En la tranquilidad de su oficina, ubicada en un luminoso sector del cowork donde se instaló la empresa, Manuel Beaudroit revisa su computadora. Está llena de stickers crypto que incluyen las palabras Bitcoin y Satoshi, entre varias otras. “En el equipo somos 34 personas pero acá solemos estar tres o cuatro. De hecho hay muchos que son del interior u otros países”, cuenta el cofundador y CEO de Belo.
Es miércoles y el día está soleado. En menos de doce horas, el primero de septiembre, la compañía cumplirá un año de operaciones pero, fiel a su estilo, la celebración será moderada. “Estamos festejando lo que se logró pero siempre manteniendo la visión muy clara del producto y el objetivo de solucionarle problemas concretos a las personas”, explica Beaudroit.
- ¿Qué balance haces de este primer año?
- Estamos tranquilos. Fue interesante cómo toda la gente se copó en darnos la razón en nuestra hipótesis inicial. Cuando sos una startup, básicamente estás haciendo experimentos constantemente para probar ciertas hipótesis que tenés. Y los usuarios respondieron bien a ese problema que había que resolver.
Boom de tarjetas crypto en la Argentina: qué opciones existen y cuáles son sus beneficios
Con respecto al equipo y las finanzas, súper sanos. Somos muy frugales en las inversiones que hacemos tanto en gente como en marketing. Creemos en el crecimiento en base al producto como el principal motor y que el marketing tiene que ser una inversión cuando realmente terminaste de entender muchas de las métricas que el negocio te va mostrando. Por la poca vida que tenemos, creemos que todavía no llegamos al punto en el que hay que salir a invertir millones de dólares para hacer publicidad en todos lados.
- ¿Por qué esa forma de operar?
- Tenemos mucho camino por transitar para que el producto sea más robusto en la propuesta de valor para el usuario, la performance, tecnología, infraestructura, etc. Creo que esto tiene que ver con algunas canas que tengo. Suele ser una mala estrategia salir a quemar rápido cuando todavía no tenés muy en claro todo el panorama. Somos muy concienzudos en cómo usamos el dinero. Es como la fábula de la tortuga y la liebre. Creo que somos un poco tortugas en el sentido de que avanzamos sin prisa pero sin pausa.
Las operaciones de Belo
Según describen sus fundadores, “Belo es una billetera digital para moverte en pesos argentinos y criptomonedas y que tu dinero cada día valga más”. “Ahora podrás empezar en cripto de la forma más amigable y simple. Comprar criptomonedas, intercambiarlas de forma inmediata y obtener rendimientos todos los días”, agregan.
Beaudroit afirma que actualmente están llegando a los 400 mil usuarios registrados y que estiman llegar al millón para final de año. “Nos gusta hablarle a todo el mundo porque creemos que los problemas que intentamos solucionar cruzan a todos los niveles socioeconómicos y etarios”, explica. “Nosotros permitimos abrir cuentas a chicas y chicos desde los 13 años en adelante y tenemos señoras de 90 años que operan con nosotros”, continúa.
- ¿Cuál es su diferencial?
- Nuestro producto lo que tiene es que no solo funciona como un lugar para comprar sino también para ahorrar. Por ejemplo, podés generar una tasa sobre los activos que tenés y además te damos una tarjeta con la que podés gastar local o globalmente. Lo interesante de eso es que básicamente esta tecnología o estos activos comienzan a ser parte de tu día a día. Esa cosa cotidiana hace que, para muchas personas, Belo sea su primera cuenta de banco o su única cuenta de banco. Eso hace que la cantidad de fondos que tienen con nosotros sea mayor. Obviamente siempre hay una campana si querés donde hay una distribución con mucha gente con pocos fondos, que son vouyeristas que prueban cómo funciona. Lo importante es pensar cómo hacer crecer ese segmento de usuarios que tienen un cierto rango de dinero para que tengan más actividad. Son desafíos que todos en el ecosistema tenemos.
- ¿Qué buscan los usuarios en crypto?
- Para muchos, es el primer punto de entrada. Están buscando una alternativa al peso. Con un 70% de inflación, tener alternativas para poder cubrirse sin ponerle presión al dólar en el gobierno es algo muy interesante.
- Pero el gobierno no está muy alineado con la idea de regular estos activos…
- Yo soy pro no regulación. Principalmente porque estamos en un estadío evolutivo muy temprano y una regulación puede llegar a ser causante de que el ecosistema no se desarrolle como debería. Como pasó en México, por ejemplo.
- ¿Qué opinas del gobierno en este aspecto?
- Muchas veces hay una sobre exageración de la posición del gobierno. Todavía crypto como movimiento es insignificante o no genera un impacto en cuanto a todos los problemas que tiene que resolver el gobierno. Hoy no te mueve la aguja. Y muchas veces hay una posición un poco dramatizante de algunos jugadores al decir cuál es la posición del gobierno. Claramente que un Estado quiere que se use su moneda. El tema es que hoy en día la moneda peso está demasiado devaluada para ser utilizada y creo que no cumple con la definición de moneda tradicional como unidad de cuenta, intercambio y resguardo. Es parte de todos estos años de degradación que hicieron que llegáramos a este punto. En ese contexto, los reguladores en la Argentina están aprendiendo y estudiando el tema. Soy positivo en cuanto a la posición que van a tomar y no es algo que se vaya a salir a prohibir unidireccionalmente. Es importante trabajar en conjunto como ecosistema y que haya una buena comunicación.
Quién es Manuel Beaudroit
Oriundo de Haedo, partido de La Matanza, Beaudroit es hijo de un ingeniero en sistemas y una artista plástica. “De mi vieja me viene una sensibilidad por las artes y la creatividad. Y de mi viejo, el poder analítico e ingenio para resolver problemas”, reflexiona sobre su personalidad.
Si bien estuvo cerca de la tecnología desde chico, no siempre quiso dedicarse a eso. De hecho, por su amor a la naturaleza llegó a estudiar tres años de biología, pero los negocios y la innovación pesaron más y terminó cambiando de rumbo. “Luego vinieron las ganas de emprender con un amigo”, recuerda. Y suma: “Hicimos una plataforma de intercambio de cosas y fue ahí cuando conocimos Bitcoin y lo implementamos como medio de pago”.
- O sea que todavía no tenías bitcoins cuando empezaste a trabajar con bitcoins…
- Claro. En 2013 fui a ver una banda que me gusta mucho al Lollapalooza de Chile y justo cuando llego decretan control de capitales. Estaba sin plata y solo con mi tarjeta de débito. Fue ahí cuando tuve mi “aja moment” y me di cuenta que bitcoin era justamente para eso. A partir de ese momento, me puse a trabajar full time para que la tecnología sea accesible para todos.
- ¿Recordas cuándo compraste tu primer bitcoin?
- Fue en octubre o noviembre del 2013, cuando estaba a 80 dólares. Cuando lo conocí por primera vez estaba a US$ 11, me quería matar (Risas). Igual estuvo bastante bien. Lo compré en persona con dólares ahorrados y sentí que estaba comprando droga. Fue una situación muy rara, no estaba acostumbrado a eso pero después entendes que P2P es parte del sistema. En cierto punto, esa experiencia que fue traumática para mí, me llevó a decir “hay que simplificar el acceso”. Darle una plataforma segura desde la comodidad del hogar.
- ¿Buscas ese mismo espíritu en la gente que contratas?
- Una pregunta que hago bastante en Twitter y que también hice en EthLatam es quién está en esto por la revolución y quién por la guita. Yo empecé hace diez años y en ese momento era todo revolución. Esta promesa de tener un sistema financiero nuevo y descentralizado que de alguna manera le sacaba el poder a las instituciones tradicionales para dárselo a las personas. Algo muy romántico que te movilizaba. Y fue un poco el driver que hizo que muchas personas se volcaran a esto.
- ¿Crees que con el aumento de los valores cambió un poco eso?
- En los últimos años yo veo que hay mucha gente que se metió para hacer guita fácil. Porque hay ciertas aplicaciones que te permiten ganar mucho dinero en poco tiempo. Sobre todo con lo que fue el DeFi summer del 2021. Pero en algún punto lo que termina sucediendo es que después conocen la revolución. Ese ciclo está, solo que a veces se alterna. Igual, creo que está bueno porque la gente que arranca en los bear markets, como este, está más centrada en la cuestión “revolucionaria” o ideológica. Y quienes lo hacen cuando el mercado está full irracionalidad, lo hace más por la plata.
- ¿Cómo son las personas que quieren trabajar en las empresas crypto?
- La gente que viene a trabajar a las empresas está más en el juego a largo plazo. Entiende que quiere generar un impacto, está motivado por la tecnología y no lo hace solo por el dinero. De hecho, te diría que es un buen abordaje para determinar si es alguien que va a tener impacto o no en la compañía. No digo que sea malo, pero para aquellos cuya primera variable de corte es el dinero, a una startup no le hace bien.
- ¿Por qué?
- Porque en una startup, necesariamente, todos tenemos que hacer un sacrificio. Hay que trabajar muchas horas, tener una motivación muy grande y un propósito muy alineado. Y si lo único que buscas es cobrar un gran sueldo en dólares, lo más probable es que siempre haya un buen postor. Entonces “tu amor” por el proyecto va a durar tanto como el tiempo que tarda en llegar la próxima oferta.
- ¿Qué esperas para el 2030?
- Se estima que hay 200 millones de personas a nivel mundial con acceso a crypto. Para el 2030, tranquilamente vamos a estar cercanos a los dos mil millones. Quizás más. Lo que aspiro es que no solo más gente tenga acceso a crypto como activo sino también puedan ser individuos soberanos en lo que tenga que ver con finanzas descentralizadas. Hay una transición necesaria para entender qué son las finanzas descentralizadas y qué herramientas podemos usar para tener más control sobre nuestro futuro.
- ¿Y para Belo?
- Para ese entonces Belo debería estar presente en toda Latinoamérica con varios cientos de millones de usuarios. Queremos poder ver cómo el mundo tiene incorporado esto en su día a día. Las nuevas generaciones van a potenciar esto pero también son las generaciones más grandes las que tienen más sabiduría sobre los problemas del pasado y cómo las herramientas del futuro pueden evitar que esos problemas se repitan.