Lo que hay que saber sobre el dengue: Brasil desarrolla una vacuna contra la enfermedad que llegará a la Argentina
El Instituto brasileño Butantan junto con la compañía MSD desarrollan un antígeno que protege contra los 4 serotipos de la enfermedad; un proyecto que demandará unos 2500 millones de dólares

En el desarrollo de una nueva vacuna se invierten muchos años de investigación y, aproximadamente, unos 2500 millones de dólares. El Instituto Butantan, uno de los centros de investigación más importantes de Brasil y el mayor productor de vacunas en toda América latina, junto a la empresa farmacéutica MSD, anunciaron la finalización de la fase 3 de una vacuna contra el dengue, una enfermedad causada por el virus que transmite el mosquito Aedes aegypti y que este año generó en la Argentina un brote de más de 130.000 casos y 65 muertes. 

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se producen 400 millones de infecciones de dengue en todo el mundo , de las cuales entre 50 y 100 millones son sintomáticas. En una visita que realizó Forbes al histórico instituto brasileño, que hoy produce unas 80 millones de dosis de la vacuna contra la gripe, la directora médica de MSD, Fabiane El Far Sztajnbok, adelantó que a mitad de 2024 podrían estar listos los resultados de la fase 4, la última en la investigación, con el objetivo de recibir la autorización de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) para aplicarla en la población. “Se incluyeron en las pruebas a personas con y sin exposición previa al virus del dengue. En total, participaron 17.000 personas de 2 a 59 años, que recibieron una única dosis, y los resultados han sido muy buenos“, aseguró la experta durante el 20° Seminario Latinoamericano de Periodismo en Ciencia y Salud, que se realizó la semana pasada, en San Pablo. 

Efectividad del 80 por ciento

La vacuna de MSD, según los investigadores que trabajan en el proyecto, demostró una efectividad del 80%, y luego de aprobarse en Brasil, el objetivo es que llegue también al resto de los países a nivel global, incluida la Argentina, donde hasta el momento el último antígeno aprobado por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) fue la vacuna del laboratorio japonés Takeda, que lleva el nombre de TAK-003, que también protege contra los cuatro serotipos de la enfermedad, aunque desde el Ministerio de Salud aún no especificaron cuál sería la estrategia de vacunación. 

Aedes aegypti 

Si todo sigue el curso previsto, la nueva vacuna elaborada por MSD y el Instituto Butantan estaría lista para julio de 2024, y entre algunas de las diferencias con la del laboratorio Takeda figuran su forma de administración y la edad a partir de la cual puede aplicarse. “Aún no pueden compararse estrictamente porque no hay estudios head to head, pero hay dos cosas que sí son importantes. La vacuna que estamos desarrollando es de una dosis, versus la otra [la japonesa] que es de dos dosis. Y la segunda, que los estudios están hechos a partir de los dos años, lo cual permitiría incluirla en el calendario oficial de vacunación a partir de los 24 meses de vida”, aporta el argentino Hugo Nisenbom, CEO de MSD en la filial brasileña. 

Un recorrido inverso del cual “sentirse orgulloso”

Como químico y farmacéutico, y con varios años de experiencia en el desarrollo de vacunas en MSD, Nisenbom explica que, normalmente, tanto las investigaciones como la transferencia de tecnología suelen darse de Norte a Sur, es decir, de países como Estados Unidos o Europa hacia los del hemisferio Sur. Sin embargo, en este caso, el trabajo mancomunado entre el Instituto Butantan y MSD recorrerá el camino inverso al habitual, del cual Nisenbom dice sentirse orgulloso, y que permitirá la fabricación de un antígeno global. “Ellos [por el Instituto Butantan] saben cómo hacer una vacuna para aprobar en Brasil. Nosotros tenemos la experiencia para que pueda ser aprobada por todas las agencias regulatorias del mundo”, señala el experto.  

Con respecto a la inversión que hizo MSD en este desarrollo, Nisenbom no da precisiones, pero sí garantiza que en una investigación de este tipo hay que calcular un desembolso de unos 2500 millones de dólares. “Que la vacuna sea global significa, además, que cubre los cuatro serotipos de la enfermedad y que reúne los requisitos para que sea aprobada por las distintas agencias regulatorias”.

Una redacción full time para luchar contra los antivacunas

Con la llegada del coronavirus, y sobre todo luego de que comenzaron a aparecer las primeras campañas de vacunación contra el Covid-19, el debate sobre la confianza pública de las vacunas se reavivó en todo el mundo. Los discursos sociales, a favor y en contra, encendieron las redes sociales. Brasil y la Argentina no fueron la excepción, y mientras en el Instituto Butantan trabajaban a contratiempo en la fabricación de un antígeno de virus inactivado, también armaron un ejército de periodistas, investigadores y community managers para dar batalla a la “guerra narrativa” que se libraba en Facebook, Instagram o Twitter, con manifestaciones sobre las medidas de cuidado y la obligatoriedad de la vacunación.

 

“Muchos mitos y falsas informaciones circulaban en las redes; la mayoría promovida por por grupos antivacunas. En pocos días, el Instituto Butantan armó una redacción de 30 periodistas, encargados de monitorear, detectar y hacer el seguimiento de esas informaciones para después compartir en sus redes publicaciones científicas al respecto. Cristina Mantovani de Oliveira es la coordinadora de redes sociales del Instituto Butantan, y en una exposición durante el 20° seminario aseguró que la tarea no fue fácil, sobre todo porque en esa época -bajo la presidencia de Jail Bolsonaro-, muchas de las informaciones antivacunas llegaban desde el mismo entorno oficial. 

“Siempre decimos que era una guerra de narrativa, y no de contenido. Durante la pandemia llegamos a tener 8000 interacciones mensuales, y contestamos a todas en tiempo real -dice Mantovani-. No trabajamos con bots, y en pleno confinamiento contratamos especialistas en redes sociales para identificar cuál era la mejor manera de comunicar y responder a todas las noticias falsas. Empezamos en septiembre de 2020, y ahora llegamos a los 2 millones de seguidores en Instagram, que es la segunda red más activa en Brasil”. 

Mantovani explica que luego de los primeros meses intensos de trabajo, llegó un momento en que eran los mismos defensores de las vacunas los encargados de responder muchos de los mensajes y posteos, ya que ellos también tenían a disposición en el mismo sitio toda la data y videos que desde Butantan iban compartiendo. “El instituto se volvió popular y la gente acudía a nosotros como una fuente de información”, concluyó la experta.