La búsqueda de talento para la industria del conocimiento, y en especial para el desarrollo de software, motivó a muchas compañías globales a agudizar el ingenio para cubrir las eternas vacantes que tienen. Es por esta puerta que los fundadores de Henry, Martín Borchardt (33), Luz Borchardt (31), Leonardo Maglia (53), Federico Hernández (30) y Manuel Barna (35), entraron al negocio y crearon la empresa en 2020. Se trata de una academia de tecnología que invierte en la educación de las personas con la misión de acelerar la transición de Latinoamérica hacia la igualdad social conectando personas con empleos que hoy tienen una buena remuneración.
A diferencia de otras academias, en Henry diseñaron un modelo de financiamiento con otra lógica: los estudiantes pagan solo una vez que consiguen un empleo en tecnología. En este sentido, su éxito radica en la cantidad de graduados que logran conseguir un trabajo. “El 90% de nuestros graduados consigue un empleo. El 86% está trabajando remotamente para el mundo. Más de 1.500 empresas ya contrataron al menos un graduado de Henry y hemos logrado un aumento promedio de los ingresos de nuestros graduados de más del 300%, generando con ello un alto impacto social”, sostiene Luz Borchardt, Chief Growth Officer de la compañía.
“Tenemos dos carreras disponibles: Desarrollo Web Full Stack y Data Science, en modalidad de tiempo completo y tiempo parcial. Las carreras de tiempo completo duran entre 4 y 5 meses, son 100% online y en vivo, y están orientadas a que los estudiantes se capaciten en las habilidades que requiere hoy el mercado laboral. Contamos con más de 10.000 graduados y estudiantes activos, y un promedio de 40.000 aplicantes por mes, con presencia regional”, agrega.
Henry se fundó una semana antes de que se declarase la pandemia. Antes, Martín Borchardt fundó Nubi, una fintech de pagos y remesas transfronterizas que desarrolló alianzas estratégicas con gigantes como PayPal y Transferwise. Rápidamente sumó a Maglia y a su hermana Luz como parte de su equipo fundador. “Vivimos en primera persona la dificultad de encontrar, contratar y retener ingenieros de software en Latinoamérica por la falta de talento capacitado en tecnología. El ejemplo más claro fue que a un mes de lanzar un producto nos renunció más del 40% de nuestro equipo de tecnología, porque Argentina devaluó la moneda 100% en una semana, y se fueron a trabajar remoto y ganar en dólares. Nos quedamos sin equipo para el lanzamiento. Nos dimos cuenta de que estábamos frente a un problema que no era solo de Nubi, sino de América Latina y del mundo. Hay una gran falta de talento tech calificado”, afirma Borchardt.
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Luego de un año de aprendizaje y de profundo análisis, durante el cual Martín tuvo reuniones con más de 200 ejecutivos y fundadores de empresas tecnológicas de la región, decidió dedicar su experiencia a resolver esta brecha e incrementar el talento tecnológico en Latinoamérica. En un mundo cada vez más digitalizado, la industria IT/Tech se enfrenta a una de las mayores problemáticas: la escasez de talento calificado en tecnología.
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“El llamado skill gap es una realidad que, además, viene a cuestionar el sistema educativo tal como lo conocemos. El paradigma de la educación está en crisis: las carreras tradicionales, por su extensión y currículas desactualizadas, ofrecen menos oportunidades de empleabilidad y no están preparadas para crear el talento tecnológico necesario. El sector tecnológico presenta una oportunidad enorme para quienes quieran tener una carrera en una de las industrias mejor pagadas. La demanda de trabajos en tecnología no para de crecer y, según un estudio de Microsoft y LinkedIn, se espera que para 2025 haya más de 10 millones de vacantes abiertas en la región”, sentencia Borchardt.
En este contexto, Latinoamérica se posiciona como una de las regiones más prometedoras para exportar talento calificado en tecnología al mercado global. Según datos que maneja Henry, de julio a diciembre de 2021 la tasa de crecimiento de contratación hacia Latinoamérica creció un 156%, siendo el rol de desarrollador el más buscado a nivel global. A este problema se le suma otro aún mayor que es la desigualdad de la región: están 8 de los 10 países más desiguales del mundo y solo el 14% de la población tiene acceso a una educación superior. “Más de 10.000 personas se unieron a Henry y experimentaron un crecimiento exponencial a nivel personal y profesional. De diferentes orígenes y backgrounds: abogados, psicólogos, ingenieros mecánicos, fotógrafos o personas sin carrera profesional. Recién estamos en el primer minuto del primer tiempo del partido”, concluye Borchardt.
HENRY
Fundación: 2020
Inversión inicial: US$ 50.000
Facturación 2022: US$ 3,3 millones
Facturación proyectada 2023: US$ 6,5 millones
