A pesar de todo el bombo y platillo sobre la Inteligencia Artificial (IA) que está revolucionando el mundo, su impacto en la sala de reuniones fue hasta ahora mínimo. Hasta hace muy poco, a muchas empresas les habría parecido irrisoria la idea de nombrar a un Jefe de Metaverso o a un Jefe de IA. Sin embargo, este último se está convirtiendo rápidamente en el nuevo puesto más candente de la C-suite.

A pesar de que ni siquiera existían hace apenas unos años, estos nuevos puestos de nivel C se están cubriendo no sólo en startups de vanguardia, sino también en empresas más consolidadas. Según el estudio AI Priorities Study 2023 de Foundry, el 11% de las organizaciones medianas y grandes ya designaron a una persona para el puesto de director de inteligencia artificial (CAIO), y otro 21% de las organizaciones lo están buscando activamente.

Pero el simple nombramiento de un nuevo miembro de la C-Suite no es garantía de que vaya a resolver los desafíos o a cosechar las oportunidades que presentan la IA o la Web3. Una contratación bien situada para conseguir que la IA se integre en el ADN de tu empresa puede ser el billete para un enfoque rápido e innovador.

Como me dijo Teresa Carlson, aventurera, socia y asesora, y anteriormente, ex ejecutiva mundial del sector público para Amazon Web Services: "En el gobierno de EE.UU., las funciones del CAIO servirán como una posición de liderazgo crítica en la transición del uso de la IA en las capacidades de misión crítica". Un ejemplo relevante es el de la comunidad de inteligencia estadounidense, que acaba de nombrar a John Beiler director de inteligencia artificial en la oficina del Director de Inteligencia Nacional. Su papel será dirigir el despliegue de la IA y el aprendizaje automático junto con la cobertura de la privacidad, las protecciones y las libertades civiles que, por supuesto, deben tenerse en cuenta cuando el CI desarrolla algoritmos. La comunidad del CI necesitará una visión consolidada de todas las agencias sobre una estrategia de IA en la que el CIO desempeñará un papel fundamental".

La tarea mucho más difícil (aunque en última instancia mucho más valiosa) es comprender cómo contribuyen estas funciones a la estrategia central de su organización, qué tipo de trabajo implican realmente y cómo las nuevas tecnologías transforman la dinámica y las responsabilidades dentro de la sala de juntas. Eso puede requerir un nuevo CxO dedicado; del mismo modo, podría ser mucho mejor evolucionar un papel existente. Así que, en lugar de apresurarse a ocupar una nueva silla en la sala de juntas, las empresas harían mejor en tomarse un respiro y determinar con precisión lo que quieren conseguir... y quién es el mejor para hacerlo.

¿Quién está al mando?

A primera vista, crear uno de estos nuevos puestos de "Jefe" tiene sentido. ¿Quién mejor para defender y supervisar las capacidades transformadoras de la IA/metaverso que alguien con un asiento dedicado en la mesa superior? Pero esperá un segundo. Digamos que tu organización es una empresa de seguros, uno de los muchos sectores que se ven profundamente afectados por la IA. ¿Cuál es el valor de nombrar a un científico de datos en la C-Suite si no conocés la diferencia entre un suscriptor y un corredor, digamos?

La lección clave es: no te dejes deslumbrar por las personas que saben cómo funciona la IA. No olvides nunca que vos siempre conocerás tu propio negocio mejor que ellos, y eso es lo que más importa.

Hay muy buenos argumentos para afirmar que la mejor persona para asumir la responsabilidad de las iniciativas de IA ya se encuentra en la sala de juntas; por ejemplo, el director de marketing (si es ahí donde la IA va a tener el impacto más significativo, transformador y estratégico en su empresa). Del mismo modo, podría ser el Director de Tecnología, dado que esta función requiere un profundo conocimiento de las prioridades tanto tecnológicas como empresariales. Incluso podría ser el CEO.

La historia reciente nos ofrece ejemplos de cómo los nuevos puestos de trabajo se subsumen con frecuencia en otras funciones más tradicionales de la C-Suite. Sólo tenemos que mirar la función de Chief Cloud Officer (CCO), un puesto que fue crucial en la transición a la era de la computación en nube, pero que con el tiempo pasó a ser simplemente una parte estándar de las responsabilidades del CTO o del CIO. Es factible que el mismo destino recaiga sobre el CAIO y el CMO, aunque eventos como la Cumbre CAIO 2023 están trabajando para hacerlos indispensables.

Por otro lado, contar con un CxO dedicado bien podría ser la mejor opción. Lan Guan está de acuerdo. Como Directora de Inteligencia Artificial de Accenture ACN 0,0% y mujer líder excepcional en una enorme multinacional de TI con más de 730.000 empleados, me dijo que cree que todas las empresas deberían tener un CAIO. "La inteligencia artificial no se produce en el vacío", afirma. "Necesita evangelizadores y defensores. Sobre todo, necesita líderes. No fuimos los únicos en ver el enorme potencial de la IA generativa combinada con la clásica para transformar la empresa, pero eso no habría sucedido ni tan rápido ni tan bien sin crear un papel dedicado".

Por muy avanzada que sea, la tecnología es siempre una herramienta que funciona mejor cuando se aplica a problemas claramente definidos y bien comprendidos. Siempre es el sirviente de objetivos organizativos más amplios en lugar del amo de su empresa. Por eso, las mejores personas para supervisar las iniciativas de IA y Metaverso bien podrían ser las que ya están al mando.

La nueva C-Suite

Sé por experiencia personal lo impactante que puede ser un eficaz Jefe de Metaverso o de Inteligencia Artificial en la transformación de una empresa. Pero el verdadero éxito no depende del papel en sí, sino de lo bien que las empresas comprendan los cambios que conllevan dentro de la dinámica tradicional de la sala de juntas.

Dado que estas nuevas tecnologías tienen un abanico de aplicaciones prácticamente ilimitado, ya que tocan tantos aspectos de las operaciones empresariales, la persona encargada de la IA o del Metaverso tiene que ser una especie de (Wo)man renacentista. No sólo tienen que formar equipos con una amplia gama de conjuntos de habilidades técnicas y verticales; también tienen que navegar por la compleja política organizativa que supone tener un encargo tan amplio.

Por ejemplo, ¿tendrá esta persona responsabilidad sobre las inversiones internas y las asociaciones externas? ¿Cuánto control tienen sobre la fijación y el gasto de los presupuestos? ¿Quién le rinde cuentas y a quién rinde cuentas? ¿Cómo reconfigura esto la cadena de mando?

Éstas son sólo algunas de las cuestiones a tener en cuenta a la hora de encajar la nueva tecnología en las estructuras corporativas existentes. También son consideraciones clave a la hora de seleccionar quién estará al mando.

Un vistazo a la bandeja de entrada

Tras la orden ejecutiva del presidente Biden sobre la IA, muchas agencias federales de EE.UU. están ahora obligadas a nombrar un CAIO, responsable de promover la IA y gestionar sus riesgos y recompensas. Si el gobierno instala CAIOs, podemos estar seguros de que las grandes empresas seguirán su ejemplo.

Pero, ¿qué harán realmente estas personas? A nivel federal, los CAIO "encabezarán las decisiones políticas internas, las normativas y la contratación de personal para implantar y utilizar las herramientas de IA de forma eficaz". En el mundo corporativo, sin embargo, quien esté a cargo de las iniciativas de IA y Metaverso tendrá un conjunto de responsabilidades mucho más variado y ciertamente desafiante.

Cathy Hackl, conocida por muchos como la "madrina del metaverso" y antigua Chief Metaverse Officer, explica lo difícil que es delimitar estas funciones. "Cada día es diferente, y nunca sabés qué desafíos van a aterrizar en tu bandeja de entrada", me dice. “Lo único que nunca cambia realmente es que mi función me exige ser evangelizadora y educadora. Paso gran parte de mi tiempo viajando, presentando y hablando, tanto en eventos del sector como internamente en mi empresa".

"Trabajo prácticamente en todas las líneas de negocio, por lo que es un gran desafío estar al tanto de todos los detalles de cada departamento. Tengo que asegurarme de que entiendo cuáles son sus objetivos, y ellos tienen que saber cómo puede ayudarlos la nueva tecnología a alcanzarlos. Pero también hay mucho trabajo sobre las mangas, con los pies en la tierra, con la propia tecnología, ya sea diseñando componentes virtuales o dirigiendo proyectos de implantación."

Si eso te parece mucho trabajo, apenas roza la superficie de los desafíos que tenés por delante. Tomemos la ética, por ejemplo. Como Campeona Ejecutiva del Premio 2023 a las Mujeres Líderes en Datos e IA, este es un tema especialmente importante para mí.

El desafío global es cómo integrar la IA en el mundo corporativo, impulsar la innovación e intentar no retrasar los plazos de implantación, todo ello siendo completamente éticos, transparentes y honestos.

¿De quién es el papel de predecir los riesgos imprevistos que podría contener cualquier implementación y de encargarse de la gestión del cambio? ¿Quién es responsable de asegurarse de que nadie se vea perjudicado por las nuevas tecnologías -con frecuencia diseñadas y construidas por hombres blancos- y de evitar la discriminación involuntaria? Puede que el CxO más valioso para la reputación de su empresa sea en realidad un Director de Ética y no un Jefe de Metaverso.

Nada de esto pretende negar que las funciones que mencioné al principio de este artículo tengan un enorme valor potencial y puedan ser transformadoras para tu organización. Es para señalar que hay una enorme cantidad de trabajo preparatorio que hacer antes de pedir esas nuevas tarjetas de visita. En cualquier revolución tecnológica, una de las cosas más difíciles de resistir es el impulso de subirse al camión para no quedarse atrás. ¿Mi consejo? Dejá que los tontos se precipiten y cometan sus propios errores. Esta oportunidad es demasiado valiosa para desperdiciarla; así que tomate su tiempo para pensar en lo que querés conseguir en lugar de en cómo vas a nombrar el papel.

*Con información de Forbes US