Hace más de un siglo, IBM vendía relojes y cortadoras de fiambre. Hoy no solo es una de las empresas de base tecnológica que siguen en operaciones sino que, tras distintas transformaciones, abraza el camino de la sustentabilidad como motor del desarrollo.
Su gerente general en Argentina, Roberto Alexander, lidera el equipo de profesionales que a nivel local asiste a otras empresas en su sendero de cambio mediante el uso de tecnologías emergentes como Inteligencia Artificial, nube híbrida y ciberseguridad, entre otras.
Como resultado del CEO's Study, investigación realizada a nivel global con participación de ejecutivos argentinos, IBM detectó que la sustentabilidad ocupa el primer lugar entre los desafíos para los próximos tres años que estos líderes ven en el horizonte, superando incluso a las inquietudes en torno de la seguridad informática.
Hace cinco años el tema estaba mucho más abajo. Y lo que también plantea este estudio es la preocupación sobre resultados de negocios asociados a la sustentabilidad. Queda claro que hay que meterse, que lo peor es no hacer nada. La sustentabilidad es un imperativo comercial y un pilar estratégico, asegura.
¿En Argentina también?
Sí. De estar bastante más abajo en la mirada como desafío a futuro hoy pasó a ser el número uno por encima de temas como riesgo de ciberseguridad o regulaciones, que no están muy lejos, pero es muy importante la importancia que se le empezó a dar al tema en los últimos años. Es no hacer nada que hacer algo.
¿Es más caro no hacer nada?
No lo mediría en más caro, es necesario, es un imperativo comercial. Tiene que ser uno de los pilares estratégicos de los líderes. Vuelvo al estudio: el 60% decía que algo está haciendo en el tema de la sostenibilidad en la empresa. Ahora, el 15% dijo que realmente lo está haciendo de punta a punta en la organización. También es muy distinto cuando hablás de una empresa grande o una pyme, que quizás dependiendo de la situación tiene otros desafíos. Ahí viene el tema de cuánto de inversión se transforma en negocio o no.
¿Cómo tratás de convencer al CEO de una pyme de que asuma este compromiso?
Al ver lo que está pasando en el mundo excede si estás hablando de una empresa grande, chica o mediana. Ya pasa también por un poco de compromiso personal, del día a día, de lo que vivís en tu casa. Tus hijos te desafían en inclusión, equidad, que eran temas que hace muchos años no estaban tan arriba de la agenda. Más allá de que quizás a una empresa más chica le cueste más entender la inversión del hoy (está demostrado que las inversiones hoy en ESG dan rentabilidad futura), también parte de un tema de conciencia social y personal de atacar el tema.
¿Cómo te fuiste educando en el tema? ¿Cómo se forma un CEO?
Hoy estudiamos toda la vida y claramente el tema educación y formación es permanente y tiene que ser permanente en todos los colaboradores. Entonces, este tema que viene apareciendo más y más como un imperativo estratégico de las compañías es parte de la formación, es leer, participar en eventos. IBM viene desarrollando soluciones apuntadas a sostenibilidad, porque trabaja mucho sobre el propósito de ser catalizador en el mundo para traer soluciones más innovadoras.
Para atacar los desafíos medioambientales, sociales, de equidad, para tener un mundo mejor. Tenemos una empresa muy apalancada en IA, en la nube, en los datos. IBM compró una empresa de software que se llama Envizi que lo que hace es medir los problemas medioambientales, ver oportunidades de eficiencia, mediciones, trabajar con los datos.
¿Qué pasa con la cultura dentro de la compañía? ¿Hay una necesidad de saber qué está haciendo la presa o no tanto, porque hay otras preocupaciones en Argentina?
En Argentina quizás tenemos varias preocupaciones, pero hay muchas tensiones dentro de una compañía en lo que hace a sostenibilidad, desde el accionista o inversionista hasta la junta directiva, los empleados y colaboradores (los más jóvenes son los que más exigen). Después tenés los consumidores, que cada vez te exigen más, también.
Este estudio también habla que desde la perspectiva del consumidor el 62% está dispuesto a cambiar su hábito de consumo, no importa que pague más, pero mirando los resultados asociados con sostenibilidad que tienen las empresas o lo que va a consumir.
¿Cómo es la presión que puede tener un CEO de cumplir con todas estas metas?
Vuelvo a mi frase: el costo de no hacer nada es mayor que el de hacer algo. IBM hace un año volvió a comunicar su compromiso global de sostenibilidad, el IBM Impact, que lo resume en tres grandes capítulos. El primero es el tema medioambiental. Un objetivo es el de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2030, utilización de fuentes de energía renovables (que, para 2025, el 75% de la energía que utilice IBM en sus lugares sea a través de energías renovables, 90% en 2030), gestión de residuos.
El segundo imperativo es el de equidad, formando a 40 millones de personas en las nuevas habilidades e invertir US$ 250 millones de acá a 2025 en educación. Y el último es mirada ética, cómo priorizás en soluciones de innovación, políticas y prácticas, en los temas principales de ética, transparencia, confianza y responsabilidad. Como parte del compromiso, hay 1.000 socios dentro del ecosistema a los que se va a educar y reforzar en ética tecnológica.
Llevás diez años al frente de IBM en Argentina. ¿Cuál te gustaría que fuera tu huella?
La que está más a mi alcance diario va muy focalizada en talento. Cuando hablo de talento hablo de equidad, de inclusión, de género. Ahí hay un trabajo muy importante en cómo desde esa perspectiva no solo lo genere IBM puertas para adentro, sino cómo IBM con su ecosistema y con sus socios de trabajo lo genere hacia afuera, brinde oportunidades y eduque.