La semana pasada, China sorprendió al mundo al lanzar su “sol artificial”, un reactor nuclear capaz de generar temperaturas cinco veces más altas que esa estrella. Ahora, científicos de ese país volvieron a llamar la atención al finalizar la construcción de su “luna artificial”.
La “luna artificial” de China es un centro de investigaciones que permite simular los entornos del satélite, sobre todo los entornos de baja gravedad. Para eso, se utilizan potentes magnetos dentro de una cámara de vacío, lo que permite que la gravedad dentro de ese espacio ya no haga efecto.
“La cámara se llenará de rocas y polvo para imitar la superficie lunar. Es la primera de su tipo en el mundo y, según las investigaciones, podría mantener esas condiciones de baja gravedad durante el tiempo que se requiera", indicó sobre la “luna artificial” el ingeniero geotécnico de la Universidad de Minería y Tecnología de China, Li Ruilin.
En principio, la “luna artificial” de China se utilizará para probar tecnología que, de funcionar correctamente, luego se utilizará en la luna real. Así, se podrán llevar a cabo pruebas que evitarán pérdidas de tiempo y dinero ante la necesidad de comprobar la viabilidad de un artefacto en ese ambiente.
"Algunos experimentos, como una prueba de impacto, necesitan solo unos segundos en el simulador", indicó Li. Y agregó al respecto: "Pero otros, como las pruebas de fluidez, mide cuánto se deformará un material bajo una temperatura y tensión constantes, pueden llevar varios días y es completamente posible hacerlo”.
Cómo nació “la luna artificial”
La idea para hacer realidad la “luna artificial” de China nació a partir de un experimento donde científicos hicieron “levitar” a una rana con magnetos. El nombre oficial es “levitación diamagnética” y consiste en utilizar los componentes dentro de los núcleos de los átomos y pequeños electrones que los orbitan en pequeños bucles de corriente. Las mismas, crean corrientes en movimiento, que, a su vez, inducen pequeños campos magnéticos.
China construyó un "sol artificial" de un billón de dólares y que supera las temperaturas de una estrella
“Por lo general, los campos magnéticos orientados al azar de todos los átomos en un objeto, ya sea que pertenezcan a una gota de agua o una rana, se cancelan y no se manifiesta ningún magnetismo en todo el material”, explican los científicos. Y agregan: “Sin embargo, si se aplica un campo magnético externo a esos átomos, todo cambia. Los electrones modificarán su movimiento, produciendo su propio campo magnético para oponerse al campo aplicado. Si el imán externo es lo suficientemente fuerte, la fuerza magnética de repulsión entre él y el campo de los átomos se volverá lo suficientemente poderosa como para vencer la gravedad y levitar el objeto, ya sea una pieza avanzada de tecnología lunar o un anfibio confuso, en el aire”.
Finalmente, quienes están a cargo del proyecto comentaron que todos los resultados servirán para mejorar el programa de exploración lunar que China está desarrollando. El mismo, según el gobierno de ese país, finalizará con un centro de investigación lunar para 2029.
La “luna artificial” se suma al “sol artificial”
La semana pasada, China puso en funcionamiento su más reciente creación: un “sol artificial” que costó un billón de dólares . Según las cifras registradas, logró temperaturas cinco veces más altas que las del sol durante 17 minutos y de esa manera estableció un nuevo récord mundial.
El nombre real de la máquina es EAST y es un reactor de fusión nuclear. Según indicaron sus creadores en China, este “sol artificial” de un billón de dólares alcanzó la temperatura de 70 millones de grados celsius durante un segundo, siendo así la temperatura más alta registrada por una máquina creada por el hombre a lo largo de la historia.
“Las operaciones que realizamos recientemente se lograron en base a un sólido trabajo científico que permitió construir este reactor de fusión nuclear”, indicó Gong Xianzu, un investigador de la Academia China de Ciencias que lidera el equipo a cargo del “sol artificial”.
Por otro lado, explicó que el proceso a nivel atómico que se realiza en el reactor es similar al que se lleva a cabo en las estrellas. “Esto libera una enorme cantidad de energía sin producir ningún tipo de gas de efecto invernadero o desperdicio nuclear. Por lo que podríamos estar frente a una nueva fuente de energía para toda la humanidad”, señaló el científico.