Cuando los primos Yuyo Llamazares Vegh y Federico D'Alvia Vegh fundaron Stämm Biotech, en 2016, la revolución biotecnológica ya aparecía en la agenda de todo el mundo. Con una inversión inicial de US$ 5.000 proporcionados por sus familiares, la empresa nació en respuesta a una necesidad de la industria farmacéutica.
Inspirados por su abuelo, Francisco Vegh, que les transmitió la tradición de hacer cerveza artesanal, los primeros pasos como emprendedores de estos jóvenes fueron en el mundo de los microorganismos. “El abuelo sentía que si nosotros no hacíamos cerveza, moría la tradición”, recuerda Llamazares Vegh, CEO de la compañía. Tanto él como su primo eran apasionados por la cerveza artesanal y se enfrentaron al desafío de cultivar levaduras especializadas durante sus primeros años en el negocio.
Con el tiempo, esta experiencia evolucionó hacia una ambición más grande: democratizar el acceso a productos biotecnológicos, descentralizando los procesos y reduciendo el impacto ambiental. “La cerveza fue nuestro punto de partida, pero como vimos un problema más grande en la forma en la que se producían las levaduras nos propusimos resolverlo”, explica el CEO.
Una vez operativa, la compañía orientó su objetivo a transformar la manera en que se producen células y microorganismos, lo cual marca un hito en la biomanufactura gracias al uso de un revolucionario bioprocesador, un enfoque innovador y tecnologías de vanguardia. En este sentido, la esencia de Stämm radica en su compromiso de hacer que esta biomanufactura sea fácil, escalable, repetible y, sobre todo, sustentable.
En la actualidad, Stämm es una empresa B2B que les ofrece servicios a entre 10 y 20 empresas farmacéuticas con las que desarrolla relaciones comerciales. Dentro de los próximos dos años, los socios esperan llegar al orden de entre unas 40 y 100 compañías.
Del biorreactor al bioprocesador
El núcleo de la innovación de Stämm es su bioprocesador, una novedad tecnológica que elimina los biorreactores industriales convencionales y redefine por completo la producción biológica. Utilizando microfluídica e impresión 3D, la compañía logró imitar el flujo laminar natural para reducir el tamaño de toda una instalación de biotecnología a esta unidad de escritorio plug & play.
El bioprocesador de Stämm emerge como la joya de la compañía, prometiendo cambiar la forma en que concebimos la producción biotecnológica. Así lo sostiene D'Alvia Vegh, COO de la empresa: “Nuestra gran promesa es el bioprocesador, un equipo del tamaño de una heladera que puede ser operado por una persona y tiene la misma capacidad productiva que una fábrica grande”. Este enfoque radical no solo revolucionó la eficiencia y la sostenibilidad en la producción biológica, sino que también redujo 300 veces el volumen instalado requerido para el mismo rendimiento del producto final.
Gracias a estos procesos innovadores, Stämm consolidó su posición como líder en soluciones integrales para la biotecnología. Con presencia en Estados Unidos, la Argentina y Suiza, la empresa planea una mayor expansión a nuevos mercados, destacando su compromiso con la bioingeniería y el escalado y desarrollo de biológicos mediante machine learning de procesos. De esta forma, los planes a mediano y largo plazo se enfocan no solo en el crecimiento de las operaciones en la Argentina con la construcción de su última instalación en el microcentro porteño sino también en la expansión internacional, con operaciones en San Francisco y planes para establecerse en Londres en 2024. “Estamos en una etapa de comercialización y construcción de partnerships, lo que guiará las próximas locaciones que abriremos”, destaca D'Alvia Vegh.
Con un servicio biotecnológico all-in-one que ofrece desde la creación hasta la comercialización con un enfoque especial en la industria farmacéutica, la empresa se propone acompañar a sus socios desde el laboratorio hasta el mercado. Además, está en proceso de recaudar capital para impulsar su crecimiento y establecer una nueva instalación de producción en Uruguay. “Las oportunidades son infinitas. Hay mucho por hacer no solo en la industria biofarmacéutica, sino también en áreas como la cosmética, la industria de alimentos y los materiales en general. Stämm se está posicionando como el socio preferido para soluciones de producción en múltiples sectores”, señala D'Alvia Vegh.
En cuanto a las proyecciones financieras, la compañía apunta a construir asociaciones con empresas farmacéuticas por un total de US$ 12 millones anuales para 2024. Actualmente, colabora con empresas farmacéuticas dedicadas a la producción de terapias ecológicas para el cuidado humano.
Modelo de negocios
El objetivo de Stämm es resolver desafíos en la producción biológica y terapia celular de la industria farmacéutica. “Trabajamos desde la optimización de la línea celular hasta el análisis económico para evaluar la viabilidad de llevarlo a una escala comercial. Una vez validado, la farmacéutica que utiliza nuestro servicio puede instalar maquinaria en su propia instalación o alquilar un pipeline productivo de nuestra compañía”, remarca Llamazares Vegh.
El modelo de negocios se estructura en acuerdos de financiamiento, mediante los cuales la empresa cobra un porcentaje sobre las ventas. “Estamos construyendo relaciones a largo plazo con nuestros socios y creemos que el año que viene podremos licenciar la tecnología comercialmente”, añade D'Alvia Vegh.
Como start-up, Stämm sigue un modelo clásico de inversión por equity. Con seis patentes internacionales aseguradas, la empresa ya captó la atención de inversionistas y venture capitalists. “Ya aseguramos capital de Estados Unidos para el desarrollo de nuevas tecnologías. Mostramos lo que logramos y lo que planeamos hacer, y eso nos permitió construir confianza y ejecutar nuestra labor en tiempo y forma”, indica el CEO.
La tecnología de Stämm generó un interés significativo, lo que permitió la exportación de conocimientos desarrollados en el país hacia Europa. “Esto refleja la capacidad de la empresa para competir a nivel mundial en el sector de la biotecnología”, sostiene D´Alvia Vegh. Y agrega: “Stämm tiene una tecnología habilitadora, cae en la categoría de enabler. Desde la concepción, la tecnología tiene en cuenta la colaboración y el lenguaje común. Por primera vez en la historia, nuestra empresa levanta datos en línea en tiempo real y permite acceder a una curva de datos”.
Pero la visión de Stämm no se limita solo a la innovación tecnológica: también se extiende a generar un impacto positivo en la sociedad y a la exportación de conocimientos desarrollados en el país. “Es todo talento argentino”, subraya el COO. En tanto, su primo comparte la esperanza de que la tecnología de Stämm se utilice para la producción de terapias celulares, acortando significativamente los plazos de entrega y brindando acceso rápido a tratamientos que salven vidas.