Microsoft y Sony cierran un acuerdo de diez años por el Call of Duty
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Microsoft llegó a un acuerdo de diez años con Sony para que Call of Duty siga disponible en las videoconsolas de esta última, lo que supone un gran paso adelante en la adquisición de Activision por parte de Microsoft. La adquisición tuvo sus altibajos, y aún no está fuera de peligro, pero Wall Street reaccionó positivamente a la noticia.
Microsoft y Sony tienen mucho que decir: Microsoft posee Xbox, mientras que Sony tiene PlayStation. Que uno acapare una megafranquicia como Call of Duty en detrimento del otro siempre será polémico, pero ambos llegaron a un acuerdo sobre el futuro de la franquicia. Esto es lo último.
Sony y Microsoft firmaron un acuerdo vinculante de una década de duración para mantener Call of Duty en las consolas PlayStation de Sony, tras haberles ofrecido inicialmente un acuerdo meses antes. El CEO de Microsoft Gaming, Phil Spencer, confirmó la noticia en Twitter, afirmando que Microsoft “[espera] un futuro en el que los jugadores de todo el mundo tengan más opciones para jugar a sus juegos favoritos”.
Call of Duty, una de las franquicias de videojuegos más grandes y exitosas de la historia, es propiedad de Activision, de la que Microsoft se hará cargo. Con un precio de 69.000 millones de dólares, es decir, unos 95 dólares por acción, la adquisición será una de las mayores operaciones de la historia.
Como es natural, Sony montó un escándalo por la fusión propuesta, alegando problemas de competencia y que Microsoft convertiría la franquicia Call of Duty en una exclusiva de Xbox. El mes pasado, Jim Ryan, CEO de la división de entretenimiento de Sony, dijo en un testimonio grabado que la fusión no era buena para la competencia.
Pero ahora los jugadores de PlayStation no tienen por qué preocuparse, al menos a corto plazo. Aunque no se revelaron los detalles del acuerdo, el vicepresidente de Microsoft, Brad Smith, tuiteó que Microsoft “seguirá centrada en garantizar que Call of Duty siga estando disponible en más plataformas y para más consumidores que nunca”.
Muchos consideran que el acuerdo entre Microsoft y Sony es el último paso para acceder a las preocupaciones de los rivales en materia de competencia, dado que el gigante de las grandes tecnologías ya dio varios pasos con otras empresas para garantizar que el acuerdo con Activision se lleve a cabo.
A finales del año pasado, Microsoft firmó un acuerdo de 10 años con Nintendo para llevar Call of Duty a las consolas de videojuegos, en caso de que se complete el acuerdo con Activision. Al parecer, la tienda de juegos en línea Steam, propiedad de Valve, también llegó a un acuerdo con Microsoft para que Call of Duty salga a la venta en Steam al mismo tiempo que en Xbox.
El fabricante de chips Nvidia, que gestiona la plataforma de juegos GEForce Now y expresó sus reservas iniciales sobre la adquisición, tiene ahora su propio acuerdo con Microsoft. El catálogo Xbox de juegos para PC de esta última, como Minecraft, estará disponible en GEForce Now. Todos estos acuerdos se hicieron para demostrar a los reguladores que Microsoft está dispuesta a cooperar con sus rivales, en caso de que la adquisición siga adelante.
Aunque Sony puede respirar un poco más tranquila ahora que llegó a un acuerdo, los reguladores mundiales de la competencia siguen luchando contra la megafusión, y el tiempo corre, ya que el acuerdo está a punto de cerrarse hoy.
El regulador británico, la Autoridad de Competencia y Mercados (CMA), fue el primero en bloquear la fusión propuesta en abril, alegando que el acuerdo planteaba problemas de competencia en el mercado de los juegos en la nube. En aquel momento, Microsoft dijo que recurriría la decisión y que la CMA había cometido "errores fundamentales" en su evaluación.
La Comisión Europea aprobó el acuerdo en mayo, dejando a la CMA entre la espada y la pared. Ahora reanudó las negociaciones con el gigante tecnológico para resolver los problemas señalados en su informe, con una pausa de dos meses en el proceso de apelación.
En Estados Unidos, la Comisión Federal de Comercio entabló un litigio contra Microsoft en un intento de bloquear el acuerdo. La semana pasada recibió un duro revés cuando un juez federal de San Francisco bloqueó la petición del organismo regulador de una medida cautelar para impedir que la fusión siguiera adelante en el plazo propuesto.
La FTC tenía otra línea de defensa -una petición al Tribunal de Apelación del 9º Circuito para que anulara la decisión-, pero también fue rechazada rápidamente. Brad Smith dijo que la decisión "nos acerca un paso más a la línea de meta en este maratón de revisiones regulatorias globales". En consecuencia, parece cada vez menos probable que la FTC disponga de tiempo suficiente para impedir que el acuerdo siga adelante.
Ahora que llegó el gran día de la fusión, las acciones están saltando. Animadas por las mejores noticias, las acciones de Activision subieron casi un 13% en los últimos cinco días hasta alcanzar los 93 dólares. Microsoft acordó comprar la empresa a 95 dólares por acción. En cuanto a Microsoft, el gigante informático vio subir el precio de sus acciones un 4,4% en el mismo periodo.
El acuerdo tiene un efecto dominó entre sus competidores y proveedores. Nvidia, que se beneficiará del acuerdo con Microsoft, subio un 2% este martes. En los últimos días, Sony subio un 4%, Nintendo un 1,65% y Electronic Arts (EA) un 2,35%.
La propuesta de compra de Activision por parte de Microsoft fue una auténtica locura. Es probable que se anticiparan a algunos contratiempos regulatorios y rivales, pero la adquisición estuvo plagada de problemas de principio a fin. El precio de las acciones de Activision quedó a merced de la operación y otras empresas en una situación similar se preguntan si sus operaciones se enfrentarán al mismo escrutinio.
Si eso es bueno o no depende de la opinión personal, pero las acciones subieron porque parece que el acuerdo, que hace unas semanas parecía que nunca llegaría a buen puerto, podría completarse hoy. Los inversores tendrán las palomitas preparadas.
*Con información de Forbes US