Forbes Argentina
loveat
Innovacion

Loveat: la app gastronómica que creció más de un 1000% en la pandemia

Share

Se trata de una herramienta web que permite agilizar la comunicación entre restaurantes y comensales. Pasó de tener 15 a 200 clientes durante la cuarentena y apunta a seguir sumando.

8 Julio de 2020 12.57

En un momento especialmente difícil para el sector gastronómico argentino, con caídas interanuales de -84% en abril y mayo según datos de la Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina (FEHGRA), hablar de éxito puede sonar desafortunado. Pero en el caso de Loveat, la aplicación creada por el ingeniero informático Agustín Perrotta (27) para optimizar la comunicación entre los restaurantes y sus clientes, la efectividad de la estrategia comercial puede tener un impacto colectivo. 

Agustín Perrotta


El comienzo de la historia no puede ser más diferente del final. En 2014, Agustín estaba sentado en una mesa europea tratando de descifrar el menú cuando empezó a alimentar su idea: ¿por qué no generar una herramienta para facilitar la experiencia del comensal, disminuir los márgenes de error y agilizar los tiempos del personal? Dos años después, con algo más de experiencia en su rubro, puso manos a la obra para dar forma a Loveat, la aplicación web que los establecimientos gastronómicos pueden usar para publicar su información, compartir su menú con fotos, precios y descripciones y administrar sus pedidos, y a la que los clientes pueden acceder desde cualquier dispositivo sin necesidad de descarga ni instalación. Es simple: llegás al restaurante, te sentás y escaneás un código QR que te permite ver la carta, elegir los platos e incluso generar tu comanda, en el mismo tiempo que suele tardar un mesero en acercar un menú impreso y evitando el contacto (hoy, tan elemental). También permite realizar pagos, ya que la aplicación está integrada con billeteras virtuales como Mercado Pago.  

Entre septiembre de 2016 y la actualidad, Agustín diseñó el sistema (primero solo y luego asociado con Nicolás Merlis, también estudiante de ingeniería) a fuerza de horas-hombre, sin  ninguna inversión. “Tuve que aprender todo. Manejaba desde la información guardada en la base de datos de un menú hasta lo que le llega al cliente. Lo fui haciendo mientras cursaba y trabajaba. En febrero de 2018 tuve un producto mínimo para mostrar. Lo fui puliendo, busqué gente de restaurantes para tener feedback. Empecé con un desarrollo que me parecía espectacular y me choqué contra una pared, porque la gente estaba acostumbrada a otra cosa y no quería cambiar”, recuerda. En sus primeras recorridas por Palermo, explicando Loveat puerta por puerta, llegó a la conclusión de que ofrecer el paquete completo de autogestión no prendía: “Teníamos un montón de funcionalidades testeadas y listas para que las usaran los clientes, pero era mucha información y no lográbamos vender. Los dueños de los locales se mareaban. Entonces empezamos a ofrecer únicamente la visualización de la carta, que tiene sus ventajas, como que la gente en la fila elija lo que va a pedir y tarde menos en la caja. Al no interferir con el flujo del local, tuvimos mejores resultados”. De esos primeros esfuerzos, consiguieron 15 clientes fijos que adoptaron su modelo de suscripción: se paga un fee mensual de $1.000 + IVA por sucursal, con el primer mes bonificado.

Gastro post COVID-19

Ahora, pisando la segunda mitad de 2020, el panorama es otro. Con nuevas restricciones para la circulación en AMBA y una leve flexibilidad en el resto del país, la pandemia continúa azotando a un sector que está diseñando sus protocolos para que los restaurantes puedan reabrir sus puertas. “Brindar opciones de pago a través de medios digitales que eviten la manipulación de dinero, por ejemplo, tarjetas de débito, crédito, billeteras virtuales y/o pagos con Códigos QR”, sugiere la reciente publicación del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación en uno de sus ítems. “Exhibir el menú en carteles, atriles o pizarras, dispuestos en el exterior y/o interior del local, presentar la carta en formato digital o plastificada para facilitar su desinfección, para facilitar el cumplimiento del distanciamiento social”, en otro. Loveat parece más atinada que nunca; tanto, que ya aparecieron otros emprendimientos similares en el país. Agustín destaca su largo camino recorrido y la solidez de su proyecto frente a la competencia: “Lo importante de Loveat, a diferencia de otras aplicaciones, es que hace tres años venimos estudiando el mercado. Ya tratamos de vender algo que no quería la gente. Cuando empecé no tenía ni idea de gastronomía, ahora conozco cómo opera un restaurante y qué es lo que se puede desarrollar. Hay una idea atrás que nos permitió llegar firmes a este momento, con una aplicación sólida sin problemas y un servidor que sigue respondiendo bien”.  

De sus tímidos 15 clientes de principio de año, entre fines de marzo y junio saltaron a 200, lo que representa un aumento del 1300% respecto al punto de partida. ¿Cómo? Más simple de lo que parece: luego de formalizada la cuarentena, en pocos días adaptaron una interfaz ya bastante avanzada para incorporar el servicio de delivery y take away, sin ninguna comisión extra. “Loveat surgió como una herramienta para mejorar la comunicación del local con sus clientes -explica Agustín-. Con el delivery dijimos: 'Logremos lo mismo, pero a la distancia'. Facilitamos el intercambio que se estaba dando naturalmente por WhatsApp de una manera engorrosa, porque cada persona que escribía no tenía la carta ni los precios. Hacía un pedido en muchos mensajes y el local perdía un montón de tiempo. Esta adaptación la hicimos más que nada para ayudar a nuestros clientes anteriores a la cuarentena, que eran chicos, no franquicias, y estaban haciendo el delivery con su propio personal. Pensamos: 'A este segmento, que está super golpeado, démosle la herramienta para vender'. Así surgió y en un fin de semana lo teníamos listo”.  

Si bien los clientes, viejos y nuevos, contínuan utilizando otros canales de venta, según la información de Loveat, gestionan entre el 60% y el 80% de sus pedidos de delivery y take away a través de la aplicación, sobre todo para evitar las altas comisiones de otros servicios (que rondan el 30%), pero también para ofrecer una experiencia personalizada y más atractiva. “Los restaurantes tienen más margen para hacer promociones y que el delivery sea gratuito. Es un win-win porque para el usuario es más barato y el local tiene acceso a sus clientes, brinda anteción personalizada y un producto de mayor calidad”. Esta combinación de factores hizo que las 3.000 visitas de usuarios que la plataforma tenía pre-cuarentena se convirtieran en 3.000 por día. Y apuntan a seguir creciendo, pensando en un mercado cada vez más digitalizado y contactless, con 500 suscriptores a fin de año y 200.000 accesos por mes. En este momento, cadenas como Subway y Hard Rock Café ya son parte de una espectro de clientes que también incluye nombres como Tanta, el restaurante peruano de Gastón Acurio en Buenos Aires, y locales en las provincias de Mendoza, Santa Fe y Córdoba. Dentro de poco, Loveat también va a sumar una guía gastronómica online, con cartas accesibles a un click, descuentos especiales y recomendaciones. Pero la misión sigue siendo la misma: “Una aplicación que pueda ver todo el mundo, sin descargar nada, pensada para que la persona sentada en la mesa la pase mejor, para que tenga una mejor experiencia sin problemas de comunicación ni nada que pueda estropear una salida. Cuando abran los locales, nuestro foco va a ser tener una carta digital con código QR. Antes la gente no quería cambiar, pero ahora lo van a tener que hacer casi obligatoriamente. Con las dos posibilidades, la gente va a elegir lo nuevo. Obviamente, un segmento va a seguir optando por la carta física, pero vamos hacia lo digital”. 
 

10