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Innovacion

La alternativa a TikTok que aprovechó sus conflictos judiciales para ganar terreno en las redes sociales pero esconde secretos

Jason Snyder

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Así es RedNote, una nueva red social que seduce con su estilo y funcionalidad, pero plantea serias dudas sobre privacidad, censura y libertad de expresión.

15 Enero de 2025 17.30

Mientras TikTok enfrenta serias dificultades en los mercados occidentales, su comunidad comienza a migrar hacia RedNote, la versión internacional de Xiaohongshu. Se presenta como un refugio de estilo de vida, con publicaciones cuidadosamente elaboradas, recomendaciones seleccionadas y una cultura de influencers fácilmente reconocible.

Sin embargo, al profundizar en su funcionamiento, la realidad se torna mucho más inquietante. RedNote no es simplemente otra aplicación; es una plataforma estrictamente controlada que exporta censura, redefine la cultura juvenil y socava, de manera silenciosa, los ideales democráticos que su comunidad suele dar por sentados.

TikTok y RedNote: libertad disfrazada

El atractivo de RedNote radica en su similitud con TikTok: un espacio pensado para la creatividad, la autoexpresión y el contenido viral.

Sin embargo, a diferencia de la popular plataforma, que opera como un mercado relativamente libre de ideas, RedNote se rige por un marco completamente distinto. Como plataforma de propiedad china, su política de privacidad y sus directrices comunitarias trascienden las meras formalidades corporativas: son una declaración explícita de adhesión a las estrictas leyes regulatorias y de censura impuestas por China. Cada publicación, "me gusta" y comentario forman parte de un ecosistema diseñado para priorizar los "valores socialistas centrales" por sobre la libertad de expresión.

Para los usuarios occidentales, especialmente los más jóvenes, esta realidad suele pasar desapercibida en un primer momento. Sin embargo, con el tiempo, la moderación de contenido en RedNote genera un entorno donde la disidencia es suprimida y la autocensura comienza a instalarse. Por ejemplo, publicaciones que abordan temas políticamente sensibles, como críticas a las leyes chinas de ciberseguridad o la defensa de los derechos humanos en Xinjiang, fueron señaladas o eliminadas, según diversos informes.

Un artículo de China Digital Times reveló que las directrices de moderación de contenido de RedNote (Xiaohongshu) incluyen normas estrictas para gestionar "incidentes repentinos", un término que refiere a temas considerados políticamente o socialmente delicados. Además, un documento interno filtrado expuso que la plataforma censura de manera activa las discusiones que puedan calificarse como controvertidas o desestabilizadoras, ajustando sus prácticas al marco regulatorio más amplio impuesto por China

Este mecanismo sistemático condiciona a los jóvenes a autocensurarse y evitar por completo tratar temas sensibles, generando un ambiente donde el control se ejerce de manera sutil pero constante. Con el tiempo, estas prácticas redefinen los límites de lo que las personas consideran seguro o aceptable discutir. Según Reuters, los algoritmos de la plataforma priorizan contenido alineado con las narrativas aprobadas por el Estado, mientras silencian puntos de vista más controvertidos, trazando nuevas fronteras para el pensamiento permitido.

TikTok y RedNote: la ilusión del consentimiento

El verdadero riesgo radica en la normalización de este tipo de intercambios. Los jóvenes, en su búsqueda de conexión y expresión, muchas veces no comprenden plenamente a qué están dando su consentimiento. La política de privacidad de RedNote especifica que la plataforma recopila una amplia variedad de información personal, como datos de ubicación, hábitos de navegación e interacciones con el contenido. También rastrea información del dispositivo, como direcciones IP e identificadores, con el argumento de "mejorar la experiencia del usuario".

Si bien esto puede parecer algo habitual, la política también habilita a la plataforma a compartir estos datos con "proveedores de servicios externos" o "autoridades gubernamentales pertinentes", lo que plantea serias inquietudes sobre la privacidad de los usuarios.

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El aspecto más inquietante del ascenso de RedNote es su influencia en las nuevas generaciones.

Ceder autonomía a cambio de acceso, ya sea a través de la recopilación masiva de datos o de la moderación de contenido, sienta un precedente alarmante. Las solicitudes aparentemente inofensivas durante el registro o el uso diario, como aceptar términos ambiguos o habilitar recomendaciones personalizadas, terminan por erosionar de manera gradual la autonomía de los usuarios.

Además, los términos de uso de RedNote incluyen cláusulas para "mantener un entorno comunitario seguro y armonioso", una expresión que está directamente alineada con el estricto marco regulatorio impuesto por las autoridades chinas.

Con el tiempo, la ilusión de libertad —donde los usuarios creen tener control mientras operan dentro de límites estrictamente definidos— podría transformarse en el nuevo estándar para las redes sociales. El consentimiento sin transparencia no es libertad, sino un acuerdo unilateral que entrega el control a las plataformas bajo la apariencia de una elección voluntaria.

En el caso de RedNote, los usuarios terminan cediendo su autonomía a cambio de una conveniencia diseñada meticulosamente, estableciendo un precedente alarmante para el futuro de la interacción digital.

RedNote: impacto en la cultura juvenil

Lo más preocupante del ascenso de RedNote es su impacto en las nuevas generaciones. Esta juventud creció viendo a las redes sociales como un megáfono para la individualidad y el activismo. Pero, ¿qué ocurre cuando ese megáfono se apaga? Si bien no es la única plataforma que influye en los jóvenes, las inquietudes en torno a las redes sociales y su relación con la salud mental de los adolescentes están ampliamente documentadas.

Los algoritmos de RedNote no se limitan a recomendar contenido; también moldean percepciones. Al dar prioridad a narrativas avaladas por el Estado, contribuyen a normalizar la conformidad y desalientan el cuestionamiento que impulsa el progreso. Según The New York Times, en chats grupales bajo el hashtag "#TikTokRefugee", los participantes debatían sobre temas como la seguridad urbana y la censura, compartiendo consejos sobre cómo "seguir las reglas" para evitar bloqueos. Esta práctica termina por normalizar, de manera implícita, la autocensura como una estrategia de supervivencia.

A simple vista, el foro parecía un espacio abierto y dinámico, donde los usuarios compartían consejos para manejar la interfaz de RedNote en mandarín o discutían diferencias culturales. Sin embargo, el diseño de la plataforma ejercía una influencia sutil sobre las conversaciones. Publicaciones relacionadas con temas políticamente sensibles, como el papel del gobierno chino en la regulación de internet, eran marcadas o eliminadas de forma silenciosa.

Por su parte, los comentarios de usuarios chinos solían reforzar la narrativa de que RedNote era "un espacio seguro y armonioso" para el diálogo, replicando el lenguaje aprobado por el Estado que predomina en toda la plataforma. Este contraste entre la curiosidad cautelosa de los usuarios occidentales y el optimismo avalado por el Estado evidencia los límites cuidadosamente diseñados para el diálogo permitido. Incluso la apariencia de un intercambio libre y dinámico está minuciosamente controlada, condicionando de manera sutil a los usuarios para que se ajusten a las restricciones impuestas.

Los jóvenes, seducidos por influencers y tendencias, muchas veces no perciben que están interactuando con una plataforma que los condiciona a aceptar límites en su libertad. Los influencers que alcanzan popularidad en RedNote suelen evitar temas políticamente sensibles para conservar su estatus. Estas conductas, al ser replicadas frente a audiencias juveniles, refuerzan las restricciones del discurso permitido y fomentan una cultura donde la conformidad es recompensada, mientras que cuestionar el statu quo es desalentado.

El resultado es una generación menos propensa a cuestionar la autoridad o a luchar por ideales democráticos.

RedNote: Una amenaza global para la democracia

RedNote no solo implica un riesgo para los individuos, sino también para las sociedades. Su rápido crecimiento entre los usuarios occidentales señala un cambio sutil pero significativo en el panorama digital global. Al imponer un modelo basado en el control de contenidos y la vigilancia, pone en jaque el intercambio abierto de ideas, un pilar esencial de la democracia.

Esto no es alarmismo, sino una consecuencia directa del diseño de la plataforma. RedNote recopila enormes cantidades de datos de sus usuarios, opera bajo normativas que exigen colaboración con las autoridades chinas y aplica políticas de moderación de contenido estrictamente alineadas con los intereses estatales.

Plataformas como RedNote resultan especialmente preocupantes para los jóvenes, cuyo control de impulsos y capacidad de pensamiento crítico aún están en proceso de formación. Los sistemas de inteligencia artificial utilizados están diseñados para explotar vulnerabilidades psicológicas con una precisión quirúrgica, moldeando comportamientos, emociones y percepciones de maneras que los propios usuarios apenas logran comprender.

¿El resultado? Una generación condicionada por algoritmos que premian la conformidad, sofocan la disidencia e integran la vigilancia como parte de su rutina diaria, todo bajo la fachada de conexión e inspiración. Es una lucha desigual: el cerebro humano en desarrollo enfrentado a una inteligencia artificial optimizada para manipular, una ecuación profundamente injusta con implicancias de largo alcance.

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La llegada de RedNote también permitió un acercamiento inédito entre occidentales y ciudadanos chinos. Aunque este diálogo intercultural tiene un carácter único, se desarrolla en un entorno controlado que, de manera sutil pero significativa, moldea las percepciones. Al ofrecer una versión cuidadosamente curada de contenidos considerados aceptables, RedNote corre el riesgo de formar una audiencia global habituada a aceptar la censura como una norma.

Protegiendo el futuro

El crecimiento de RedNote demanda medidas concretas, no alarmismo, sino acciones cuidadosamente planificadas y decisivas para proteger tanto a las personas como a los principios democráticos. Los gobiernos deben encabezar este esfuerzo, fomentando la transparencia y estableciendo estándares globales en materia de privacidad digital y soberanía de datos. Una cooperación internacional efectiva podría ser clave para regular plataformas como RedNote, garantizando una gestión responsable de los datos y el cumplimiento de las normas internacionales de derechos humanos.

Educadores y familias también desempeñan un rol fundamental. Las escuelas deberían incorporar en sus programas de estudio contenidos sobre alfabetización digital, con el objetivo de enseñar a los jóvenes a detectar sesgos en las plataformas, cuestionar el contenido que consumen y comprender los riesgos asociados al comportamiento online sin restricciones. Por su parte, las familias deben reforzar estos conceptos en el hogar, promoviendo conversaciones abiertas sobre seguridad digital y la importancia de desarrollar un pensamiento crítico en el uso de internet.

Sin embargo, el poder más inmediato está en manos de las personas. Es hora de plantear preguntas fundamentales sobre las plataformas en las que confiamos:

  • ¿Quiénes son sus dueños?
  • ¿Qué hacen con nuestros datos?
  • ¿A qué intereses realmente responden?

RedNote parece ser la próxima gran tendencia, pero su impacto trasciende hashtags y publicaciones virales. No es solo una aplicación; es una prueba de cómo respondemos, como sociedad global, a los desafíos digitales actuales.

Nota publicada por Forbes US

 

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