La crisis climática y las problemáticas sociales que generan son cada vez más notorias. Para enfrentarlas, es necesario que todos los sectores tomen medidas y la economía no es una excepción. Por ese motivo, las EcoFintech ganan terreno tanto en Argentina como en el mundo y en este 2022 continuarán ampliando sus operaciones.
En ese contexto, las EcoFintech son compañías cuya actividad está pensada directamente para solucionar problemáticas que generan un impacto ambiental negativo. “La inmensa mayoría de las empresas desarrolla una actividad económica indistinta y luego, en forma exterior a ella, hace una acción, donde hay mucho de ecobranding para decir 'nosotros somos amigables con el ambiente´”, explica Alejandro Carrano.
Carrano es gerente de Marketing de GreenBondMeter (GBM), un consorcio internacional con sedes en Estonia y Uruguay que le da soporte a GBM coin, la primera criptomoneda cuyo valor de cada token emitido (1 GBM coin) está respaldado en un metro cuadrado de en el capital natural preservado.
“En ese tipo de compañías no está en su core de negocios una actividad ambiental. Llamamos EcoFintech a otra clase de firmas, a aquellas que, mediante los recursos inclusivos y democráticos ponen su foco exclusivamente en la remediación ambiental, pero no dejan de lado la necesidad de obtener un beneficio para darle al proyecto además de sustentabilidad, sostenibilidad en el tiempo”, destaca Carrano.
Qué hacen las empresas argentinas para compensar su huella de carbono
Green Bond Meter, compuesta por emprendedores argentinos desde sus inicios, intenta masificar el concepto de EcoFintech para generar más espacio para este tipo de compañías. Para eso, generaron una propuesta que “invita a proteger 300 millones de hectáreas de biosfera en peligro (flora, fauna y tierra) durante 100 años mediante la creación de un ecosistema tecnológico web 3 que combina Blockchain, GIS y AI”.
“En nuestro país, se comenzó ya el proceso de reconversión integral de un campo en Misiones que tiene 245.000.000 m2 y puede absorber unas 300.000 toneladas de carbono, lo que equivale a quitar los gases GEI que liberan aproximadamente 75.000 autos al año”, ejemplifican desde la compañía.
Más ejemplos de proyectos de EcoFintech
Una de las propuestas más fuertes en relación a EcoFinTechs internacionales es la Alianza de Finanzas Digitales Verdes. La misma fue creada en 2017 y su objetivo principal es “abordar el potencial de las finanzas digitales y las innovaciones comerciales impulsadas por fintechs para remodelar el sistema financiero de manera que se alinee mejor con las necesidades del desarrollo sostenible”.
Según explican, tienen un Consejo de Asesores que se compone de instituciones financieras que buscan impulsar desarrollos sostenibles con el uso de tecnología digital que promueva las finanzas sostenibles.
Por otro lado, Cooler Future es una startup que desarrolla una aplicación de inversión de impacto climático en Europa. Luego de recaudar US$ 1.4 millones, buscarán finalizar la plataforma para que los usuarios rastreen cuál es el impacto ambiental de cada euro que se invierte en una determinada actividad. Además, ofrece distintos activos ecológicos y apuntan a ofrecer un fondo diversificado global dedicado exclusivamente a empresas y proyectos sostenibles comprometidos con la reducción de emisiones.
Un tercer ejemplo es PensionBee, que intenta imponer una idea innovadora: ahorrar para la jubilación a partir de proyectos cuyo foco esté puesto en el medio ambiente y su cuidado. Su primer objetivo fue conseguir más de 100 millones de euros y lo consiguieron en poco más de un mes.
¿Cómo funcionan los créditos de carbono?
Según quedó establecido en el Protocolo de Kioto, un bono de carbono representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono. Este mecanismo, fue pensado para mitigar la generación de gases de efecto invernadero, beneficiando a las empresas que no emiten o disminuyen la emisión y haciendo pagar a las que emiten más de lo permitido.
Sin embargo, los datos indican que el 80% de las emisiones continúa sin cotizarse. Además, el Fondo Monetario Internacional indica que el precio del carbono es de aproximadamente tres dólares por tonelada y que el precio por tonelada en un país como Argentina debería rondar los 25 dólares por tonelada.
“El mundo se viene transformando hacia la digitalización hace años y ahora se suma la descarbonización. Esto es un proceso que ya comenzó y es transversal a todas actividades económicas productivas, señala Carrano. Y agrega: “Desde GBM entendimos que la Blockchain no podía estar ajena a esta transformación y debía ser un instrumento de cambio positivo, por eso ideamos esta solución con impacto directo, medible y palpable en biosferas que realmente se encuentran al borde de la extinción”.
En esa línea, Carrano comenta que “GBM mide la adicionalidad generada en la captura de carbono anualmente y por esa diferencia positiva se emiten de crédito de carbono CCB certificados por terceros con los más altos standares”. “Este tipo de créditos de carbono son cada vez más demandados en el mercado voluntario por las empresas en países que suscriben al protocolo de Kioto, convenio de parís y más recientemente a los lineamientos de la CoP26, o por aquellas que quieren colocar sus productos y servicios en esos mercados ya que cada vez más se exige como requisito de ingreso ser huella cero”, concluye.