma manera que le exigiría el derecho internacional si el objeto hubiera caído en el extranjero.
"Si el incidente hubiera ocurrido en el extranjero, y alguien en otro país hubiera resultado dañado por los mismos desechos espaciales que en el caso de los Otero, Estados Unidos habría sido absolutamente responsable de pagar esos daños", dijo Worthy en un comunicado, añadiendo que el gobierno tiene la oportunidad de establecer una norma sobre cómo deben ser "las operaciones espaciales responsables, seguras y sostenibles" agregó.
9.000 toneladas métricas. Esa es al menos la cantidad de desechos orbitales que había en la órbita terrestre en enero de 2022, según la NASA. Más de 25.000 de los objetos que hacen esta masa son mayores de 10 cm, dijo la NASA, con un estimado de 500.000 entre 1 cm y 10 cm de diámetro. Hay más de 100 millones de partículas de basura espacial mayores de 1 mm.
Harrington dijo que "duda mucho de que haya necesidad de que alguien acuda a los tribunales", y explicó que "a la NASA le conviene (tanto financieramente como en términos de percepción pública) proporcionar un pago razonable sin necesidad de una demanda y creo que así lo harán" completó.
Christopher Newman, profesor de derecho y política espacial de la Universidad de Northumbria, en el Reino Unido, declaró a Forbes que no es necesario demostrar la culpabilidad de los daños derivados de desechos espaciales como éste para que el Estado que los lanzó esté obligado a indemnizar. Basta con demostrar que el objeto espacial causó daños. Sin embargo, Newman señaló que el origen del objeto en la Estación Espacial Internacional podría complicar las cosas, ya que se hizo a través de una asociación internacional que estipula que cada socio (Estados Unidos, Rusia, los gobiernos europeos, Japón y Canadá) se consulte sobre la responsabilidad y la defensa de las reclamaciones en virtud de los tratados internacionales.
Lo que hay que vigilar
Las leyes que rigen el espacio "eran suficientes cuando la actividad espacial era un negocio exclusivo y caro", dijo Newman. Las leyes no se invocan con frecuencia (la Unión Soviética sí pagó a Canadá en los años 80 después de que un satélite ardiera sobre el país) pero en los últimos años, Newman dijo que hizo más barato acceder al espacio y construir el tipo de hardware enviado allí, con el resultado neto de que cada vez se ponen más en órbita.
Los desechos son una amenaza tanto para la capacidad de la humanidad de acceder al espacio como para los objetos que ya se encuentran en él (a altas velocidades, las colisiones incluso con objetos muy pequeños pueden ser catastróficas) y los que se encuentran en la Tierra.
En 2022, los científicos estimaron que había una probabilidad de 1 entre 10 de que se produjeran víctimas por la caída de cohetes fuera de control en la Tierra durante la próxima década. "Esto está poniendo a prueba todos los aspectos del actual régimen normativo y jurídico que rige la actividad espacial, ya que fue concebido para una época diferente y un ámbito de actividad humana mucho más reducido", afirmó Newman, quien añadió que también faltan los tipos de instituciones y procesos necesarios para atender las reclamaciones y hacer cumplir la ley.