Cuando Gilbert Milam Jr. tenía 15 años y vivía part-time con su madre en Arizona y part-time con su padre en California, empezó a trabajar en Wendy's. En ese entonces, la cadena de comida rápida ofrecía un bono de US$ 500 por sumarse a la compañía. Trabajé dos semanas, recibí el cheque, me fui a California, compré marihuana, la llevé de vuelta a Arizona y empecé a revenderla, contó en una entrevista.
Veinticinco años después, Berner -como se lo conoce en la actualidad- es el líder detrás de uno los primeros imperios legales del cannabis: Cookies, compañía que el año pasado tuvo unos US$ 400 millones de ventas brutas y, según cálculos de Forbes, unos US$ 50 millones de ingresos anuales.
Con márgenes de ganancias altos, la empresa vale, mínimo, US$ 150 millones, aunque Berner aseguró en varias entrevistas que la suya es una compañía de US$ 1.000 millones.
Cuando uno está enamorado de algo, va a ser el mejor en eso. Si se combina el amor y la dedicación, no se fracasa, dice.
Con esfuerzo y perseverancia, Berner pasó de dealer a rapero ultrafamoso, inversor y emprendedor. ¿Cuál es la clave de su éxito? En sus palabras, más de 20 años de dedicación full time y entender el negocio desde el punto de vista del consumidor, el cultivador y la falta de marcas en el espacio, dice Berner, quien en una entrevista de 2020 le confesó a Forbes que sus tiendas insignia facturaban entre US$ 100.000 y US$ 200.000 diarios, con algunas aperturas llegando incluso a los US$ 450.000 por día.
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