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Juan Cabandié, ministro de Ambiente
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Juan Cabandié: "Hubiese querido un ministerio de Ambiente con más competencias"

Fernando Heredia

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El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Argentina recibió a Forbes en su despacho para hacer un balance de su gestión y hablar de los desafíos de la agenda climática. “El área energética tiene que estar en la cartera ambiental porque ahí sí se le va a dar la prioridad al cumplimiento de las metas”.

25 Julio de 2023 13.51

En la clásica disputa entre lo urgente y lo importante, la agenda climática queda relegada en esta Argentina con inflación de tres dígitos, un nivel de pobreza inédito y en camino hacia una nueva recesión. Las necesidades económicas, sociales y políticas, con un PBI estancado desde hace más de una década, le dejan poco margen de acción a un Ministerio de Ambiente que, por naturaleza, entra en tensión constante con las áreas productivas del Estado.

A diferencia del mundo desarrollado y varios países de la región, donde los referentes de estas carteras ocupan la primera línea de Gobierno en términos de poder, en nuestro país se trata de un Ministerio que pasa desapercibido en la agenda mediática y todavía no logra encontrar un funcionamiento institucional aceitado, más allá de la fuerza política que conduzca la Casa Rosada.

En una entrevista con Forbes, el ministro Juan Cabandié hace foco en esta asignatura pendiente y subraya que, para poder cumplir las metas globales, su cartera debería englobar mayores competencias como la energía y el agua.  

¿Qué balance hace de la gestión en Ambiente siendo uno de los pocos ministros que permaneció en su cargo durante todo el mandato presidencial de Alberto Fernández? 

En líneas generales y, quizás, intentando introducir una mirada más estratégica, creo que a la gestión de Ambiente de nuestro país le faltan mayores competencias. De alguna manera, yo lo intenté. Sin duda, la coyuntura no es la mejor por varias cuestiones como la pandemia, la crisis económica y la deuda que tenemos. Pero yo hubiese querido llevar el Ministerio hacia un Ministerio con más competencias como sucede en otros países del mundo o en la región y no solamente en Europa, donde eso está muy consolidado. Por ejemplo, el agua y la energía, esa competencia entiendo que, dada la situación climática global y entendiendo la geopolítica del clima, creo que las áreas ambientales de los países tienen que tener eso y nuestro país ahí tiene una deuda. En algún momento, la Argentina va a tener que tomar esa decisión. Nosotros pudimos anexar a las competencias ambientales el manejo del fuego y creo que eso es una metáfora. Porque la agenda ambiental tiene la obligación de tener una mirada global, no solamente en la cuestión de apagar los focos de incendio, sino también la prevención, el post fuego, lo que se conoce en la jerga como guarda de cenizas, en la restauración. No nos tenemos que conformar con apagar un foco. Nosotros estamos muy conformes con el hecho de que el manejo de fuego esté en el área ambiental. La gestión anterior la había llevado a seguridad y nosotros la verdad que le dimos una inversión enorme, el presupuesto creció un 700%. Tenemos un equipamiento como nunca hemos tenido, triplicamos la cantidad de brigadistas que dependían del Estado en el Ministerio, también hemos triplicado las bases, compramos desde equipamiento a herramientas tecnologías, faros de confirmación, drones con una estabilidad y con una autonomía muy alta. Estamos en proceso de compra de medios aéreos con Canadá. Pero para no desviarme, creo que la gestión del agua y la energía también tiene que tener esa integralidad. No solamente se trata de producir kilovatios, sino de qué manera, de qué tipo, si están afectando al planeta. 

Es una mirada interesante ya que el Ministerio de Ambiente es un actor nuevo en la Argentina en términos históricos y, muchas veces, sus competencias entran en tensión con otras áreas. ¿Cómo se da esa interrelación con otros ministerios?

Es así, pero es lógico que sea así y no hay que asustarse de que eso suceda. Estamos acostumbrados a vivir en un paradigma que es el modelo productivo del siglo XX, donde no se contemplaba a los recursos naturales como bienes escasos, sino que se pensaba en la infinitud de esos recursos, lo que es una torpeza. Como esos recursos son escasos, hay que cuidarlos, protegerlos y más que entrar en un proceso de saqueo, tenemos que entrar en un proceso de utilización y armonía. Además, es una mirada económica inteligente tener una postura armónica en relación a los bienes naturales, porque al agotarlos lo único que va a producir es eliminación de utilidades y de ganancias. Entonces, incluso hasta el más capitalista de todos tiene que tener una mirada armónica.

 Se hace muy complejo poner en cuestión a la minería de litio cuando, de acuerdo a los avances de investigaciones y desarrollo que existe en la actualidad, no hay algo que pueda suplantar la carga que tiene la batería de litio. 

En ese en ese marco, entra la discusión de la minería y los hidrocarburos, que están vistos en casi todos los espacios políticos como los dos sectores a explotar de cara al futuro para obtener más recursos. ¿Se pueden explotar de forma sustentable con el ambiente?

Yo creo que esos dos elementos entran en un análisis geopolítico. ¿Quiénes son los que demandan tanto minerales como hidrocarburos? Los países centrales. ¿Por qué? Porque agotaron los suyos o porque no los tienen. Entonces, a nosotros nos es conveniente poder tener actividad tanto minera, como hidrocarburífera en los términos de los objetivos que tenemos a nivel global. No la minería del siglo XX, la minería solamente con licencia social. Y una cosa es la minería de plata y oro, y otra cosa es la minería de litio. Se hace muy complejo poner en cuestión a la minería de litio cuando, de acuerdo a los avances de investigaciones y desarrollo que existe en la actualidad, no hay algo que pueda suplantar la carga que tiene la batería de litio. 

Litio.
Litio.

¿El beneficio que traería sería mayor a su posible impacto ambiental?

Todas las actividades humanas tienen impactos y así incluso está establecido en las normas de nuestro país. La Ley General de Ambiente habla de aquellos impactos que son considerables porque, en definitiva, tomarnos un colectivo también tiene impacto ambiental. Lo que uno tiene que procurar es encontrar los elementos que tengan menor impacto y la ciencia determina que la energía renovable tiene que ser acumulable de alguna manera, sino sería imposible el reemplazo de los hidrocarburos. En ese sentido, lo que hay que procurar es que la extracción de litio se produzca sin agotar otros recursos como el agua. Si se dan esas dos condiciones, estoy a favor de que se utilice. Después, hay otra discusión que es de la actividad propiamente dicha que tiene que ver con cuánto queda para nuestro país, de cómo participa la Argentina en la torta distributiva para no quedarnos solamente con la materia prima o si solo lo van a explotar empresas extranjeras o tal vez vamos a poder hacerlo como con una empresa nacional. Esa es una discusión que está avanzando y hay ejemplos significativos como la experiencia de Y-TEC en su planta de La Plata o el hecho de la conformación de sociedades mixtas. En relación a otros minerales, hay suficientes y vastas experiencias de provincias que han hecho sociedades mixtas porque cuando está el Estado se reducen los márgenes de error, se reduce incluso las mezquindades en la búsqueda de utilidades sin importar aquello que tiene que ver con las personas que habitan en esos lugares. Si no está el Estado y hay mezquindades, lo que puede suceder ahí es que pasen cosas como han sucedido en algunos puntos de nuestro país donde se lamenta el hecho de que había contaminaciones que han perjudicado el recurso del agua y a las poblaciones. La idea es entender que incluso dentro de la actividad del Oil & Gas, por ejemplo, el gas es un componente energético de la transición. Así lo determina Europa. Para nosotros es realmente un beneficio y nos pone en un lugar importante en términos de que Argentina va a poder exportar a países que hoy queman carbón. Por lo tanto, va a ser un beneficio para el planeta, no solo un beneficio nuestro.

Entonces la explotación de Vaca Muerta o el offshore no le parecen incompatibles con esta agenda.

El mundo tiene acuerdos globales, convenciones, convenios, donde Argentina adhiere al objetivo 2030 y 2050. Ahí se establece que hay elementos transicionales y que incluso hay energías de transición y que, para dar los pasos necesarios para lograr bajar drásticamente las emisiones que producen el calentamiento global, se necesita reemplazar matrices energéticas la de China o de algunos países de Europa como Alemania que queman carbón. 

Hace pocos días se publicaron los Lineamientos de Transición Energética al 2030 y al 2050 que era algo que se esperaba hace tiempo y que fue celebrado por el sector ambiental. Pero hablando con algunos especialistas de la Cámara de Energías Renovables, me decían que faltaban algunas precisiones de cómo llegar a esas metas teniendo en cuenta que, por ejemplo, falta saber qué va a pasar con la ley de energías renovables cuando se venza en 2025. ¿Cómo cree que se puede llegar a esas metas que se trazaron? 

Nosotros hemos estado trabajando en un plan nacional de adaptación y de mitigación con las áreas y las provincias. La Argentina, al ser un país federal, necesita un trabajo y un diálogo muy pormenorizado en búsqueda de consensos con distintas partes. Es la obligación que tenemos los países con una conformación estatutaria como la que tiene la Argentina. Eso es lo que hemos buscado, si bien hay cuestiones específicas que faltan y que hay que ir mejorando. Vos fíjate cómo arrancamos la entrevista. Yo te decía que el horizonte en el cual el Ministerio tiene que trabajar o el Estado argentino tiene que trabajar es en darle una visión integral a algunos aspectos. Sin dudas que todos esos aspectos no están en competencia de Ambiente, son competencia del área energética. Por eso yo creo que, para cumplir con estos objetivos, sin dudas, el área energética tiene que estar en la cartera ambiental porque ahí sí se le va a dar la prioridad al cumplimiento de esos objetivos que están establecidos tanto en normas domésticas como en convenciones internacionales.

Para cumplir con estos objetivos climáticos, sin dudas, el área energética tiene que estar en la cartera ambiental 

El Ministerio dejó clara su postura respecto a la Ley de Humedales, cuya aprobación depende del Congreso. ¿Considera que es una asignatura pendiente que debe tratarse en el futuro cercano? 

Ojalá se alineen los planetas de tal manera que antes de fin de año podamos tener Ley de Humedales, Ley de Envases y un área protegida que se llama agujero azul que duplicaría la cantidad de área con protección marina. Y si no lo logramos hacerlo antes de fin de año, sin duda, creo que a partir del año que viene estas tres cosas tienen que ser prioridad en el ámbito legislativo.

Una de las de las cuestiones que más críticas disparó fue el tema de los incendios en Corrientes, sobre todo, por su magnitud. Usted recién mencionó cifras récord de inversión en el área del manejo del fuego. ¿Le parece que igual hay cuestiones que son imposibles de evitar o que hacen falta recursos que hoy Argentina no puede disponer por su limitante presupuestario? 

Obviamente, siempre es mejor tener más equipamiento, más recursos, más brigadistas y más aviones. Pero dado el nivel de temperatura que hoy tiene el planeta, es inevitable que existan focos de incendio. Lo que podés hacer es menguarlo, disminuirlo, prevenirlo, estar preparado y no solamente es inversión. También es priorización en la agenda. Hay provincias que antes de nuestra gestión no tenían el tema de la agenda y hoy sí lo tienen. Y hay otras que aún les falta. Y como decíamos antes, nosotros al ser un país federal, los bienes naturales o los recursos como dice la Constitución son de competencia de las provincias. Por más que la Nación tenga muchos recursos, si las provincias no conforman bien su equipo de combate de incendios forestales, se vuelve muy difícil porque esas primeras horas son críticas. La Ley de Fuego incluso dice que la Nación tiene que intervenir en tercer lugar. Primero, la provincia, segundo, la región y, después, la Nación. La verdad que el segundo punto nunca lo tomamos en cuenta y siempre actuamos cuando la provincia lo solicita. Muchas veces ha pasado que la provincia no lo solicita y nosotros estamos con el teléfono llamando para decirles que hay fuego. También nos pasó que sin que nos pidan, tuvimos que meternos igual porque veíamos que se desmadraba todo. Corrientes sirvió para tener la suficiente magnitud de lo que puede pasar con un fuego forestal no trabajado a tiempo y con no tener las inversiones suficientes. Hoy, la verdad, puedo decir que la provincia de Corrientes hizo inversiones grandes y ha tenido un último verano mucho mejor que el anterior, mientras que otras provincias también se han puesto a tiro. 

Corrientes sirvió para tener la suficiente magnitud de lo que puede pasar con un fuego forestal no trabajado a tiempo y con no tener las inversiones suficientes.

¿Cree que también deja una lección de la importancia en la rapidez de la coordinación entre fuerzas políticas de signo contrario como fue en ese caso?

Nosotros no tenemos ni tuvimos nunca una discordancia en esa materia. No importa el signo político que tenga cada provincia, es nuestra obligación y, de hecho, las inversiones siempre fueron equitativas para todas las provincias del país de la misma manera. La Nación estuvo presente en Corrientes y en cualquier provincia que lo necesitó, muchas veces, llamando yo incluso a los gobernadores o ministros diciéndoles que había que atacar el fuego. A mí me ha tocado discutir hasta con gobernadores de mi propio signo político y lo hice público. Ha pasado que alguna provincia descansaba mucho en todo lo que hacía Nación y no ponía lo suficiente. Espero que eso este cambie porque se necesita una coordinación tanto provincial como nacional para la prevención del fuego.

Hidrógeno verde
Planta de hidrógeno verde

Hay una actividad que presenta muchas expectativas tanto en términos económicos como ambientales como es el hidrógeno verde. A pesar de eso, en Chile, por ejemplo, se está dando un debate fuerte respecto al impacto en las comunidades, en la fauna o incluso por las eventuales plantas desalinizadoras que podrían afectar la biodiversidad marina. ¿Ustedes están estudiando las externalidades que podría tener la actividad del hidrógeno?

Me parece que en el 2020 se puso en la agenda muy rápido al hidrógeno verde como la salvación o como la energía óptima y creo que todavía no ha cumplido las expectativas que se trazaron. Es una agenda más de investigación y desarrollo que hay que ir explorando hasta lograr tener resultados óptimos. Por sus características, es una energía acumulable y transportable y las condiciones naturales geográficas de Argentina son óptimas, por tener una costa marítima tan extensa y un viento inmejorable. Solo es cuestión de ir avanzando con esos procesos que están en marcha.

El hidrógeno no ha cumplido con las expectativas que se trazaron en 2020 de que era la salvación de la energía

En este caso, ¿también se podría decir que la actividad del hidrógeno presenta mayores beneficios que riesgos en su producción?

Hasta la energía eólica tiene impactos para aves migratorias, pero sin dudas que es un impacto de menor cuantía que el paradigma productivo del siglo XX.

¿En qué áreas el país presenta mayores atrasos en términos ambientales y dónde se podría avanzar más para reducir la huella de carbono?

Sin dudas, Argentina necesita apuntalar mejor, por ejemplo, el tratamiento de residuos, incrementar los niveles de existente de energía renovable, avanzar en la circularidad productiva para evitar el descarte de distintos elementos que son parte de los bienes que se consumen y que se comercian. Ir a una industria circular es uno de los temas en los que más hay que mejorar. El tratamiento de los residuos creo que está en agenda desde gobernadores y muchísimos intendentes porque la sociedad lo tiene la agenda y eso me parece que es un proceso muy virtuoso. Requiere de mucha inversión, pero también requiere de concientización ciudadana. Otro tema, los niveles de plástico en el mar de nuestra Argentina, dada nuestra costa marítima, son altos. Tenemos que mejorar en eso, pero hay un avance. Podemos decir que en los últimos 10 años se ven avances en materia de tratamiento de residuos sólidos urbanos. Después, en el caso del transporte urbano, sin dudas que nuestro país podría tener un shock de inversiones que mejoraría obviamente nuestros niveles de emisiones, pero para eso hace falta una inversión monumental.

Argentina necesita apuntalar mejor el tratamiento de residuos, incrementar los niveles de existente de energía renovable y avanzar en la circularidad productiva

En el plano de la movilidad también hay un debate respecto a la utilización de biocombustibles, gas natural o electrificación. ¿Cuál es la postura del Ministerio respecto al mejor camino?

Yo obviamente estoy a favor de la mezcla de biocombustibles, pero al mismo tiempo, conlleva que vos utilices muchos fertilizantes, que puedas agotar del suelo, que puedas reducir los nutrientes del suelo. El gas es, sin duda, un combustible de transición y está creciendo mucho en los camiones. Hay que ir a la electrificación también de transporte público, pero vuelvo a repetir. Es una inversión bestial la que se necesita para eso que Argentina hoy no está en esas condiciones de poder afrontarlo como sí están los países centrales y tampoco tenemos los bienes de capital suficientes como para poder nosotros producir esa misma transición. Es paradójico, porque todos queremos que suceda, pero a veces no nos ponemos a pensar en las condiciones en las que estamos y cuáles son las acciones que hemos llevado a cabo que perjudican la agenda ambiental. Yo no concibo aquel que defiende la toma de deuda de Mauricio Macri y al mismo tiempo abraza la agenda ambiental porque si algo sucedió con esa toma de deuda que fue que solamente le sirvió al sector financiero y postergó más la posibilidad de la transición energética o la transición justa. Al mismo tiempo, nosotros tenemos que tener una mirada global de la agenda climática. ¿Por qué nosotros tenemos que encarar toda esa modificación y esos cambios con urgencia mientras los países centrales todavía no lo hacen? ¿Por qué tenemos que reducir la producción cuando tenemos 40% de niveles de pobreza? Nuestro desafío es producir en armonía con un paradigma de sostenibilidad. Para eso necesitamos inversión, que hoy no está, porque después de la Segunda Guerra Mundial se conformaron entidades internacionales que postergaron a los países en desarrollo y esos países decidieron impedir o postergar al desarrollo de los países que estábamos en ese proceso y que incluso esos mismos países son los que hoy representan el 85% de las emisiones. Son los países que están en el hemisferio norte y los países del hemisferio sur representamos solamente el 15%, con un 7% de Latinoamérica y el Caribe. Es rara la discusión, ante eso, uno se pregunta. ¿No será que la agenda climática de las potencias económicas sea una manera de postergar el desarrollo de los países que aún no lo tenemos? Mayormente me oriento a pensar que muchas veces es así. No obstante, nuestro compromiso ambiental no cambia porque la ciencia determina que estamos ante una crisis climática. 

¿Por qué nosotros tenemos que encarar toda esa modificación y esos cambios con urgencia mientras los países centrales todavía no lo hacen? ¿Por qué tenemos que reducir la producción cuando tenemos 40% de niveles de pobreza? 

¿Cree que la solución a la falta de financiamiento pasa por un cambio de deuda por acciones ambientales?

Sí, es una discusión que hemos dado con el Presidente en distintos ámbitos y seguimos en procesos de discusión. Ojalá tengamos novedades antes de fin de año respecto a esa agenda de cambio de deuda por acción ambiental sin perder soberanía de la naturaleza.

FMI
FMI

No formaría parte del acuerdo que se está renegociando con el FMI.

No, esa discusión la estamos dando con deudas de acreedores privados.

Recién mencionaba que el tema ambiental está en la agenda de la gente, algo que se percibió en las charlas cotidianas con los últimos saltos de temperatura en pleno invierno. ¿Le parece que esa preocupación social se refleja en acciones concretas para reducir la huella de carbono de cada persona?

Yo creo que hay acciones concretas en el plano doméstico y una mayor conciencia. Pero muchas veces uno se pregunta si vale la pena ese esfuerzo cuando Estados Unidos, Europa o China tienen tasas anuales de crecimiento con proyecciones del 6%, 7% u 8%, con lo que implica cada punto de PBI de crecimiento. ¿No será que tenemos que hablar de países sobre desarrollados? A veces parece que es una pantomima, Kerry (por el enviado especial de los Estados Unidos para el Clima) recorriendo el mundo y hablando de la agenda climática global. Es la lucha histórica de David y Goliat. Nosotros vamos a seguir arrojando la piedra de David, no para matar a nadie, sino para para vivir de forma más justa, pero si los grandes no cambian es muy difícil.

Suponiendo un resultado electoral positivo para su fuerza política, ¿qué le quedaría pendiente en una próxima gestión? ¿El gran desafío es que la cartera ambiental tenga una voz más fuerte en el Gobierno?

Sí, me acuerdo la primera reunión de Gabinete de Cambio Climático que hicimos en el 2020. Yo arranqué diciendo a mis compañeros de gabinete que la agenda ambiental no era una agenda simpática ni colorida. Que era una agenda de mucha responsabilidad y una agenda de tensión. Que íbamos a entrar, seguramente, en discusiones con muchos de ellos, pero que era para beneficio de todos, no una cuestión personal ni mucho menos. Ahora también pienso lo mismo, que la agenda ambiental necesita incorporar otras áreas estratégicas. Yo se lo planteé al presidente cuando promediamos la gestión y me respondió que le parecía lógico.

¿Se lo planteó al ministro Massa para ver cómo actuaría si es electo presidente?

Te voy a decir la verdad, con el quilombo que nos dejó el anterior ministro de Economía y el quilombo que nos dejó el macrismo, la prioridad de Massa era otra y es totalmente entendible. Ya llegará el momento en que nos podremos sentar a hablar en términos estratégicos y, obviamente, el planteo va a volver. 

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