Al contrario de lo que creen muchos, la industria biotecnológica y biofarmacéutica sufrió pérdidas inmensas por la pandemia de COVID-19. Como colapsaron muchos hospitales, ensayos clínicos que cuestan miles de millones de dólares tuvieron que ponerse en pausa o incluso suspenderse. Sospechamos que también quedará afectada la calidad de los datos de esos estudios. También se observaron importantes trastornos en el aspecto preclínico, ya que muchos laboratorios que no estudian la COVID-19 tuvieron que cerrar.
El Dr. Jeremy Levin, presidente de Biotechnology Innovation Organization (BIO), logró reunir a más de 40 líderes de opinión de la industria biofarmacéutica para escribir un libro intitulado Biotechnology in the Time of COVID-19 [Biotecnología en la era del COVID-19]. Probablemente se trate del primer intento de peso para dilucidar qué pasó en la industria de la biotecnología durante la pandemia; incluye perspectivas históricas, noticias de miembros de la industria, reflexiones de inversores y proyecciones. La lista de convocados incluye a los analistas más famosos de la industria, celebridades inversoras y ejecutivos de empresas de biotecnología y laboratorios. Algunos de ellos tienen agendas muy cargadas y no suelen atender a desconocidos, pero cuando los llamó el Dr. Levin, todos lo atendieron. Y por un buen motivo: el libro será una antología seleccionada de pautas para las próximas pandemias.
Tuve la oportunidad de hacerle un par de preguntas al Dr. Levin:
¿Cuál fue la primera reacción de la industria cuando China publicó el genoma del SARS-CoV-2?
En ese preciso instante, pocos miembros de la industria captaron la magnitud de lo que estábamos observando en China. El Gobierno de EE.UU. no le alertó nada a la gente. Un par de CEO de empresas de biotecnología (por ejemplo, John Oyler, de BeiGene) preguntaron qué sabíamos en EE.UU.; otros, como Dan O'Day, de Gilead, le ofrecieron medicamentos a China. Pero en líneas generales no teníamos idea.
Pese a todos los datos que provenían de China y la OMS, muchos líderes de Gobiernos y ejecutivos de empresas de biotecnología no percibieron la amenaza de una pandemia global. ¿Por qué le parece que fue así?
Solíamos creer muy firmemente en la imparcialidad, los mensajes científicos y la integridad de agencias públicas fundamentales como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, por sus siglas inglés), entre cuyos líderes está el muy respetado y ético Dr. [Anthony] Fauci. Observamos que en ocasiones anteriores mantuvieron una conducta ejemplar; siempre confiamos en su integridad. En esta ocasión, si bien ahora sabemos que estaban muy preocupados, esa preocupación no se divulgó al público o a la industria. Además, los medios estaban concentrados en otros temas y la pandemia se discutió bajo el contexto del impacto político para el comercio y cómo se manejaba China. Cuando llegó a EE.UU., los principales medios la caracterizaron como un tema político en vez de médico. Esto restringió mucho nuestra capacidad para responder inmediatamente, porque esa idea influyó en la forma de manejar la catástrofe que se iba desplegando de muchas agencias y dirigentes políticos fundamentales.
¿Cree que aprendimos la lección y estaremos listos para la próxima pandemia?
El tiempo dirá. Está claro que muchos países, como Corea del Sur, Nueva Zelanda, Australia, reaccionaron con eficacia. En EE.UU., la situación es mucho más compleja. Agentes como los médicos e instituciones como los laboratorios y empresas de biotecnología y sus líderes aprendieron la lección y estarán listos para la próxima pandemia. La verdadera pregunta es si el Gobierno federal tomará medidas concretas para permitir que la ciencia, la medicina y las iniciativas concretas de salud pública (basadas en hechos) asuman el papel central que deben tener.
Autor: Alex Zhavoronkov
Podés leer la nota completa en inglés en este link