En astronomía, ver más lejos y más débil que nunca requiere tres enfoques simultáneos.
1.) Construir telescopios más grandes, recolectando más luz y produciendo resoluciones más altas.
2.) Actualización de sus instrumentos, optimizando los datos de cada fotón que llega.
3.) Superar los efectos distorsionantes de la atmósfera terrestre.
La forma más fácil de superar la atmósfera es desde el espacio, evitándolo por completo. Sin embargo, los telescopios espaciales son caros, difíciles de mantener y de tamaño / carga útil limitados. Se pueden construir telescopios significativamente más grandes en el suelo, donde la atmósfera terrestre es inevitable, incluso a grandes altitudes, con aire suave y seco y cielos despejados, la distorsión atmosférica es muy limitante. Ahí es donde entra la ciencia de la Óptica Adaptativa.
Una parte de cualquier luz entrante se analiza inmediatamente para detectar distorsiones identificables de fuentes puntuales conocidas. Los algoritmos calculan la forma de un espejo necesaria para "destorsionar" esa luz. Un espejo secundario "adapta" su forma para contrarrestar la distorsión atmosférica. Este ingenioso esquema crea una imagen nítida que puede superar incluso las capacidades del Hubble.