Suelen decirse a veces que, de las grandes crisis, emergen las oportunidades. Julián Otalora siempre recordará el 2016 como un punto de inflexión en su vida. “Aquel año, las cosas se pusieron complicadas”, recuerda. El negocio familiar, liderado por su padre, empezó a sufrir problemas y, tras varios años de una vida sin padecer carencias, se codeó con la incertidumbre de la cual es víctima una familia que no sabe si llegará a cubrir las necesidades básicas.
“Por primera vez, vimos triste a mi papá”, dice al hacer memoria. “Tuvimos que cambiarnos de barrio para ahorrar costos. Perdí muchos amigos. Todo para volver a empezar de cero”, recuerda con nostalgia el joven de 24 años. Rendirse no era una opción para Julián ni para su familia. “Había que darle vuelta a la situación”, enfatiza, con la fuerza de quien superó un mal momento. “La verdad es que no había tiempo para sufrir. Teníamos los días contados para que la familia volviese a tener estabilidad”, dice.
Allí fue cuando Julián y su hermano, Pablo Otalora, empezaron a investigar cómo generar más ventas y, después de muchos intentos poco exitosos, encontraron la forma de volver a poner el negocio familiar a flote utilizando las redes sociales. “Ese mes cambió nuestra vida para siempre”, asegura el experto en marketing, “volvimos a ver a nuestro papá sonreír y la esperanza renació”.
“Después de salvar la situación familiar, tomamos una decisión junto con mi hermano. Allí encontramos nuestro propósito de vida: ayudar a otros emprendedores a que no tuvieran que pasar por el camino largo para solucionar sus problemas financieros”, precisa Julián.
Y así, producto de una historia con comienzo triste pero un final feliz, nació Neuropúblico, una agencia de marketing digital que trabaja con startups como Rappi y academias de educación online. “Además de fundar nuestra agencia, nos dimos cuenta que queríamos apoyar también a pequeñas empresas”, cuenta Julián, que con sus estrategias didácticas de marketing digital llegó a formar una comunidad de más de 100 mil seguidores en Instagram.
“Por eso, hace ya dos años, empezamos a crear contenido para ayudar a miles de emprendedores con contenido educativo, y además creamos nuestro programa pago de educación para emprendedores. Hoy en día somos 40 personas en el equipo y miles de personas impactadas”, comparte con orgullo su fundador. “Además, tenemos una agencia especializada en potenciar academias y expertos de diferentes áreas para hacer crecer sus ventas y conseguir la transformación de sus estudiantes”, profundiza Julian Otalora.
La falsa sensación de emprender
Al trabajar con emprendedores de toda América Latina, el fundador de Neuropúblico detectó dos de los problemas más frecuentes que le impiden tener éxito a los emprendedores:
- Idealización. Debido a la exposición al estilo de vida de tantas personas, se ha creado una visión idealizada del emprendedor, en donde se le percibe como una persona que simplemente se dedica a viajar y gastar dinero. Como muchos seres humanos, algunos emprendedores tienden a mostrar únicamente lo que les sale bien y sus resultados. Y aunque está claro que el éxito requiere de sacrificios, es tentador pensar que existe un camino fácil. Por eso vale la pena soñar y disfrutar con el éxito, pero nunca olvidar que el camino requiere una altísima exigencia.
- Estrategia. En el mar de posibilidades que existen en internet, es fácil encontrar cientos de formas de lograr una misma tarea. Y la realidad es que aunque existen estrategias que están allí y no funcionan, existen muchas otras que sí funcionan y van a permitir a muchos emprendedores avanzar en sus proyectos. “Mi consejo es elegir una estrategia, un modelo comprobado, y seguirlo desde el principio hasta el fin para asegurarse de maximizar los resultados. El poder, el enfoque y la constancia es muy bien pagado en la vida de un emprendedor”, confía Julián.
“Hoy en día vivimos en una cultura intoxicada, en donde la cantidad de información que consumimos en el día a día es la más alta en la historia de la humanidad. Esto se debe a las redes sociales, que así como son una fuente increíble de información, tienen un flujo muy alto de opiniones y estrategias respecto a emprender que pueden terminar creando confusión”, comenta.
El futuro del marketing digital
Aunque en algunas ocasiones las redes sociales nos alejan de conectar con personas a través del "mundo real", cuando estamos conectados a las redes sociales estamos fortaleciendo nuestras conexiones humanas y sociales con otras personas, no de forma offline, sino online. Para el joven experto en la materia, el futuro del marketing digital sin duda va a maximizar estos escenarios, en donde la inmersión con la que nos conectamos de forma digital es mucho mayor.
"Uno de los secretos de las redes sociales es ayudar a los demás y crear contenido de valor para solucionar problemas. Los principios psicológicos de persuasión son los mismos, pero en el futuro seguramente cambiará la forma en que consumimos el contenido”, advierte.
En este momento -continúa-, múltiples industrias, entre ellas el gigante Meta -empresa que gracias a sus redes sociales ha hecho posible el marketing digital para millones de emprendimientos-, están trabajando en abaratar y dar acceso masivo a las tecnologías de VR (virtual reallity) y AR (augmented reallity).
“En los siguientes ocho años, en cuanto estas tecnologías evolucionen en hardware ligero que se adapte a nuestro estilo de vida, será posible tener experiencias de inmersión en donde se mezclan el mundo presencial y el mundo online con una línea de diferencia entre uno y otro muy difícil de detectar”, vaticina el emprendedor.
Desde su óptica, esto abre el escenario que muchos emprendedores llevan esperando desde hace muchos años: crear experiencias mucho más personales y sensoriales con los clientes. “El futuro será apasionante, y muchas de las barreras mentales que tenemos hoy para concebir el marketing serán destruidas por estas y otras nuevas tecnologías”, cierra el joven.
El sueño profesional de Julián y su agencia tiene tanto que ver con conquistar a los nativos digitales así como a las personas que pertenecen a otras generaciones y siguen invirtiendo en campañas de marketing tradicionales. “Quiero ayudarle a ver a los empresarios latinoamericanos que los cambios pueden ser buenos, y que abrazar nuevas tecnologías puede ser la clave para transformar la economía”, concluye.