Marcos Bradley ingresó en Syngenta en 2008. Ingeniero agrónomo recibido en la Universidad de Buenos Aires y MBA por la Universidad del CEMA, se destacó desde el comienzo en varios puestos que incluso lo llevaron a vivir en distintos países como Suiza y Paraguay.
Durante todo ese recorrido Bradley demostró que afrontar desafíos no es un terreno que lo incomode. Hace 15 años que lo hace dentro de la compañía dedicada al desarrollo de tecnología en la industria agrícola y el 2023 comenzó con uno nuevo para él: ser Director General del Negocio de Protección de Cultivos de Syngenta para Latinoamérica Sur.
“Siempre estamos trabajando en mejorar las plataformas que tenemos pero en 2023 vamos a lanzar una plataforma de sustentabilidad específica donde vamos a poder medir y digitalizar las actividades que los productores hacen en ese campo”, le cuenta Bradley a Forbes Argentina y demuestra que, más allá de su nueva posición, el foco sigue puesto en aumentar los niveles de digitalización en el sector agrario.
Es la primera entrevista que Bradley realiza como director general del Negocio de Protección de Cultivos de Syngenta para Latinoamérica Sur y el uso de la tecnología para ayudar a mejorar la producción agrícola y los propios procesos de la compañía se posiciona como uno de los temas más importantes para él y su equipo. “Tenemos herramientas digitales para medir biodiversidad en los lotes de los productores. Vamos a crecer en hectáreas y en la incorporación de productores en esta parte digital y también vamos a avanzar en nuestra propia digitalización como empresa”, asegura. Y agrega con contundencia: “Nuestra misión es convertirnos nosotros en una empresa 100% digital en el mediano plazo y en ese camino convertir a nuestra distribución y a los productores”.
Digitalización en el agro: la situación en la Argentina
Hasta el año pasado, Marcos Bradley fue el director de Marketing de Protección de Cultivos para Latinoamérica Sur. Según explica en diálogo con Forbes Argentina, el 2022 “fue un año espectacular porque hubo muchas dificultades y desafíos que los terminaron haciendo mejores”.
“Fuimos creciendo y mejorando, lo que nos permitió entregar muy buenos resultados en un contexto muy difícil. Eso está buenísimo porque también nos permite ver que tenemos un equipo muy bueno que, en estos contextos difíciles, son los que hacen la diferencia”, reflexiona Bradley.
- ¿Qué rol cumple la digitalización en estos procesos que mencionas? Sobre todo teniendo en cuenta que trabajan en un sector que suele ser muy tradicional en su forma de llevar a cabo sus actividades.
- Son años y años de trabajo previo que hoy llegan al productor. Es cierto que a veces se piensa al productor como una persona muy tradicional pero es comprensible. Si toda tu ganancia dependiera del clima, de decisiones que vos tomas seis meses antes, como el híbrido de maíz o la variedad de soja que vas a plantar, y de eso depende lo que va a ganar ese año por completo, claramente seríamos todos conservadores. Además, un productor que tiene 20 años de experiencia tiene 20 cultivos hechos mientras que vos escribiendo podes hacer 20 notas en un mes. La capacidad y velocidad de prueba y error en el campo es limitada porque depende del ritmo de la naturaleza. Entonces, la posibilidad de probar cosas nuevas está muy expandida en el tiempo.
- ¿Cómo se trabaja entonces en ese contexto?
- Cuando tenemos un producto nuevo, se lo llevamos al productor y ellos lo prueban pero en un pedazo de sus hectáreas. Pasa un año y capaz les gustó pero cambiarían algo determinado y hacemos ese cambio. Pero eso lleva a que pase otro año más. Así vamos avanzando en ciclos que son anuales aunque sí probamos varias cosas en simultáneo para intentar aprender lo más posible en un solo año. Creo que ahí lo digital es lo que trae el cambio más interesante. Porque antes, esa prueba y error estaban registradas en un cuaderno del productor o en su memoria. Lo digital permite registrar historiales que te permiten aprender mucho más rápido. Las compañía de innovación como nosotros estamos acostumbrados a esos procesos pero muchos productores agropecuarios no. Por eso la digitalización avanza pero en forma despareja, porque algunos la toman más convencidos y otros aún no comenzaron.
- ¿Qué tan implementada está la digitalidad entre los productores?
- Hay una variedad grande de gente profesional, no profesional, productores tradicionales y no tradicionales, empresas productoras y productores unipersonales que están arriba del tractor, etc. Hay un universo muy grande en el que algunos entraron en la digitalización, otros lo están haciendo y algunos directamente no lo hicieron. De todas formas, siempre encontramos personas que nos acompañan para implementar estos avances. Incluso nos ha pasado de llegar con herramientas a clientes que ya estaban más avanzados que nosotros por su propia identidad. Hay compañías que desarrollaron sus propios softwares de gestión porque no encontraban en el mercado plataformas que les sirvieran. Pero son empresas grandes dedicadas a la producción, no es un productor agropecuario individual.
- ¿Qué importancia tiene la comunicación en ese proceso?
- Es súper importante. Si vos lanzas una herramienta digital y lo dejas solo al productor, algo que muchas plataformas hacen, lo que termina pasando es que no hay uso en las hectáreas. Nosotros tenemos un equipo digital cuyo objetivo es analizar las hectáreas en uso, lo que requiere de un acompañamiento personalizado, y no hectáreas en altas. Eso requiere que vayamos a ellos como Syngenta pero también que vayan nuestros socios estratégicos que son nuestros distribuidores. Hoy tenemos a 50 de ellos capacitados y con expertos digitales en sus equipos que nos ayudan a llegar a más productores. Porque esta tecnología conlleva una forma distinta de hacer las cosas y eso hace que sea difícil de implementar. Le pedimos al productor que cambie su forma de trabajar para ver el impacto en el mediano y largo plazo. Por eso tenemos que estar ahí, sobre todo al inicio.
La plataforma Cropwise y los beneficios que traería blockchain
Durante 2021, Syngenta lanzó en la Argentina la plataforma Cropwise. La misma se caracteriza por ser abierta y colaborativa y se nutre de información que los propios usuarios generan a través del uso del ecosistema de productos de la compañía. Según los datos oficiales de la empresa, actualmente brinda servicio a más de 700 mil hectáreas en el país y 70 millones de hectáreas alrededor del mundo.
“Es importante comprender que son herramientas que no están terminadas. La versión que hoy tenemos de Cropwise en el mercado es la peor que tenemos. Porque lo único que vamos a hacer con ella es mejorarla”, analiza Bradley sobre el producto.
- En un contexto de cambio climático, inundaciones y sequía, ¿qué ventajas genera la digitalización para tener una producción agrícola más eficiente?
- El desafío es claro. Hay que producir más alimento para más personas y en la misma cantidad de superficie o menos. Esto lleva a la necesidad de conseguir más rendimiento, con menos recursos y productos y que las buenas prácticas sean trazables y demostrables. Estas herramientas lo que permiten es trazar, registrar y dejar una huella clara de cómo hacemos las cosas y aprender de ese camino. La única solución para llegar a esto es la digitalización porque tiene que ser a gran escala. Pero para poder hacer esa transformación primero hay que digitalizar los procesos y ahí aparecen nuevas tecnologías como blockchain.
- Por lo general se asocia a blockchain con las criptomonedas pero es una tecnología que se puede aplicar a cualquier industria para realizar trazabilidad por ejemplo. ¿Cómo puede usarse en el agro?
- El concepto se escucha. Hay algunos adelantados que lo entienden y mucha gente que no entiende qué es blockchain y lo complejo que es pasar de algo físico, como es la producción agrícola y el grano físico que se entrega en un acopio, a una copia digital de todo eso que corre por la blockchain. Hay empresas que se dedican a hacer blockchain para tierras o para granos pero todavía no hay una que ensamble todas las partes de la cadena. Si vos pensás en un agro que tiene un avance de digitalización todavía incipiente, pensar en blockchain a gran escala hoy en el agro en Argentina y en el mundo, falta bastante. Lo que sí podes hacer es empezar a hacer blockchain de distintas partes de la cadena de valor.
- ¿Cuál sería un ejemplo de eso?
- Una vez que el grano está cosechado en una bolsa se puede usar blockchain para trackear eso. O hacer blockchain de contratos de canje, que yo lo puedo conectar con plataformas de e-commerce y convertirlo casi en una moneda virtual pero que tiene que tener una contraparte física que después se opera en el mundo físico. Entonces, yo creo que vamos a empezar por partes, pero pensar que vamos a tener todo el proceso productivo o toda la cadena agroalimentaria, que es larguísima, en blockchain es un desafío enorme dado el grado de digitalización actual de la producción.
La digitalización dentro de Syngenta
Marcos Bradley cuenta a Forbes Argentina que un desafío que tienen en Syngenta es el de cambiar los talentos y backgrounds de las personas. “Nosotros tenemos equipos que en su mayoría son ingenieros agrónomos, como yo. Y tenemos que empezar a sumar gente que viene de otros lados y que sabe de estadística, análisis de datos y programación”, destaca el nuevo director general del Negocio de Protección de Cultivos de Syngenta para Latinoamérica Sur.
En esa línea, la empresa utiliza todos sus recursos globales para poder desarrollar sus productos orientados a la digitalización. “Incluso los cambios que se hacen en la plataforma se hacen en cualquier parte del mundo”, destaca Bradley.
- ¿Cómo es la estrategia global de la empresa en este aspecto?
- Syngenta empezó su estrategia digital adquiriendo compañías. En un principio se adquirió una startup brasileña que se llamaba Straider y ese producto casi como estaba se transformó en Crockwise Protector, que es una de las soluciones que nosotros traemos. Más tarde se adquiere una empresa americana que se transforma en Cropwise Imagery. Obviamente después se trabaja en integrar y adaptar los protocolos al país pero eso se hace en campo con ingenieros agrónomos trabajando junto con los desarrolladores que pueden estar en cualquier lugar del mundo. El tener esa huella global nos da esa ventaja competitiva de que, por ejemplo, yo tengo una plataforma en Ucrania que tiene una forma de gestionar el trigo y el girasol y que la plataforma de Brasil no tenía porque se enfoca en maíz y soja. Pero yo puedo juntar esas dos para tomar lo mejor de ambas y ofrecerle al productor argentino una solución más completa. Pero al final, todo lo que es software o código, alguien lo puede mejorar. Por eso, en el fondo el secreto es estar con el productor y los empresarios que quieren mejorar y aprender junto a ellos porque para nosotros esto también es nuevo y es importante estar en el campo.
- ¿Cómo es la digitalización dentro de la empresa?
- Un foco interno de mi gestión es la digitalización nuestra. Nosotros como Syngenta tenemos un camino largo de digitalización por hacer. No son solo los productores quienes tienen que hacerlo sino que las empresas de insumos también tenemos que digitalizarnos. Si bien tenemos un montón de sistemas de gestión y base de datos, hay que digitalizar los proceso y la forma de trabajar, sobre todo la parte de contacto con el cliente. Nosotros tenemos un montón de gente en campo y muchos procesos que hacen son analógicos y manuales. Hay un desafío ahí de digitalizarnos y son procesos que son parte de la solución también porque hay una parte que todavía está en el futuro pero que tenemos todos los componentes para hacerla realidad: la agricultura predictiva. Como hoy se puede predecir el clima, podemos predecir un montón de cosas en el campo para proyectar y que tienen un potencial enorme a la hora de gestionar y tomar decisiones. Eso requiere algoritmos y modelos basados en inteligencia artificial que puedan aprender para predecir contextos. Para eso falta pero realmente será transformador y requiere poner las piezas en su lugar para que cuando llegue, estemos todos ahí.