Durante los últimos dos años, la pandemia forzó a cambiar los hábitos de muchas industrias. De un día para otro, escuelas, universidades y otros tipos de instituciones educativas debieron cerrar sus puertas y buscar nuevos métodos para continuar enseñando.
Frente a este marco, la tecnología tomó un papel fundamental, siendo el único medio a través del cual los estudiantes podían seguir aprendiendo a distancia, así como también, numerosas empresas sostener sus programas de capacitaciones.
“De esta manera, la industria de edtech -tecnología educativa, que a través de innovaciones de software, hardware y distintos procesos, promueve la educación- comenzó a experimentar un crecimiento sin precedentes, que se seguirá potenciando en los próximos años. Incluso se ha convertido en una de las principales industrias para nuestra compañía”, comenta Francisco Amadeo, cofundador de Spark Digital, compañía recientemente adquirida por intive.
En esta línea, un estudio estima que el mercado global del aprendizaje digital alcanzará un valor de US$ 325.000 millones para 2025, cuando comiencen a dar sus frutos la integración de procesos de entrega y aprendizaje, con las aplicaciones de tecnología avanzada en la educación y el aprendizaje, la AR/VR y la inteligencia artificial.
Al día de hoy existen ciertas tendencias que demuestran el rumbo de esta industria que busca crecer en todo el mundo, eliminando la brecha digital que existe entre las distintas comunidades:
- E-learning: formación en remoto, ya sea sincrónica o asincrónica.
- Videos educativos.
- Análisis de datos: para el diseño personalizado de módulos educativos.
- Inteligencia artificial: automatiza tareas básicas o avanzadas. Desde la calificación de exámenes estandarizados, hasta el monitoreo del progreso de cada estudiante.
- Gamificación: técnica de aprendizaje que emula el sistema de los juegos y lo lleva al ámbito educativo-profesional.
- Realidad virtual y realidad aumentada: promueven el aprendizaje de inmersión.
- Uso de social media para la formación: estimula una cultura de colaboración en lo educativo.
- Blockchain: para optimizar el almacenamiento y distribución de datos en los sistemas.
“El uso de medios tecnológicos para formar y aprender representa diversos beneficios para las comunidades educativas. Cada una de estas herramientas se vuelven completamente indispensables para transformar una educación aún muy poco digitalizada, con menos del 3% de gasto en tecnología hasta el 2020”, finaliza Amadeo, empresa que ha desarrollado soluciones para Macmillan y Kaplan durante varios años, entre otras.