La multinacional cerealera Bayer-Monsanto desistió de su reclamo judicial para registrar como propia la patente de una variante genética de semillas resistente al glifosato.
El apoderado del gigante agrario, Ignacio Sánchez Echagüe, presentó ante la Cámara en lo Civil y Comercial Federal un escrito en el que por “expresas instrucciones” de Monsanto Technology LLC, desistió de su reclamo ante el Instituto de la Propiedad Industrial (INPI). Monsanto se adjudicaba “la invención de una novedosa secuencia de ADN artificial que codifica una proteína tolerante al herbicida glifosato y a su uso para evitar el silenciamiento génico en plantas”.
“La secuencia desarrollada ?argumentaba- es absolutamente inventiva y viene a cubrir una necesidad en la agroindustria”, pues “la tecnología desarrollada hasta el momento para la obtención de plantas con tolerancia al herbicida glifosato estaba expuesta a problemas”.
Monsanto reclamaba la patente, lo que representaba una incidencia en la utilización y desarrollo de esas semillas modificadas genéticamente.
Monsanto (absorbida por Bayer en 2017) había obtenido un rechazo a su reclamo en mayo pasado, por un fallo de primera instancia del juez en lo Civil y Comercial Javier Pico Terrero, pero apeló esa medida y el expediente estaba en condiciones de revisión por la Cámara del fuero.
Sin embargo, sorpresivamente, el jueves último la multinacional desistió de la apelación, con lo que consintió la negativa a la propiedad de la patente y, en consecuencia, de la presunta invención sobre la modificación genética de las semillas. El fallo que ahora quedó firme sostiene que lo que Monsanto pretendía patentar no alcanza el “nivel de invento”.
“El desarrollo de las investigaciones biotecnológicas suele verse favorecido por descubrimientos y por mejoras que no alcanzan el nivel de un invento”, sostiene el fallo.
El juez Pico Terrero avaló la postura del INPI “como autoridad de aplicación de la ley de Patentes de Invención y Modelos de Utilidad”, pues “ha realizado un complejo análisis de la solicitud que involucró aspectos legales y técnicos, así como formales y sustanciales para evaluar su procedencia”.
“Ello sumado a que sus informes técnicos merecen plena fe siempre que sean, como se ha demostrado, serios, precisos y no adolezcan de arbitrariedad”, añadió.
El juez desestimó el reclamo de Monsanto porque en él “subyace la idea de que cualquier aporte técnico que él realice en el campo de la biotecnología y que tenga aplicación industrial, es patentable. Una idea tal (?) implica equiparar la actividad inventiva a la mera innovación”.
* Escrito por Néstor Espósito para NA