A poco más de tres años del inicio de la pandemia, el cuatro medicamentos innovadores este año. mundo está, finalmente, dejándola atrás. Las consecuencias fueron muchas y de diferente tipo. Sin duda, la industria de la salud estuvo en el centro de la escena y, aunque tuvo grandes avances en su innovación, todavía queda un largo camino por recorrer. Así, Andrew H. Martin, presidente de Pfizer América Latina, y Florencia Davel, VP de América Latina & Centro de Excelencia de Mercados Distribuidores de Bristol Myers Squibb, debaten sobre esto y lo que viene.
¿Cuál es el balance?
Andrew Martin (AM): El objetivo de Pfizer es brindar atención médica innovadora a los pacientes que la necesitan sin importar dónde vivan o qué nivel socioeconómico tengan. Para eso, es importante invertir mucho en el poder, la precisión y la posibilidad que tiene la ciencia de superar los obstáculos que experimenta la humanidad. Esa creencia nos ayudó a desarrollar una vacuna en solo 9 meses. Me enorgullece haberlo logrado. Pero lo que más me enorgullece son las colaboraciones que entablamos a lo largo de la región. Firmamos 14 acuerdos bilaterales que nos permiten suministrar más de 500 millones de dosis. También entregamos más de 500 millones de dosis a Covax. Más del 25% de esas dosis fueron destinadas a América Latina. Estoy orgulloso, pero no satisfecho. Debemos esforzarnos más. La pandemia nos enseñó el poder que tiene no solo la ciencia sino también la colaboración entre entidades privadas y públicas.
Florencia Davel (FD): Nos une un mismo objetivo: usar la ciencia para transformar la vida de los pacientes. En estos años, hemos visto avances significativos como nunca antes. Por ejemplo, terapias como las vacunas que mencionó Andrew, y tratamientos para el VIH, la hepatitis B y el cáncer. La adopción de tecnología cambió las reglas del juego, porque nos permite predecir enfermedades y determinar el tratamiento adecuado para cada paciente en el momento correcto. En los últimos dos años, en la región invertimos US$ 1.000 millones en investigación clínica y, durante los próximos 5 años, BMS va a invertir US$ 200 millones para acelerar los avances y agilizar el lanzamiento de 50 recursos que se encuentran en desarrollo.
¿Cuáles son los principales ejes impulsores detrás de esta aceleración en la innovación?
FD: Notamos una aceleración en la adopción de tecnología, que nos permitió agilizar los avances y desarrollos en la ciencia en todo el mundo. Una de las enseñanzas que nos dejó la pandemia a partir del efecto que tuvo en nuestros pacientes y comunidades es estar más preparados a nivel de la cadena de suministros. Es un gran desafío para nosotros en América Latina: debemos ver la forma de simplificar la experiencia del paciente y el proceso de diagnóstico, debemos dedicar más recursos a la prevención y debemos garantizar el nivel de acceso de los pacientes a las innovaciones.
AM: En Pfizer, soñamos un futuro en el que gane la ciencia y pierdan las enfermedades. La única forma de volver realidad ese sueño es innovando. Para nosotros, innovar significa crear más medicamentos y vacunas que cambien la trayectoria de una enfermedad. Pero esas vacunas y esos medicamentos solo sirven si los reciben los pacientes que los necesitan. Por eso, para que la innovación revolucione el cuidado de la salud, todos los involucrados deben trabajar en conjunto. Necesitamos impulsar leyes, fortalecer el marco de trabajo, usar mecanismos de dependencia cuando sea posible, y fomentar la colaboración entre gobiernos y empresas farmacéuticas para establecer acuerdos valorativos que garanticen el acceso de los pacientes a medicamentos innovadores. Se requiere un esfuerzo colectivo para salvar la distancia que existe entre las ciudades grandes y los millones de personas de la región que viven en zonas remotas.
¿Cuánto tarda una innovación para llegar efectivamente a ser aplicada en los pacientes?
AM: El mayor desafío que tenemos al implementar innovaciones en América Latina son los plazos. De hecho, está retrasada en comparación con los países desarrollados, e incluso con otros mercados emergentes. En promedio, hay una diferencia de entre tres años y medio y cuatro años entre la aprobación reglamentaria y el acceso en los EE.UU. y Europa Occidental en comparación con América Latina. Nuestra meta es que ningún paciente se quede sin atención. La forma de superar este obstáculo es con una colaboración entre el sector privado y el público.
FD: Cuando hablamos de moléculas especializadas, necesitamos 15 o 20 años de investigación para desarrollarlas. Y, si tenemos en cuenta que solo una entre mil llega al mercado, se trata de una inversión significativa. Por eso es importante que las empresas que hacen investigación cuenten con la propiedad intelectual en esos mercados. Así, una vez lanzado el producto, podemos acceder a la innovación para que les llegue a los pacientes y ocuparnos de las necesidades médicas no satisfechas. Debemos también acortar el tiempo de desarrollo y asegurarnos de contar con el marco regulatorio necesario.
¿Qué impacto tiene la medicina de precisión en el tratamiento del cáncer?
FD: La medicina de precisión es clave hoy más que nunca. Brinda el tratamiento adecuado al paciente correcto en el momento justo y garantiza que sea el tratamiento requerido. Es más eficiente para el sistema de salud porque impacta positivamente en todo el sistema. Ya estamos trabajando con biomarcadores que han revolucionado los tratamientos en oncología porque también nos permiten ayudar a los médicos y facilitarles el tratamiento a los pacientes.
AM: Desde la perspectiva de Pfizer, adquirimos Seagen, empresa líder en tecnología de anticuerpos conjugados. O los estudios de ARNm que nos permitieron desarrollar una vacuna en 9 meses para evitar enfermedades severas e internaciones por el virus SARS-CoV-2. Estamos invirtiendo mucho en esa área. El sector atraviesa un presente increíble.
FD: Estamos desafiando los límites de los tratamientos médicos y los avances tecnológicos, y estamos mejorando la calidad de vida de muchísimos pacientes en el mundo gracias al uso de vacunas, inmunoterapia, terapia de células T con CAR, terapia de células, biomoléculas, drogas biofarmacéuticas.
¿Cómo ven a la Argentina dentro de la región? ¿Cuáles son los desafíos?
FD: Como argentina, he vivido la incertidumbre económica toda la vida, así que estoy familiarizada. Para la industria farmacéutica es un mercado muy importante en América Latina, uno de los más grandes, no alcanzamos niveles óptimos de acceso a innovaciones. Por ejemplo, en oncología, tenemos 13% de acceso a terapias innovadoras. Hemos visto grandes me joras en la aprobación de ensayos clínicos. Eso le permitió al sector, y a BMS en particular, incrementar el número de ensayos clínicos y garantizar la diversidad.
Fuimos pioneros en realizar ensayos clínicos para muchas enfermedades y tenemos mucho talento, conocimiento médico y un alto nivel de adopción de innovaciones. Aún queda mucho trabajo por hacer en los marcos regulatorios, en la disminución de los plazos de aprobación de los ensayos clínicos y en la atracción de nuevos inversores. Como BMS, nos enfocamos en nuestras prioridades, en lanzar nuevos productos, en las necesidades médicas no satisfechas y en simplificar nuestros procesos. Hay muchas oportunidades. Navegar el entorno económico es una tarea complicada y se complejizará más en los próximos meses. Pero desde el punto de vista de la innovación, hay muchas oportunidades para llegar a más pacientes. Continuaremos invirtiendo en ensayos clínicos en los próximos años más de US$ 60 millones. En los siguientes dos años, lanzaremos más de nueve productos.
AM: La Argentina es uno de los mercados más críticos en la región. En los últimos tres años, invertimos más US$ 165 millones en ensayos clínicos. De hecho, fue el país con mayor número de ensayos clínicos para nuestra vacuna contra el Covid-19. Estamos convencidos de que tiene la infraestructura, las capacidades tecnológicas, el talento y el deseo necesarios para convertirse en líder mundial, no solo en ensayos clínicos sino en innovaciones médicas. Sí, habrá desafíos, la situación económica actual dificulta algunos de nuestros objetivos, pero seguimos invirtiendo. De hecho, lanzaremos tres o poco más de tres años del inicio de la pandemia, el cuatro medicamentos innovadores este año.