Investigadores del Hospital Mount Sinai y de la Universidad de Yale afirman que son los primeros en identificar biomarcadores sanguíneos específicos que pueden identificar con precisión el Covid prolongado.
El estudio muestra que los pacientes con Covid prolongado presentan claras diferencias inmunológicas y hormonales con respecto a los pacientes que no padecen la afección.
Eso les permite crear un algoritmo para determinar si un paciente tiene esta enfermedad persistente, según los datos publicados el lunes en la revista Nature.
Datos clave
Los investigadores analizaron a 271 pacientes del Hospital Mount Sinai, el Mount Sinai Union Square y la Facultad de Medicina de Yale entre enero de 2021 y junio de 2022.
Se dividieron en tres grupos mediante un cuestionario: los que nunca habían padecido Covid-19; los que se habían recuperado totalmente de un caso confirmado del virus y los que experimentaban síntomas largos activos de Covid al menos cuatro meses después de haber padecido Covid-19.
De ese modo pudieron analizar las similitudes y diferencias en una serie de biomarcadores para crear un algoritmo que permitiera predecir qué pacientes pertenecían a cada grupo.
Los investigadores afirmaron que las mayores diferencias que observaron en los pacientes con Covid prolongado fueron la cantidad de disfunción inmunitaria y hormonal.
Según el estudio, ese algoritmo fue capaz de predecir qué pacientes tenían Covid prolongado con una precisión del 96%.
Dijeron que los mayores factores fueron la actividad anormal de las células T (que se refiere a la capacidad de las células para activar el sistema inmunitario), la reactivación de múltiples virus latentes (o la capacidad del sistema inmunitario para convocar su respuesta a virus específicos) y las reducciones en los niveles de cortisol (que regula los niveles de estrés de su cuerpo, entre otras cosas).
A tener en cuenta
¿Cómo se puede aplicar esto en el mundo real? El investigador principal del estudio, David Putrino, que trabaja con la Escuela de Medicina Icahn Mount Sinai, dijo que los hallazgos del estudio “pueden informar sobre pruebas más sensibles para pacientes con Covid prolongado”.
Asimismo, según el especialista pueden utilizarse para crear "tratamientos personalizados que, hasta ahora, no han tenido un fundamento científico probado".
En general, Putrino afirmó que el estudio da validez científica a las experiencias de los pacientes de Covid prolongado, aunque señala que los médicos deben escuchar a los pacientes y proporcionarles planes de tratamiento personalizados.
Antecedentes
El Covid prolongado es una enfermedad que se produce cuando los pacientes siguen experimentando síntomas y secuelas del Covid-19, como niebla cerebral o dificultad para hacer ejercicio, mucho después de la infección inicial.
"No existe una 'bala de plata' para tratar el Covid largo, porque se trata de una enfermedad que se infiltra en sistemas complejos como la regulación inmunitaria y hormonal", afirmó Putrino.
Fue identificado por primera vez en torno a la primavera de 2020 por grupos de pacientes online no profesionales y, con el tiempo, la comunidad médica general tomó nota. Los médicos aún saben muy poco sobre el Covid prolongado, pero este estudio supone un importante paso adelante en la comprensión de la enfermedad.
Gran número
Uno de cada 13, o el 7,5%. Esa es la proporción de toda la población adulta de EE.UU. que experimentaba síntomas de Covid prolongado en junio, independientemente de si se habían infectado o no, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades del gobierno.
El Covid prolongado se definió como los síntomas que duran al menos tres meses tras una infección inicial.
Sólo entre los pacientes que ya habían tenido Covid-19 en el pasado, la cifra es de uno de cada cinco.
El estudio llega en un momento en que los expertos sanitarios temen una posible nueva oleada del virus este otoño.
En la semana que finalizó el 9 de septiembre, los datos más recientes disponibles muestran que 20.538 personas fueron hospitalizadas en EE.UU. por Covid-19, según los CDC.
Esto supone un aumento del 7,7% respecto a la semana anterior, aunque sigue estando muy lejos del pico alcanzado en enero de 2022, cuando se produjeron alrededor de 150.000 hospitalizaciones. Desde que comenzó la pandemia, 1,14 millones de personas han muerto en EE.UU. a causa del virus.
