En plena cuarentena, a la Clínica San Jorge de Ushuaia se le rompió su viejo resonador magnético y decidió reemplazarlo con un equipo de alta gama: un MAGNETOM Amira de la compañía alemana Siemens Healthineers, de 1,5 tesla y cerca de U$S 1 millón, que permitirá brindar diagnósticos más precisos en el campo de la cardiología, neurología y oncología y evitar que los pacientes deban trasladarse 3.000 kilómetros para hacerse sus estudios.
La instalación del equipo fue compleja desde todo punto de vista, en invierno, con la cuarentena y por la propia característica de los resonadores, que deben estar siempre conectados a una fuente de energía para que no ventilen helio, un gas caro cuya recarga completa puede costar entre US$ 20.000 y 30.000, dice a Forbes Argentina Federico Grosvald, ingeniero de proyectos de Siemens Healthineers, una de las compañías fuertes en el negocio de las tecnologías de imágenes diagnósticas en el país.
La operación fue exitosa: después de concretarse la compra, el 15 de mayo, por la urgencia del cliente el equipo se fabricó a medida en Alemania en cuatro semanas, cuando lo habitual es que tome tres veces más de tiempo; llegó a Ezeiza con un avión carguero de Lufthansa el 16 de junio; y luego fue transportado por tierra a Ushuaia, con la amenaza de que la llegada del invierno crudo impidiera el transporte.
Con tres camiones con seis toneladas de carga cada uno, si la ruta se congelaba y se hacía hielo, hubiera sido imposible. Y no daba los tiempos para hacerlo por vía marítima, cuenta Diego Recuero, gerente de logística de la compañía.
El 4 de julio, el resonador del Fin del Mundo llegó a la clínica para su instalación, que se completó tres semanas más tarde. Y los médicos de la institución aseguran que recibirlo en medio de la pandemia ha sido providencial, un gran alivio. El operativo grafica que, pese a la pandemia y la crisis económica, para clínicas y centros de salud el dólar oficial aplastado puede ser una oportunidad para incorporar o renovar equipos.
Hasta que empezó la cuarentena, el mercado estaba muy frenado por la situación del país. Después, con el correr de los meses, empezamos a recibir un montón de consultas y estamos viendo un incremento en el interés y en el pedido de cotizaciones para distintos proyectos en hospitales y clínicas, afirma Recuero, quien lo atribuye tanto a la posible utilidad de algunos equipos en el diagnóstico y manejo de COVID-19 (especialmente, ecógrafos y tomógrafos) como a una lógica de inversión: Al igual que los autos, estos equipos están a un valor del dólar oficial. Es un buen momento para invertir en salud y equiparse y poder acceder a una mejor tecnología, más moderna, más precisa, que permita mejorar la atención al cliente porque el contexto económico lo está permitiendo, afirma.
Hay clientes conocidos que siguen expandiendo su sistema, o que renuevan su parque, y también estamos viendo clientes nuevos. Por otro lado, la pandemia aceleró la tendencia a la transformación digital: hoy un tomógrafo se menaje desde una tablet y un especialista puede operar diez equipos en simultáneo, destaca Grosvald.
Tendencias que existían y se aceleraron
Para Luciano Muratore, Líder de Ventas del Clúster Platino de Philips, otro de los actores fuertes del sector, los prestadores son generadores de caja en pesos y muchos buscan invertir en activos que están dolarizados, en la medida que consigan crédito local. Siguen comprando equipamiento y necesitan incorporar tecnología para hacer más eficiente y efectiva la prestación.
El ejecutivo asegura a FORBES que también crecieron mucho las consultas por soporte informático para las nuevas modalidades de atención, como softwares de inteligencia artificial para colaborar con el diagnóstico o soluciones de telemedicina, tales como telerradiología o teleterapia intensiva. Hubo tendencias que existían, pero que se vieron aceleradas por la pandemia, afirma.
Para Muratore, en Argentina hay acceso a un nivel de prestaciones de imágenes de primera calidad, incluyendo modernos resonadores que en lugar de 1500 litros de helio requieren 7 litros. Por otro lado, una característica del mercado local es que la productividad de esos equipos es muy alta, porque nuestros prestadores hacen inversiones en dólares y generan pesos y tienen que usarlo más que otros países para amortizarlo.