Tomás Giovanetti tiene 23 años y es el fundador y CEO de TGA, en una carrera que empezó a los 16 años cuando, cursando su último año del colegio secundario, comenzó su aventura en el mundo emprendedor desarrollando videojuegos que sirvieran para poner fin a distintas problemáticas sociales, como el bullying. Premiado por el MIT como uno de los emprendedores más destacados de América Latina en 2020, cuenta que empezó a cranear su emprendimiento a los 14 años.

“Soy un intento fallido de tenista”, admite. De hecho, compitió y llegó a estar entre los 30 tenistas rankeados de la Asociación Argentina de Tenis, en el segmento junior. “Viajé mucho, conocí a mucha gente, y en el medio me di cuenta de que el tenis no era mi pasión. Lo que me apasionaba era emprender. En mi tiempo libre, mientras la gente normal de mi edad salía, yo me quedaba en mi casa creando cosas nuevas”, asegura.

-¿Qué fue lo primero que creaste?

Se llamó You Deserve, y fue el primer videojuego de concientización acerca del bullying a nivel global. Fue un proyecto de gaming que no solo buscaba divertir a la gente, sino explicar a través de un juego de terror y de hacer algo que a todos nos gusta, que es divertirnos, por qué estaba mal hacer bullying.

-¿Cómo le fue?

Muy bien. Quedamos primeros en ventas a nivel global durante una semana en Stream, la plataforma de distribución de juegos de computadora más importante.

-¿Cómo pasa un aspirante a jugador profesional de tenis a emprendedor? ¿Cómo se hace algo de cero?

Es un camino muy áspero el emprender, y más darte cuenta de que lo que vos realmente querías va a ser inaccesible. Si bien mis resultados en los torneos eran semibuenos, no eran los que esperaba. Y a su vez me daba cuenta de que cada vez que viajaba les dedicaba más tiempo a los videojuegos, que era algo que me apasionaba. Ahí decidí transicionar. Tenía una presión social grande, porque además había dejado el colegio presencial para ser tenista, pasé a rendirlo online.

-Eras un ni-ni…

Totalmente. A nivel personal me costó. Decidí no decirles ni a mis papás que estaba en proceso del desarrollo del videojuego del bullying y recién lo conté cuando tuve mi primera entrevista con Infobae.

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-De ese momento a hoy, ¿cómo evolucionó a TGA?

TGA arrancó en 2016 como una salida al proyecto del bullying. Empezó siendo las iniciales de mi nombre y hoy es una compañía de casi 100 colaboradores que opera en directo en Argentina y Chile, y tiene proyectos en Brasil, Paraguay, México y España. El objetivo es utilizar al gaming como lo que es: un puente de comunicación. La gente percibe al gaming como un lugar a donde van los jóvenes a pasar el tiempo, o a perder el tiempo. Pero utilizado correctamente el gaming es mucho más. Puede ser un puente de comunicación espectacular para transmitir conceptos a través de algo que a todos nos gusta, que es jugar, divertirnos, competir. TGA apunta a unir a las organizaciones con sus audiencias a través de la diversión, con el gaming como canal.

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-¿Por ejemplo?

Tenemos dos unidades de negocio. La primera se llama Branding Games y son videojuegos publicitarios. Hicimos uno, por ejemplo, para Nestlé Chile, a partir del cambio de comunicación en los helados, por la ley de etiquetado. La segunda unidad, Training Games, son juegos de capacitación y formación. Hay un nicho muy divertido para explorar tanto en temas de reclutamiento como de onboarding y hasta en temáticas como ciberseguridad, ventas o seguridad industrial. Transmitimos todos esos contenidos a través de videojuegos donde la gente aprende, compite, gana premios.

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-¿Qué es lo que más piden desde las empresas?

Sin dudas, capacitación. Hoy las empresas, y más después de la pandemia, se empezaron a dar cuenta de que los tiempos de atención de las nuevas generaciones son más cortos y que la manera en la cual nos comunicamos en una sociedad tan dinámica y tan cambiante también tiene que cambiar, porque las nuevas generaciones son distintas. Porque los modelos de aprendizaje son distintos. Todos aprendimos de una manera distinta. Y las empresas tienen que aggionarse para poder tener un mejor employer branding, para llevarse mejor con las nuevas generaciones. Ahí, reclutamiento, onboarding o cualquier tipo de capacitaciones hace un montón de sentido y ayuda a que las audiencias dentro de las empresas aprendan más y mejor.

-¿Cuáles son los principales desafíos hoy?

Un montón. Los recursos son escasos, estamos en un momento de plena competencia donde hay compañías que levantaron millones de dólares y tienen acceso a levantar un montón de recursos con salarios que antes eran impensados. Nosotros hasta ahora nos financiamos con capital privado y con el mismo flujo producto de las operaciones, levantamos muy poquito capital.

El desafío no está tanto en el desarrollo, sino en la evangelización, a que del otro lado podamos tener una respuesta del cambio del mindset por parte de quien nos compra. Muchas veces (cada vez menos, por suerte) me pasaba de juntarme a mis 16 años con directores de RR.HH. o CEO a los que tenía que explicarles que el juego es algo más profundo. Eso es lo que estamos tratando de hacer, por suerte con cada vez más proyectos. Queremos seguir consolidándonos como la empresa de gaming más relevante de Latinoamérica en términos corporativos.

-¿Qué te inspira?

Tener un buen ambiente y un buen grupo de gente al lado mío. Mi estructura tanto de management como en términos de recursos es muy variada. Nuestro director de Marketing y nuestro director de Producto tienen 22 o 23 años y 20 años. Mi CFO y mi director de Operaciones tienen 48 y 50. De ahí surge la riqueza para innovar, porque técnicas para innovar hay un montón, pero de los mix (de idiosincrasias, de rangos etarios o incluso de personalidades y experiencias pasadas) es de donde nace la riqueza para las nuevas ideas.

-¿Cuál es tu nuevo Wimbledon?

A nivel personal, aspiro a que esta compañía sea la más admirada dentro del mundo de corporate gaming, que es un nicho que estamos empezando a crear nosotros. Apunto a poder levantarme dentro de 10 años y que cada vez más gente aprenda de una mejor manera y haciendo algo que a todos nos gusta, que es divertirnos