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La nueva estrategia de Google Cloud se basa en una nube centrada en aplicaciones para desarrolladores

Adrian Bridgwater

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Muchas apps nativas de la nube no terminan de integrarse bien con los servicios de infraestructura que las sostienen. Las últimas mejoras de su plataforma apuntan a que quienes programan puedan planificar, operar y manejar la infraestructura desde la capa de aplicación.

21 Abril de 2025 20.00

La lógica de centrar todo en las apps atraviesa todos los niveles. Hay iniciativas coordinadas en toda la industria tecnológica que apuntan a lograr servicios de infraestructura más inteligentes, mejor organizados y, sobre todo, más automatizados. En criollo: si se quiere un buen frontend, primero hay que tener un backend sólido.

El desarrollo de software empresarial eficiente tiene que partir desde una infraestructura correctamente aprovisionada y configurada, que le dé soporte real a la interfaz de usuario. No se puede pensar solo en lo que se ve: la base tiene que estar firme.

El backend, en jaque

El problema es que muchas apps nativas de la nube no terminan de integrarse bien con los servicios de infraestructura que las sostienen. Eso solo ya alcanza para desesperar a cualquier arquitecto de nube. Entonces, ¿cómo puede ser que, en plena era cloud, los servicios de nube no reflejen la lógica operativa de las apps que deberían sostener? ¿Por qué esa capa de computación más baja no está mejor conectada con los niveles superiores?

Google Cloud intenta responder estas preguntas y propone una nueva manera de pensar. Según explicó la compañía, busca poner a las apps en el centro de la experiencia de quienes desarrollan en la nube. Las últimas mejoras de su plataforma apuntan a que quienes programan puedan planificar, operar y manejar la infraestructura desde la capa de aplicación, pero con una mirada que incluya todo el negocio; sin tener que sacar conclusiones aisladas de cada servicio por separado.

Brad Calder, vicepresidente y director general de Google Cloud, pone el foco en lo que él llama "cada paso" del ciclo de vida del desarrollo de software. Según explicó, la compañía está reordenando las prioridades: ahora, las apps están en el centro de la experiencia de quienes desarrollan en la nube. El objetivo es claro: sacar del medio las complejidades que todavía arrastra el modelo de nube tradicional.

Con este nuevo esquema, los equipos de ingeniería van a poder diseñar, monitorear, proteger y optimizar directamente desde la capa de aplicación, sin tener que bajar al nivel de infraestructura para cada ajuste o decisión. La novedad está en que el enfoque no se apoya sobre una base ya construida. Esta vez, todo arranca desde cero. Desde la app misma.

Las trabas del viejo modelo

El equipo de ingeniería de Google Cloud apuntó directo a las ineficiencias del modelo de nube tradicional, ese que todavía gira en torno a los recursos y no a las apps. Esa lógica agrega una complejidad innecesaria al diseño, la implementación y el manejo de las aplicaciones. Y obliga a quienes desarrollan a traducir las necesidades del negocio en cuestiones técnicas de bajo nivel.

Google - Sundar Pichai
Según Sundar Pichai, cerca del 25 % del código de Google ya lo escribe una IA.

 

Todo eso, que parece lógico en la gestión de la infraestructura, termina por correr el foco de lo importante: lo que la empresa pidió fue una herramienta de análisis, no una clase de arquitectura en la nube. Así, se diluye el propósito de la app y se enredan los objetivos de rendimiento.

La infraestructura, al fondo

El modelo tradicional de nube, basado en recursos, complica más de la cuenta. Hace más difícil diseñar, implementar y administrar aplicaciones. Quienes desarrollan terminan dedicando demasiado tiempo a traducir lo que necesita el negocio en configuraciones técnicas complejas. En ese camino, se pierde el foco: el propósito original de la app y sus objetivos de rendimiento quedan desdibujados, lo que vuelve más difícil optimizar y resolver problemas.

Según Brad Calder, ese desvío se puede evitar. "Nuestro enfoque centrado en aplicaciones soluciona este problema al colocar las aplicaciones en el centro de la experiencia en la nube del cliente. De esta forma, los desarrolladores pueden centrarse en crear, proteger y gestionar aplicaciones que aporten valor al negocio, en lugar de centrarse en las complejidades de la infraestructura", afirmó.

Diseño sin enredos

El nuevo servicio de Google Cloud Platform, llamado Centro de Diseño de Aplicaciones, busca facilitarle la vida a quienes administran y desarrollan plataformas en la nube. La idea es optimizar cómo se diseñan y lanzan las apps, asegurando que sigan buenas prácticas y sean seguras desde el inicio.

Además de las interfaces de programación de aplicaciones (API) y la línea de comandos gcloud —ese código que usan los programadores para escribir instrucciones y construir apps—, el centro suma una propuesta visual tipo lienzo. Con ella se puede armar y modificar plantillas de apps de forma gráfica, configurar su implementación, ver la infraestructura como código online y trabajar en equipo sobre el diseño.

Un centro de control real

Con Cloud Hub, Google Cloud quiere ofrecer un lugar donde desarrolladores y operadores tengan todo lo importante a mano. La herramienta da una vista unificada y clara del estado de cada implementación: desde la resolución de problemas hasta el mantenimiento, pasando por el uso de cuotas, reservas activas y casos de soporte.

"Cloud Hub proporciona una visión unificada y eficaz del estado de una implementación, incluyendo la resolución de problemas, la optimización, el mantenimiento, las cuotas, las reservas y los casos de soporte. Permite a los usuarios aprovechar esta información para iniciar asistencia contextual a través de Gemini Cloud Assist", explicó Calder con entusiasmo.

La presentación de este nuevo servicio vino acompañada de novedades sobre el trabajo que la empresa está haciendo en desarrollo y gestión de apps con ayuda de IA. Con Gemini Code Assist y Cloud Assist, Google Cloud dice estar concentrado en darles mejores herramientas a los equipos de ingeniería para acelerar la creación de apps y mejorar su funcionamiento en la nube.

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Para sacar el mayor provecho de Gemini Code Assist dentro del entorno de desarrollo, Calder también destacó la importancia de acceder rápido a información externa. 

 

Gemini Code Assist ahora incluye funciones nuevas, como agentes de inteligencia artificial capaces de convertir instrucciones en lenguaje natural en soluciones de varios pasos y archivos. También sumó herramientas que hacen más fácil vincular Code Assist con servicios de terceros, socios externos o incluso con otros agentes.

IA que programa, pero con control humano

Según Sundar Pichai, cerca del 25 % del código de Google ya lo escribe una IA. Y, de acuerdo a la empresa, muchos de sus clientes están siguiendo ese mismo camino. Pero la automatización no implica soltar el volante. Así lo remarcó Brad Calder, que puso el foco en la necesidad de entender bien qué hacen los agentes cuando trabajan en segundo plano.

"Ahora que los desarrolladores cuentan con agentes trabajando en su nombre, es fundamental que tengan una visibilidad clara de las tareas en curso y completadas, además de una forma directa de interactuar con los agentes encargados de dichas tareas. Por eso creamos el tablero Kanban de Code Assist. Este tablero muestra en tiempo real todas las tareas en las que Code Assist está trabajando activamente, junto con un registro de las completadas. Además, ofrece a los desarrolladores un canal directo para interactuar con nuestros agentes, proporcionar retroalimentación, aclarar requisitos e iniciar acciones adicionales según sea necesario", precisó Pichai.

Para sacar el mayor provecho de Gemini Code Assist dentro del entorno de desarrollo, Calder también destacó la importancia de acceder rápido a información externa. "Las herramientas de Gemini Code Assist ofrecen precisamente eso, ya que proporcionamos conexiones predefinidas dentro del chat con aplicaciones de Google y herramientas esenciales de socios como Atlassian, Sentry, Snyk y más", agregó.

Primero la infraestructura, después la magia

La apuesta de Google Cloud por centrar todo en las apps arrancó con una serie de iniciativas pensadas para resolver problemas en la base misma: la infraestructura. Esa decisión va en línea con cómo hoy se piensa la ingeniería de plataformas y con el crecimiento del modelo de infraestructura como código dentro del mundo del software nativo en la nube.

Google tiene con qué: cuenta con la escala necesaria para desarrollar estos servicios y una experiencia sólida en centros de datos. Además, entiende bien cómo se conectan las apps con el backend, y eso le permite integrar nuevas herramientas de forma más fluida en los entornos de desarrollo actuales.

Lo que viene ahora es clave. Google Cloud tiene que seguir escuchando lo que piden los programadores y ajustar sus próximos pasos. Y, por qué no, también mejorar la forma en la que trabajan sus agentes de IA, reconociendo dónde se traban y cómo pueden hacerlo mejor.

Después de todo, tanto quienes programan como los robots también necesitan un poco de cariño, ¿no?

 

*Con información de Forbes US.

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