La startup espacial que busca competirle a Musk con su satélite de diseño propio
El jueves, la startup espacial Rocket Lab anunció que lanzó con éxito su primer satélite Photon, de diseño y fabricación propios. La operación no divulgada (se llevó a cabo el 31 de agosto) es una demostración de la plataforma de tecnología de la empresa, Photon, que según la empresa se puede configurar de muchas formas para brindar soluciones a sus clientes.
El satélite, bautizado “First Light” [primera luz], se lanzó en uno de los cohetes Electron de la empresa desde su complejo de lanzamiento en Nueva Zelanda. La misión principal era poner en órbita un satélite radar para un cliente, Capella Space, y se completó más o menos una hora después del despegue. Después, la empresa envió un comando a la fase del cohete que pone los satélites en su órbita final y transformó esa parte del cohete, que antes se desechaba, en un satélite.
Con esa demostración de su tecnología, Rocket Lab apunta a generar “un gran cambio en lo que implica hacer cosas y negocios en órbita”, dijo su fundador y CEO, Peter Beck, en una rueda de prensa.
Rocket Lab tiene esa filosofía desde su fundación en 2006. A diferencia de SpaceX, Blue Origin y otras startups fabricantes de cohetes, siempre se enfocó en el segmento de los minisatélites en vez de las misiones tripuladas o los satélites tradicionales de gran tamaño. No es mala idea: según la empresa de investigación Bryce Space & Technology, entre 2012 y 2019 se lanzaron más de 1.700 minisatélites, de los cuales 899 se destinaron a servicios comerciales. Solo en 2019 se lanzaron 243.
La empresa presentó su primer motor de cohete, el Rutherford, hecho con impresión 3D, en 2015. En mayo de 2017, realizó su primer lanzamiento exitoso y en enero de 2018, puso en órbita la primera carga de un cliente. Hasta la fecha, Rocket Lab lanzó con éxito 11 cohetes más (tuvo un lanzamiento fallido en julio de 2020, y el lanzamiento del Photon, el mes pasado, fue su primer éxito después de ese) y puso en órbita 55 satélites.
Rocket Lab financió su desarrollo sobre todo con capital de riesgo. Según Pitchbook, la empresa recaudó más de US$ 250 millones de inversores como Bessemer Venture Partners, Data Collective y Khosla Ventures. En su ronda más reciente, la tasaron en cerca de US$ 1.400 millones. Pero según explicó Beck en una rueda de prensa, como la empresa desarrolla sus satélites por su cuenta, él no anticipa que junte más capital para financiar sus actividades.
En los próximos meses, la empresa desarrollará más funcionalidades tecnológicas para su plataforma Photon con el objetivo de activar un satélite con cada lanzamiento. El primer cliente de Photon será la NASA, que firmó un contrato por US$ 10 millones para que Rocket Lab ponga en órbita la nave espacial CAPSTONE a comienzos de 2021. El contrato incluye el lanzamiento y la activación de CAPSTONE usando Photon, que enviará la nave hacia la órbita de la Luna por la misma ruta que planifica la NASA para la primera misión de su programa Artemisa, que volverá a poner astronautas de EE.UU. en la Luna.
Rocket Lab fabricará satélites y la mayoría de sus componentes por su cuenta, en una fábrica que abrió hace poco en Long Beach, California. Esta decisión se basa en su experiencia con los Electron, afirmó Beck. “La cadena de suministro del sector espacial es muy frágil”.
La empresa también se encargará de mandar una nave espacial a otro planeta. En agosto, Beck declaró que Rocket Lab planea diseñar un modelo propio y mandarlo a Venus a buscar señales de vida en su atmósfera para 2023. En la rueda de prensa del jueves, Beck confirmó que esa nave espacial se construirá sobre la plataforma Photon.
La misión a Venus “planta bandera” para la industria espacial comercial, sostuvo Beck. “Una misión privada a otro planeta marca el rumbo que debemos seguir”.
Autor: Alex Knapp
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