Poco a poco, en el transcurso de las últimas décadas, la industria de las relaciones públicas se transformó hasta quedar irreconocible. Un trabajo que antes se podía realizar fácilmente con un un teléfono fijo ahora requiere fluidez en una docena de campos complejos, desde el análisis de datos a la ESG pasando por la realidad virtual y el marketing de contenidos, por no mencionar el universo en constante cambio de los medios sociales.
Cada uno de estos campos está cada vez más integrado. En este nuevo contexto, es esencial comprender la evolución de estas tendencias.
Transformación digital y análisis de datos
Desde los inicios de este campo hace más de un siglo, los profesionales de las relaciones públicas soñaron con una conexión con el público sin fricciones, que permitiera anticipar y satisfacer las necesidades de los consumidores en tiempo real. La IA -y la personalización ultraprecisa que facilita- está haciendo realidad este sueño. La IA y el aprendizaje automático están transformando realmente innumerables sectores, entre ellos el de las relaciones públicas.
En este momento, la información que proporciona la inteligencia artificial sobre el comportamiento de los consumidores -y mucho más- es fundamental para cualquier estrategia holística de relaciones públicas. En este contexto, la publicidad programática, que utiliza algoritmos para comprar y colocar anuncios en tiempo real, revolucionó la industria y le permitió a las marcas dirigirse a audiencias específicas con una precisión sin precedentes.
La especialista Nathaly Zamora explica que la inteligencia artificial (IA) y la automatización están ganando cada vez más terreno en diversas industrias, incluida la de las relaciones públicas. Estas tecnologías están empezando a ser exploradas para tareas como el monitoreo de medios, el análisis de datos y la creación de contenido.
“Se espera que la IA se expanda a otras áreas, lo que mejorará la productividad en general. En los próximos años, creo que veremos una integración más profunda de la IA y la automatización en las prácticas de relaciones públicas, simplificando las tareas rutinarias y permitiendo que los profesionales se enfoquen en la estrategia, la creatividad y la construcción de relaciones”, sugiere.
Marketing de influencers: autenticidad y diversidad
En sus inicios, el marketing de influencers funcionaba en cierto modo como el marketing convencional de famosos, con la atención centrada en gran medida en los grandes nombres con más seguidores. Hoy en día, los microinfluenciadores y los nanoinfluenciadores están en alza, y por una muy buena razón: precisamente porque sus audiencias son (relativamente) pequeñas. Son capaces de forjar una conexión más íntima con su público. Cuando un microinfluenciador defiende un producto de forma persuasiva, parece menos publicidad y más la recomendación de un amigo de confianza.
En este sentido, precisa Zamora, “con la creciente diversificación de los medios de comunicación, ”las estrategias de relaciones públicas se están desplazando hacia la orientación a nichos de mercado en lugar de dirigirse a masas de público". Y agrega que “las empresas y organizaciones comprenden que la personalización y la segmentación son clave para llegar eficazmente a sus audiencias”.
“A través de la identificación precisa de los intereses, comportamientos y necesidades de grupos específicos, las relaciones públicas pueden crear mensajes más relevantes y significativos, generando una mayor conexión y compromiso con sus públicos objetivos. Este enfoque permite a las organizaciones adaptarse mejor a las demandas cambiantes del mercado y construir relaciones más sólidas con sus clientes y seguidores”, profundiza.
Marca sostenible e impulsada por la misión
La definición de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de calidad en 2024 es muy diferente de su definición hace tan sólo unos años. Los consumidores llevan tiempo gravitando hacia las marcas centradas en la sostenibilidad, y se volvieron cada vez más astutos a la hora de distinguir el compromiso real de la tibia palabrería de la RSC. En consecuencia, una de las tareas centrales de cualquier empresa de relaciones públicas es enseñar a las marcas la diferencia y ayudarles a comunicar sus iniciativas en consecuencia.
La evolución del marketing de contenidos
Las conversaciones en torno a la realidad aumentada (RA), la realidad virtual (RV) y el metaverso pasaron a un segundo plano frente a la revolución de la IA en el último año aproximadamente, pero eso no significa que las marcas deban simplemente ignorar estos formatos emergentes. En todo caso, la relativa falta de atención que se presta actualmente a este espacio significa que hay más espacio para que las marcas maniobren, experimenten y (potencialmente) atraigan a los clientes. Las marcas que despliegan estas herramientas con eficacia pueden crear experiencias inmersivas, fomentando conexiones más fuertes con su público.
En este escenario, Zamora entiende que el uso de KPIs (Indicadores Clave de Rendimiento) y datos específicos son necesario para proporcionar una medida concreta del impacto y la efectividad de las estrategias de comunicación. “Ahora, más que nunca, las empresas y agencias de relaciones públicas pueden analizar en tiempo real cómo resonaron sus mensajes, qué públicos fueron alcanzados y cómo se involucraron con ellos”.
“Esta capacidad para medir y cuantificar el éxito de las campañas permite una toma de decisiones más informada y una optimización continua de las estrategias. Además, al centrarse en datos específicos, las relaciones públicas pueden adaptarse de manera más ágil y precisa a las necesidades y preferencias de sus audiencias, maximizando así el impacto de sus esfuerzos comunicativos”, comenta.
Marketing digital y presencia en línea
Vivimos en un mundo omnicanal, y creo que podemos esperar que 2024 sea el año en que las pocas marcas que aún resisten se pongan finalmente al día con esta realidad. Los consumidores esperan alternar sin esfuerzo entre canales: aplicación, navegador móvil, navegador de escritorio, en la tienda y social. Si alguno de estos canales no está a la altura -está mal diseñado o carece de personalización-, las marcas corren el riesgo de alejar a los consumidores. Este año se gastará mucha energía de relaciones públicas en ayudar a las marcas a adaptarse plenamente a esta realidad omnicanal.
Basándonos en lo anterior, podemos decir que, en 2024, cualquier marca que quiera sobrevivir necesitará: un conocimiento analítico de vanguardia; un sentido fino de la microdinámica de los medios sociales, que fluctúa rápidamente; un compromiso profundamente arraigado con (y una comprensión compleja de) los avances en sostenibilidad y responsabilidad corporativa... Corto la lista aquí porque podría seguir durante páginas.
La cuestión es que es una tarea difícil, y cada vez lo es más. Pero, por suerte, un enfoque adecuado -con visión de futuro, flexible y holístico- puede marcar la diferencia.
*Con información de Forbes US.