La semana pasada, entre el 13 y el 15 de noviembre, Córdoba fue sede de la Santex Week 2024, un evento internacional que reunió a expertos en tecnología, negocios, sector público y líderes sociales. Durante tres jornadas temáticas, más de 720 asistentes presenciales y otros miles de espectadores en streaming participaron de conferencias orientadas a resolver los desafíos globales actuales y futuros.
Organizado por Santex, la AI League for good y la Fundación Technology with Purpose, el encuentro destacó la colaboración intersectorial como motor de cambio. Se realizó en el Hotel Quinto Centenario y contó con una nutrida agenda que incluyó talleres, paneles de discusión y exposiciones a cargo de reconocidos referentes nacionales e internacionales.
Tecnología con propósito y visión global
Fundada en Estados Unidos por Juan Santiago, Santex es una empresa tecnológica con 25 años de experiencia en el desarrollo de software a medida. Con unos 1.000 colaboradores distribuidos en 18 países y más de 100 ciudades, la compañía exporta el 90% de lo que produce y registra un crecimiento sostenido de 164% en tres años, lo que le valió un lugar en el ranking Inc 5000, que destaca a las organizaciones con mayor crecimiento en Estados Unidos.
Santex fue gestado en un contexto disruptivo en el mundo, pleno auge de internet y de las startups tecnológicas, pero con ADN cordobés. "Desde el día uno, para mí esto fue una gran oportunidad y responsabilidad, porque aprendimos de los que estaban liderando la conversación a nivel global y nosotros teníamos que lograr materializar este valor en Córdoba, en Argentina y en nuestra región. Y con esa visión fuimos transformándonos en estos 25 años", compartió Santiago. Hoy, la compañía, que construyó su base de operaciones en Córdoba, cuenta con oficinas en San Diego y Lima, y próximamente estará inaugurando una nueva sede en Buenos Aires.
Impulsada por una visión de triple impacto, Santex creó la Fundación Technology with Purpose, para cerrar la brecha digital y crear oportunidades económicas, que ya ha formado a 10.000 personas, con un 40% incorporado al sector tecnológico. Asimismo, impulsa el movimiento AI League for good, un espacio global de líderes del mundo académico, diversas industrias y agencias gubernamentales comprometidos con la implementación ética de la IA.
En el marco de la Santex Week 2004, Santiago compartió con un grupo reducido de periodistas su visión de negocio y lectura de la coyuntura en particular en el Sur Global, siendo muy enfático en torno a la necesidad urgente de co-crear una regulación de la inteligencia artificial (IA): "La regulación viene muy atrás. Se está haciendo un esfuerzo, sobre todo en Latinoamérica, para tener un marco legal más adaptado a toda nuestra realidad. Históricamente, los países de la región hemos sido muy de copiar y pegar en materia legislativa. Pero en este caso las realidades económicas y las matrices productivas son diferentes. El análisis para la definición de marco legislativo de la inteligencia artificial, cómo se adopta y cuáles son los procesos y la velocidad con la que se adopta, etcétera, tiene que ser muy curado y son conversaciones muy difíciles de tener. También es lento porque hay una disparidad muy grande de conocimiento y de contacto con la tecnología de quienes nos legislan y de quienes la usan".
-Pareciera que la industria en general está pidiendo que no haya ninguna regulación en cuanto a la inteligencia artificial. Por otro lado, hay varios proyectos en el Congreso en relación a la IA. ¿Cómo ves este debate y por dónde debería ir?
Creo que, para poder debatir esto, necesitamos repensar muchos conceptos. Lo expuse hace poco en la Comisión de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Cámara de Diputados de la Nación, cuando fui invitado. Venimos con conceptos muy análogos sobre qué es el progreso o qué significa innovar. Por ejemplo, decimos: "No tenemos que frenar la innovación". Bueno, definime innovación, mostrame qué sería para vos frenar la innovación. Estoy seguro de que habrá muchas versiones de lo mismo.
Se habla de calidad de vida, pero necesitamos debatir qué significa eso. ¿Hoy comemos mejor o peor? ¿Tenemos más opciones para comer mejor o peor? Un ejemplo: en Estados Unidos, una naranja orgánica cuesta 4 dólares frente a otra que cuesta 1. ¿Quién puede acceder a la que no tiene químicos? Solo el que tiene mayor poder adquisitivo.
Esto muestra cómo los intereses cruzados afectan los conceptos de progreso. Quien invirtió en un modelo productivo para generar empleo, ahora enfrenta nuevas definiciones de progreso. Entonces, las regulaciones deben defender al usuario final y no a las empresas exclusivamente. Por ejemplo, hoy no podemos hacer una llamada telefónica sin aceptar términos y condiciones extensos que no entendemos o con los que no estamos de acuerdo. Este tipo de cosas no pueden seguir igual.
-Pero alguien tiene que marcar el punto cero en la innovación...
Eso es muy complicado porque hay muchos intereses cruzados. Por ejemplo, se podría incentivar que todos tengamos naranjos en el patio para comer bien, pero eso afecta a los productores que fabrican las naranjas procesadas. Lo mismo ocurre con la tecnología. Hay que cuidar al consumidor, no imponer condiciones que lo dejen sin opciones reales.
Por eso, no estoy a favor de regulaciones que limiten a las empresas innecesariamente, pero sí de aquellas que protejan al consumidor. Hoy, por ejemplo, si no estás de acuerdo con términos y condiciones, simplemente no podés usar el servicio. Eso no es innovar ni mejorar la calidad de vida.
-¿No alcanza con espacios como defensa del consumidor?
No, no funcionan como deberían. Vas a la defensa del consumidor y tenés que dejar de trabajar seis meses para atender el tema para ver si en algún momento te dan la razón y te devuelven el dinero. Antes a lo mejor funcionaba así porque ese problema lo tenían tres personas y ahora son tres millones. Entonces, la ley tiene que actualizarse y ser más accesible. Los reclamos deben poder hacerse con un clic y resolverse rápidamente. Si no, el sistema deja de tener sentido para las personas.
-¿Y las empresas se van a adaptar a esas regulaciones?
No sé si todas lo harán, pero tendrán que hacerlo.
-¿Hay alguien pensando igual que vos?
Sí, existe un espacio llamado AI League for good (N. de la R.: un movimiento global de líderes del mundo académico, diversas industrias y agencias gubernamentales comprometidos con la implementación ética de la IA). Ahí trabajamos en propuestas para repensar estos conceptos de innovación y progreso. Estamos llevando estas conversaciones al ámbito legislativo, donde se pueden generar impactos reales. Es difícil cambiar la inercia, pero lo estamos haciendo.
-¿El más avanzado es Europa?
Depende de cómo se mire. Europa regula lo justo y necesario, especialmente en temas de protección de datos. Google, Facebook y otras empresas tuvieron que adaptarse para operar en Europa. Este debate es conceptual: ¿queremos construir el mundo que nos merecemos o conformarnos con el que tenemos? Para construir lo que merecemos, primero necesitamos deconstruir lo existente.
-¿Cómo se da esta conversación o debate puertas adentro en Santex, con los colaboradores? ¿Hay espacios de discusión?
Sí, tenemos estos debates y hay diversidad de opiniones, pero estamos bastante alineados. Estos intercambios enriquecen la discusión. También evaluamos constantemente cómo usar los recursos que generamos.
-¿Cómo se da esa conversación con los clientes, cuando pueden pedir algo que choque con la filosofía de la compañía respecto a la IA
Damos la discusión. Pero también ocurre que a nosotros se nos arriman industrias a las que les decimos que no porque no creemos que estemos conceptualmente alineados. Pasamos. En nuestro ecosistema, el dinero no es lo más importante. Valoramos el respeto mutuo y mantenemos firmes nuestros valores.
-¿El cliente no siempre tiene la razón?
No siempre. En nuestro ecosistema todo se debate. Si un cliente no respeta a nuestro equipo o nuestros valores, no trabajamos con él. Preferimos devolver el cheque antes que comprometer nuestra cultura (N. de la R.: importante destacar el dato del life time value: cada cliente dura en promedio más de 5 años).
-¿Siempre fuiste así?
Sí, siempre he defendido lo que creo. Como dijo alguien ayer en una presentación: es muy difícil competir con personas que aman lo que hacen. Es muy difícil competir con nosotros y la razón es que nosotros tenemos un delivery impresionante, de muy alta calidad, tenemos muy buena calidad humana y tenemos un propósito en la compañía muy claro. Y entonces eso es como nuestra salsa secreta. Eso es lo que hacemos nosotros, nuestro diferencial, lo que pasa es que es un intangible, que si no lo caminás, lo vivís, no lo percibís.
-No todo es facturación...
No. Nunca lo fue. Tengo una anécdota que lo ilustra: en una ocasión, en el primer momento de la compañía, en San Diego, allá por 1999, no tenía dinero para pagar sueldos, pero decidí no aceptar el trato de un cliente porque maltrató a alguien de mi equipo. Esa experiencia reforzó nuestros valores y dejó claro que hay cosas más importantes que la facturación.
-¿Qué balance hacés de las operaciones de Santex en 2024?
Ha resultado muy bien. Santex tiene una estrategia muy interesante: crecimos todos los años. Obviamente, a medida que van creciendo las empresas es más difícil hacerlo, pero nosotros hemos mantenido un ratio de crecimiento promedio siempre del 28%- 30%, con saltos de 50%, en facturación en dólares. Este año formamos parte del ranking Inc. 5000 y en los últimos tres años crecimos 164%.
Creo que una de las grandes virtudes que tenemos nosotros ha sido nuestra capacidad de adaptación al cambio. Tenemos mucha capacidad de adaptación al cambio. Hemos generado esa cultura en la que entendimos que el cambio es una constante.
El desafío que tiene la compañía hoy es achicar el gap entre nuestros usuarios, consumidores de nuestras tecnologías, y nosotros, que las producimos. Tenemos que cerrar esa brecha para que nosotros podamos seguir ayudando a nuestros clientes a transformar sus negocios.
Lo que dejó la Santex Week 2024 realizada en Córdoba
La conferencia central del 13 de noviembre, titulada Desafíos Globales, reflexionó sobre la importancia de unir esfuerzos entre sociedad civil, academia y sectores público y privado. Entre los disertantes destacados estuvieron Juan Santiago, CEO de Santex, Walter Abrigo, socio y director general de Santex, y Jonathan Cohen, vicepresidente de investigación aplicada en NVIDIA, entre otros. En tanto, el gobernador Martín Llaryora, que estuvo presente en el evento, destacó el rol de Córdoba como un imán de talento en tecnología. Sebastián Campanario, periodista y economista, fue presentador los dos primeros días.
Paneles como Great Tech Comes with Great Responsibility, moderado por Santiago, reunieron a referentes como Martín Mazza (gerente de Tools for Humanity), Sebastián Cao (Applied AI - Ex Sr Program Manager Service Augmentation en Tesla) e Ivana Cavigliasso, CEO de Prodeman. También se destacó el panel Misinformation, con la participación de Lyric Kaplan (consejera principal de IA/ML en Snap Inc.), Rebeca Hwang (experta en IA y conferencista en Silicon Valley) y Michelle Huang (miembro del equipo de proyectos especiales en TikTok).
El segundo día estuvo enfocado en los desafíos tecnológicos, y en cómo enfocar las innovaciones del hoy para cocrear soluciones que beneficien al mañana. En el panel Del FOMO a la eficacia en las industrias tradicionales, se debatió sobre transformación digital junto a referentes como Claudio Manero (CIO en AGD), Ivana Kermen (Technical Sales Specialist Team Lead en Autodesk), Gonzalo Rodriguez (CTO en Bancor) y Graciela Ciccia (Director of Innovation and Technological Development en Insud). También se destacaron las charlas de Chris Wendt (vicepresidente de Syscon Inc.), sobre ciberseguridad en tiempos de IA, y de Rafael Ignacio Sánchez (CIO en BSG).
La jornada del 15, titulada Desafíos Humanos, se centró en cómo la tecnología puede ser más inclusiva y respetar la diversidad. Tras las acreditaciones y una bienvenida a cargo de Emilse Garzón, periodista y divulgadora de tecnología e innovación, se dio inicio a una Pausa Consciente. Luego, del panel Revalorizando la Diversidad en el Mundo de la AI, moderado por Celeste Torresi, directora de Cultura en Santex, participaron María del Carmen Gironzi, coach en desarrollo personal y profesional especializada en neurodiversidad y autismo y fundadora y CEO de Instituto Gironzi y Excelsium; Belén Urbaneja, VP, Responsabilidad Social Empresaria y Diversidad, Equidad e Inclusión en The Walt Disney Company Latin America; y Laura Alonso, profesora de Ciencias de la Computación en FAMAF, Universidad Nacional de Córdoba. Le siguió el panel de AmCham El trabajo del Futuro, moderado por Andrés Pallaro. Tras un descanso, Mauro Cercos expuso sobre La innovación como mindset de vida. La jornada finalizó con tres historias de vida y superación de la Fundación Technology with Purpose, un resumen de la fundación para 2024 y una mención a sus egresados.
La Santex Week 2024 dejó un mensaje claro: la tecnología se construye en conjunto. La adopción de la IA, la inclusión de todos los actores y la cocreación de soluciones cross-sectoriales son los pilares para enfrentar los desafíos globales. Así como el concepto de "flywheel", que Cohen, de Nvidia, nos mostró, la innovación es un motor que se alimenta de la colaboración continua entre empresas, startups, academia, organizaciones sociales y gobierno. La pregunta que queda en el aire es cómo podemos acelerar este proceso y garantizar que nadie se quede afuera de la conversación. "Hay que seguir trabajando en el ecosistema empresarial argentino y cordobés. Particularmente es una de las razones por las cuales nosotros hacemos este tipo de eventos y lo abrimos, y yo participo en diferentes organizaciones para tratar de traer distintas miradas", concluyó Santiago.